A estas horas, es baja la participación electoral la que se observa en los centros de votación en la jornada de las elecciones anticipadas. Falcón y Bertucci denuncian violación de las garantías electorales. El gobierno despliega su “maquinaria”.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Domingo 20 de mayo de 2018 14:57
Con relativa normalidad han arrancado las elecciones presidenciales anticipadas, convocadas por el gobierno desde su fraudulenta y “plenipotenciaria” Asamblea Nacional Constituyente. Unas elecciones diseñadas a la medida de Maduro, como una clara maniobra del gobierno para aprovechar la debilidad y crisis de la oposición de derecha, así como el enorme ventajismo oficial, buscando relegitimar el decadente y reaccionario bonapartismo del régimen.
Le precede a esta elección un alto nivel de tensión política, tanto por la oposición y llamado a la abstención de la mayoría de los partidos de la oposición de derecha, pero sobre todo por el injerencismo imperialista y la presión de los gobiernos de derecha de la región, lo que llaman “la comunidad internacional”. Desde Estados Unidos, Canadá, Europa y gobiernos de la derecha latinoamericana, intensificaron los “llamados” al gobierno de Maduro para suspender las elecciones, cuestión que también hizo a la Conferencia Episcopal Venezolana. La advertencia de estos gobiernos es que reconocerán el resultado de las elecciones.
Así mismo antecede o que fue una campaña electoral corta, apática y deslucida, con el telón de fondo de la terrible crisis económica y las urgentes necesidades del día a día del pueblo. Como reseñamos, “Maduro hizo campaña como si no estuviera en el gobierno y no fuera responsable de la catástrofe económica y Henri Falcón prometió volver al FMI y hasta dolarizar la economía”, así como reprivatizar empresas. Un escenario donde las alternativas en pugna sin elegir entre más de lo mismo y un programa de mayor sumisión capital financiero internacional y los intereses empresariales, entre el agua hervida y el sartén caliente.
Sin faltar una nueva escalada del chantaje reaccionario del gobierno contra el pueblo, para incitar al voto y, en específico, al voto por el oficialismo: Maduro ofreció un “bono” para quienes acudieran a votar el día de hoy, el cual será otorgado a través del “Carnet de la Patria”, ideado y manejado por el gobierno. Es decir, una simple y llana compra de votos. Es parte de la “maquinaria electoral” del gobierno.
“La patria te protege por el Carnet de la Patria y tú proteges a la patria con tu voto. Esto es dando y dando”, sostiene Maduro. Una manera de chantaje político del tipo “si votas por mí, tendrás los subsidios”
El carácter de elecciones amañadas viene dado, entre otras cosas, porque se dan en el marco de un Estado de excepción permanente, la proscripción de partidos y posibles candidatos –o incluso su encarcelamiento–, además de los diversos mecanismos de coacción y chantaje empleados por el gobierno en los sectores populares y a los trabajadores del amplio sector público.
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El escenario de esta maniobra electoral es así el enorme y profundo deterioro de las condiciones de vida los trabajadores y el pueblo pobre (incluyendo una gran ola migratoria, la más grande vivida por el país), la deslegitimación de la misma por parte de la mayoría de la oposición, la presión y amenazas imperialistas para impedirlas o desconocerlas, los mecanismos de chantaje del gobierno, así como el respaldo –o tutela, vale mejor decir– de las Fuerzas Armadas. Los militares, factor clave en el sostenimiento de Maduro, han tenido presencia en todo momento afirmando que respaldan el proceso electoral y al gobierno nacional.
La dinámica de la jornada
De acuerdo con Sandra Oblitas, rectora principal del Consejo Nacional Electoral (CNE), declaró que para las 11 de la mañana estaban instaladas ya casi el 100% de las mesas de votación, de los 14 mil centros de votación dispuestos en el país para el evento. Por su parte Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y jefe de campaña de Maduro, declaró que, según sus reportes, a las 9:30 de la mañana habían votado ya 2,5 millones de personas.
Nicolás Maduro votó bien temprano, a los 6:00 a.m., abriendo el proceso. Henri Falcón lo hizo pasadas las 11:00 a.m., al igual que Javier Bertucci. A estas horas no se reportaba aún el voto de Reinado Quijada. Tanto Falcón como Bertucci denunciaron violación a las garantías electorales acordadas con el CNE.
La participación no se muestra entusiasta y masiva como en otras elecciones años anteriores, lo que puede explicarse tanto por el llamado a no votar hecho por la fracción mayoritaria de la oposición, como por el propio hastío y falta de entusiasmo del pueblo trabajador. Aunque, en este marco, hay contrastes en la asistencia a los centros electorales: mientras en unos pueden verse colas para votar, en otros se ve muy poca participación, e incluso vacíos.
Los “puntos rojos” y el “voto asistido”
Una constante de la jornada ha sido la denuncia de los candidatos opositores a la presencia de los llamados “puntos rojos” (que el gobierno re-bautiza en esta elección como “puntos tricolores”, en alusión a la Bandera Nacional). Son ciertamente un mecanismo de ventajismo y presión, puesto que son los puntos que dispone el gobierno en cada comunidad y centro electoral para registrar a quienes hayan votado para otorgarles el “bono” por el voto que ofreció Maduro: al votar, deben pasar por ese punto a escanear el Carnet de la Patria y así acceder al bono.
Es un mecanismo perverso, más aún con los niveles de necesidades económicas y sociales que padece el pueblo venezolano, donde el salario que gana un trabajador no alcanza ni para cubrir las necesidades de media semana. Y donde la hiperinflación y la enorme escasez que hacen casi imposible para millones acceder a los alimentos por una vía que no sea a través de lo que suministra el gobierno. El partido de gobierno se sirve de un programa del Estado, con los recursos y plataforma tecnológica del Estado, para ofrecer un premio en dinero por votar: quien registra el voto y escanea el carnet es el partido de gobierno (que maneja la data del mismo), quienes llevan ese control son los miembros de los consejos comunales, de las UBCH (Unidades de Batalla Bolívar-Chávez) o los jefes de sector y de cada calle de los CLAP (los encargados a su vez de llevar el registro y asignar las bolsas o cajas de comida subsidiadas), es decir, los que conocen a todos y cada uno de los vecinos son los que llevan el registro de quién votó y quién no votó.
Henry Falcón, al momento de votar, denunció la presencia de estos “puntos rojos” que, de acuerdo a las garantías que firmaron con el CNE, no debían estar a menos de 200 metros de distancia de los centros electorales. Sin embargo, dijo, tiene más de 350 denuncias de diferentes partes del país, sobre la presencia de estos puntos violentando esas disposiciones: “Aquí mismo, en este centro –afirmó, en referencia al centro donde estaba votando- a escasos 15-20 metros hay un punto de esos”. Falcón votó en el Gimnasio Cubierto Los Horcones, del estado Lara.
Javier Bertucci, por su parte, afirmó tener 380 denuncias sobre la presencia de estos puntos. Falcón denunció también presiones a miembros de mesa, planteando que incluso en el Zulia uno de los miembros de mesa de su bando fue golpeado.
El “voto asistido” es otra de las denuncias. Esta opción está contemplada para cuando una persona tiene alguna discapacidad o diversidad funcional que le impide valerse por sí mismo en el momento del voto, sin embargo, los candidatos opositores afirman que el gobierno estaría usando y abusando de este mecanismo para “acompañar” a votantes que no lo requieren, sino como mecanismo de presión o garantizar que voten por Maduro. Quien acompañe a más de una persona, quien asista a varias personas en el voto, ya esa persona es un delincuente electoral, despachó Bertucci.
Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral, en declaraciones de hace pocos minutos, se ha mostrado receptiva ante estas denuncias, al señalar que si lo de los puntos u otro mecanismo está ocurriendo es un delito electoral, que está claramente prohibido en las garantías establecidas, y que se activarán para corregir la situación allí donde se compruebe que sea cierto, o seguir con normalidad el proceso, si no era cierta la denuncia. Pidió que le hagan llegar al CNE los datos precisos del centro electoral donde estarían ocurriendo estas situaciones.
Evitando incluso el voto nulo
En el marco de las presiones del gobierno, una opción para muchos trabajadores del sector público –o de los sectores populares- que no están de acuerdo con este el proceso electoral ni querían legitimarlo era votar nulo. Como parte de la “maquinaria electoral” del PSUV, en los ministerios y demás instituciones del Estado se hacen reuniones con los trabajadores para llamaros a votar, “no es obligado”, dicen cínicamente, sin embargo hacen las reuniones y… ¡lista de los trabajadores a quienes se le piden datos del centro electoral en el cual votan, se lo llama el día de la elección para verificar si votó y se le pide que envié una mensaje a un número telefónico específico para confirmar que votó!
En este escenario, muchos trabajadores y trabajadoras, por temar a represalias, optaron por ir a votar, pero votar nulo. Sin embargo, el gobierno se encargó de configurar las máquinas para que no se pueda votar nulo como en años anteriores: en años anteriores bastaba darle votar sin seleccionar ningún candidato, y el voto se emitía nulo. Este mecanismo se fue haciendo conocido y popular como una manera de algunas franjas de la población de mostrar su descontento o que no se sentían representados en las opciones.
No bastando con el anuncio de sanciones, incluyendo arrestos y multas, para quienes llamen a la abstención, esta vez el CNE evitó esa opción del voto nulo. La única manera de hacerlo esta vez es dejando que corran los 3 minutos que se tienen para votar, sin seleccionar ninguna opción, suena un pito en la máquina, y se emite un voto nulo, es decir, “todo el mundo se entera que votaste nulo”. En este día hemos tenido reportes de casos en los que incluso eso se le impidió a varios electores: al darse cuenta que la persona no estaba eligiendo y estaba dejando pasar el tiempo, la presionaron para que escogiera, cuando la persona dijo que no quería elegir ninguno, la increparon que entonces no hubiese ido a votar, que se hubiese quedado en su casa… ante la negativa de la persona a escoger un candidato, llamaron a los funcionarios militares y la conminaron a retirarse, previo registro del “incidente” en el libro de novedades.
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