Bárbara Brito, vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) dialogó con La Izquierda Diario sobre los principales debates y conclusiones de la II Conferencia del Partido de Trabajadores Revolucionarios, organización en la cual milita junto a cientos de trabajadores, jóvenes y mujeres.
Miércoles 17 de mayo de 2017
¿Qué conclusiones principales rescatas de la II conferencia del PTR?
Nuestra organización el 2011 se volcó a buscar cómo ser un aporte para la lucha estudiantil que irrumpió en las calles por la gratuidad y que puso en crisis al régimen político ganando la simpatía de amplios sectores de la población.
Nuestra acción se centró en el impulso, organización y fortalecimiento de los sectores más combativos siendo parte de las tomas y paros, buscando activamente la unidad con los trabajadores y la organización desde la base además de llevar hasta el final la demanda por la gratuidad universal. Tras años de ocurrido este conflicto nuestras demandas siguen pendientes y, en un año electoral, la política se pone al centro.
Una de las principales conclusiones que sacamos como Partido de Trabajadores Revolucionarios es la necesidad de hacer política en un nuevo marco de la lucha de clases, donde la Nueva Mayoría se presenta en crisis y donde la derecha amenaza con llegar nuevamente al poder a tono con la situación internacional con Macri en Argentina, Temer en Brasil, o Trump en Estados Unidos. Para enfrentarlos y que el movimiento estudiantil junto a otros movimientos que vienen surgiendo como el movimiento de mujeres o No + AFP hagan temblar la herencia de la dictadura y se puedan conquistar las demandas planteadas, necesitamos una voz y una fuerza anticapitalista y socialista, que se pare de frente a los empresarios y sus políticos.
El Frente Amplio hasta ahora no viene siendo una alternativa, lo vimos en el programa de Beatriz Sánchez donde no habla de la educación gratuita, o frente al problema de los recursos naturales donde no plantea la renacionalización del cobre y los recursos y menos que éstos puedan estar bajo gestión de los trabajadores al servicio de las necesidades de la gran mayoría del pueblo trabajador.
Es decir, es un programa que no incluye las principales demandas que se han impuesto por la fuerza de la movilización los últimos años, así como tampoco cuestiona al imperialismo que es uno de los principales responsables del saqueo de nuestros recursos, como lo es el cobre.
¿Qué pasaría si el Frente Amplio con la fuerza que ha adquirido estas últimas semanas fuera un aporte para impulsar la lucha por la gratuidad convocando activamente a la movilización desde la base? Creemos que se fortalecería el movimiento. Sin embargo ellos no lo harán, no están por la movilización ni por atacar las ganancias de los capitalistas, única alternativa seria para conseguir nuestras demandas como la educación gratuita. Hoy vienen concentrados en ganar pequeñas indicaciones a la reforma de educación superior desde el parlamento, por ejemplo, y no a buscar cómo poner las fuerzas en la calle para imponer nuestras demandas.
Además, está la posibilidad latente de levantar un partido de trabajadores revolucionarios en un contexto de cada vez mayor politización de la clase obrera, de las mujeres y de la juventud y apostaremos a que está hipótesis se desarrolle buscando hacer avanzar hacia las ideas socialistas aquellas demandas que hoy aparecen cómo limitadas a lo económico. Nos proponemos llevar las ideas anticapitalistas a cientos de miles y construir un gran partido revolucionario.
¿Qué significa esto? que la lucha por NO+ AFP, por ejemplo, no es sólo por tener mejores pensiones sino que implica un enfrentamiento contra los empresarios en particular y contra toda la clase capitalista en general y para eso tenemos que ir más allá planteando por ejemplo la reducción de la edad de jubilación contra la sobreexplotación a la que nos empujan, mostrar esa relación es una de las tareas que nos planteamos.
¿Cuáles son los desafíos planteados para la organización, en especial con un año electoral?
Nos planteamos ser una voz y una fuerza importante en el actual escenario nacional e internacional donde junto con nuestros compañeros del Frente de Izquierda y de los Trabajadores que vienen levantando candidaturas obreras y anticapitalistas en Argentina, o con la reciente candidatura del obrero mecánico Poutou en Francia, podamos ser un referente anticapitalista y de los trabajadores también en Chile.
Impulsaremos candidaturas obreras y que defiendan los derechos de las mujeres en Antofagasta con compañeras como Galia Aguilera, profesora y fundadora de Pan y Rosas, que viene luchando por una Ley de Emergencia contra la violencia machista, el aborto libre, legal, seguro y gratuito, que las mujeres ganen lo mismo que los hombres por el mismo trabajo o por la reducción de los años de jubilación, y referentes sindicales como Lester Calderón, de la fábrica de explosivos Orica. En Santiago, también nos pusimos por desafío levantar una candidatura en el distrito 10 con mi compañero Dauno Tótoro, para debatir alrededor de las necesidades políticas que aún están pendientes para el movimiento estudiantil y los trabajadores, necesidades a las que el frente amplio no responde, como la lucha por la gratuidad de la educación.
¿Cuál es el sello que los distingue de otras organizaciones políticas de izquierda que hoy, por ejemplo, también se están legalizando y buscando irrumpir en el escenario político nacional?
Somos anticapitalistas y antiimperialistas, creemos en la organización de base de los trabajadores, las mujeres y la juventud y planteamos que este régimen político junto con el parlamento lleno de corruptos será incapaz de resolver las expectativas que ya se han asentado en amplios sectores de la sociedad chilena.
Esto no es sólo un discurso general, está presente en nuestra política y en las luchas que damos cotidianamente desde nuestros lugares de trabajo y estudio. Desde Orica, por ejemplo, sindicato de una fábrica de explosivos de Antofagasta, hemos dado importantes peleas para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores aportando además a una forma de organización democrática, de base e incluyendo comisiones de mujeres en la lucha contra el acoso sexual y contra el trabajo precario.
Sabemos, sin embargo, que no es suficiente y nos propusimos plasmar la lucha que damos en campañas nacionales que puedan dialogar con amplios sectores de la clase trabajadora y aportar a elevar las expectativas, a ir más allá de lo estrictamente sindical. Entre ellas nos planteamos la lucha por que todo parlamentario gane lo mismo que un trabajador y, también, la renacionalización del cobre bajo gestión de los trabajadores para conquistar derechos tan básicos como la educación, la salud y la vivienda.
A diferencia del Frente Amplio planteamos que es inevitable afectar las ganancias de los empresarios para conquistar nuestros derechos y que esta es la única salida realista a todas las demandas de la gran mayoría del pueblo trabajador.