Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueña Macri con que le lleguen las inversiones. Una columna de humor político.
Nicolás Gerola Docente +ATR / Delegado Escuela 2 de Haedo
Martes 17 de abril de 2018 11:49
Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueña Macri con que le lleguen las inversiones. Parafraseando a Eduardo, las inversiones son como la incomodidad de esperar a alguien que nunca llega, que siempre está viniendo pero no sabes desde donde, y estás preocupado porque ya les contaste a todos que iba a venir.
Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueña Macri los sueños húmedos del neoliberalismo; te pones tu mejor traje noventista, una cobartita bien ajustada pero no tanto como el pibe que ahora tiene que decidir entre tomarse una birra o pagar el colectivo; pensás que en la suela de tu zapato de punta larga, con la que tanto te gusta ponerle la traba a los derechos democráticos, que ya estas entrando en el crecimiento invisible, y cuando estas a punto de ponerte a bailar como un CEO frenético, obviamente sin swing, ante el anuncio de un llamado desde Norteamérica, viene el presidente de los presidentes, y antes que le digas alguna sonsada, forzando un inglés natural, te dice: “hey man, today is American firts, so sorry”, y hablando en tu dialecto, te corren el arco y te quedas re calculando.
Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueña Macri con cambiar la relación de fuerza. Pero te despertás transpirado, atormentado en la noche, recordando las jornadas del 14 y 18 de diciembre, y lo llamás a Duran Barba, y le preguntás cómo hacen para pasar la reforma laboral, y en un silencio, que dura el mismo tiempo que se tarda en dar una seca al cigarro, te parece genial la idea de tratarla a reforma en el mundial, pero ese mismo día te sentás a ver el partido entre Argentina y España, y te das cuenta, que ni vos ni el mejor equipo de los últimos 50 años tienen asegurado el triunfo.
