En el escenario preparatorio para el histórico encuentro entre Donald Trump y Kim Jong-Un , se enmarca el viaje de Kim Yong-Chol a territorio norteamericano, luego de meses de una crisis geopolítica en la península asiática y de una escalada armamentista, incluidas declaraciones y acciones tanto de Corea del Norte como de Estados Unidos, por las que hasta hace algunos meses era imposible predecir algún tipo de acercamiento entre ambos países.
Miércoles 30 de mayo de 2018
La declaración de Panmunjon, el preludio del encuentro entre Kim Jong-Un y Trump
Si bien el encuentro de las 2 Coreas se realizo sin la intermediación Norteamérica, que en ese momento se encontraba en modo “guerrero” en contra Corea del norte, podemos reconocer que el líder surcoreano Moon Jae-In mantenía el respaldo norteamericano, y Kim Jong-Un contaba con el aval de Pekín.
Así el pasado mes de Abril se produjo el encuentro entre los lideres de Corea del Norte Kim Jong-Un y su par de Corea del Sur Moon Jae-in, encuentro que se realizo en la frontera militarizada de ambos países, que convirtió a Kim Jong-Un en el primer líder Norcoreano en tocar suelo surcoreano en más de 65 años.
Los resultados del encuentro fueron la “Declaración de Panmunjom para la Paz, la Prosperidad y la Unificación de la Península Coreana”, tratado acotado a ciertos compromisos, tales como: Reencuentro entre familias separadas por la guerra -el mismo líder Surcoreano es familiar de refugiados Norcoreanos- asimismo el documento compromete el intento de solucionar cuestiones humanitarias que resultaron de la división de ambos países por la guerra, organizando una reunión intercoreana de la cruz roja, que incluye la reunión de familiares de ambas naciones; la disminución de hostilidades declarando que “no habrá guerra en la península coreana”, con una propuesta de tratado de paz que ponga fin a la guerra suspendida por el armisticio de 1953, incluyendo la mediación de “terceros” con encuentros trilaterales entre las dos Coreas y Estados Unidos y encuentros cuatripartitos entre las dos Coreas, Estados unidos y China; y por último un compromiso general en torno a la desnuclearización de la península Coreana, con apoyo de la comunidad internacional.
Estados unidos y una salida diplomática al conflicto con Corea del norte
Para estados unidos la importancia del conflicto con Norcorea pasa por la desnuclearización de esta, primero porque Estados Unidos no tenia interés en reconocer a Corea del norte como parte del selecto club de naciones armadas nuclearmente, pero tampoco puede mantener una belicosidad que lo lleve a un conflicto armado con Norcorea a menos que asuma las consecuencias de esta política.
Las pruebas de misiles nucleares Norcoreanos afirman el poderío nuclear de esta, y cualquier aventura militar de Estados unidos podría tener consecuencias graves en la península coreana, afectando directamente a su personal militar en corea del sur y en Japón, extremando las bajas militares y civiles en los países fronterizos, y detonando una guerra de resultados no predecibles aunque profundos, que analistas prevén que las muertes que se producirían por un choque militar podrían ascender a 20.000 personas por día en una guerra convencional y cientos de miles de personas si se desarrollará una guerra nuclear.
Al contrario cualquier tipo de “espera sin objetivos” por parte del imperialismo Norteamericano sin el desarme nuclear de corea, pone a Estados Unidos en una situación incomoda, dando una señal de debilidad, mostrando la decadencia de la hegemonía norteamericana dentro de las relaciones geopolíticas internacionales.
Luego de los encuentros entre las Coreas, y el viaje a Pekín de Kim Jong-Un, el escenario a cambiado y la balanza se a inclinado por una salida diplomática, de ahí que el encuentro que prepara Kim Yong-Chol vice-presidente del comité central del régimen norcoreano con el secretario de estado norteamericano, Mike Pompeo y posiblemente con el mismísimo Trump, sea una vía para asegurar una posible reunión entre ambos lideres, que podría posibilitar un acuerdo de desarme nuclear, en efecto, sin antes posicionar a Kim Jong-Un y a Norcorea como parte de la elite nuclear, y por esa vía le permite al líder de Norcorea un “triunfo” en sus objetivos geopolíticos, permitiendo la supervivencia del régimen Norcoreano y de la elite Burocrático-militar de Pionyang, por último esta vía diplomatica podría evidenciar los limites de las fortalezas de la política guerrerista de Trump y del imperialismo norteamericano, poniendo de manifiesto las debilidades del monopolio nuclear de Estados unidos y en consencuencia, su poderío en el mundo.