En la Ciudad de la Plata manteros se vienen organizando contra la persecución y la criminalización del gobierno de Garro reclamando el derecho a trabajar. Conversamos con María, vendedora ambulante y sostén de familia.
Viernes 10 de junio de 2022 16:04
El muncipio platense sigue profundizando la persecución y hostigamiento a quienes sostienen su familia con el trabajo ambulante. Frente a esto, un grupo de manteros y manteras decidieron organizarse y dar pelea. Conversamos con María
Trabajo y familia: una lucha cotidiana
“Yo costuraba, pero en la costura el fabricante te dice “vos me tenes que entregar en esta fecha” y vos lo tenes que entregar. No hay alternativa. Yo tengo que atender a mi hija, entonces tuve que dejar ese trabajo. Ahora no podemos salir a trabajar dejando a mi nena sola. No se puede. No podemos cumplir las ocho horas tampoco. Si mi hija empeora, yo me voy a cuidarla”, relató María desde su puesto ubicado en una de las avenidas céntricas de la ciudad.
“Así que cuando deje de trabajar, mi marido hacía changas y yo con la nena. Siempre mi marido me apoyó. La fuimos remando juntos. Conseguimos lo suficiente para la comida y pudimos salir adelante. Estuvimos así, luchando. Cuando vino la pandemia comenzamos a hacer barbijos propios. Él se quedaba en casa cociendo los barbijos y yo salía a la calle a venderlos. Así mi hija nunca estuvo sola”, afirmó la señora.
“Voy trabajando y voy estando con ella. Me organizo bastante, de tal hora a tal hora y así. Tengo que estar en la comida y mi marido cuando llega del trabajo se la sirve. Menos mal que estamos juntos. Si mi hija está mal, mi marido deja su trabajo. La cuestión es trabajar y ahorrar para que tengamos la comida por si el día de mañana ella se enferma. Para eso tengo que trabajar y tener un ahorro para poder seguir adelante”.
“A pesar de que tengo a mi nena enferma voy luchando igual, ¡yo quiero trabajar! voy a las asambleas, nos estamos organizando para seguir trabajando. Fui a la marcha de Ni Una Menos y estuve ahí tirando la bandera, apenas terminó volví a casa a cuidar a mi hija”.
Madres trabajadores que se cargan al hombro el hogar
Los y las vendedoras ambulantes vienen dando pelea todos los días contra la política del municipio de “limpiar” las calles de puestos con la implementación del reaccionario Código de convivencia, así lo contó María: “En las calles de 7 y 51 las cámaras nos enfocan, por eso el intendente Garro nos sacó. No nos quieren ahí en la vereda. Yo trabajo para conseguir lo que necesito. Éramos cuatro mujeres trabajando. Una madre soltera, una señora viejita, una compañera que tiene una nena con problemas del corazón y yo con mi situación. Somos las madres mas luchadoras que estaban ahí en la esquina de 7 y 51 y nos movieron”.
“A dos nos echaron y dos se quedaron. Se quedó la señora que es madre soltera y la señora que es mayor de edad que vive el día a día. Siempre trabajamos con poca mercadería ahí en la esquina, no trabajamos con mucho”,agregó la mantera.
“Sí pudiera tener un poco más de tiempo se lo dedicaría a mi hija. Cuando llueve digo: hoy no voy a trabajar, estoy con mi hija. Antes cuando yo lo necesitaba, con lluvia igual trabajaba. Una vez tapé el puesto con un nailon y se largó la lluvia, yo pensaba que no iba a llover mucho, pero se largó fuerte y estaba a punto de mojarse todo. Paró, lo recogí y volvió a caer. Me asusté, porque iba a perder todo”.
Lo que describió María es una realidad que se profundiza cada vez en un contexto de crisis económica, y donde la única respuesta que dan quienes gobiernan es más ajuste. “La realidad es que no hay trabajo. Por eso cada día se van llenando más las calles de manteros, vamos apareciendo. Si hubiera trabajo preferiríamos trabajar a estar en la calle”.
María junto a decenas de compañerxs manterxs se siguen organizando. La pelea es por trabajo genuino y para que con la lucha se pueda enfrentar la represión y la criminalizacion de los gobiernos. “Nosotros necesitamos trabajar. Estamos en lucha. Nos contaron que la lucha servía para que no nos saquen de la calle.
