Educación. Violencia de género en los liceos y escuelas: Una respuesta de docentes y estudiantes

Este 8M las calles se vuelven a ver repletas de rabia y lucha en las distintas ciudades del país e internacionalmente, la juventud salio con fuerza a dar cara contra la violencia machista, el acoso sexual y mostrando la demanda del aborto legal, libre, seguro y gratuito, junto con la exigencia de cada una de las demandas históricas del movimiento de mujeres, que durante años los gobiernos de turnos han negado o solo dan soluciones parches.

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La movilización se llevó a cabo el jueves en la Comuna de Providencia, donde fueron las secundarias del Liceo 1, quienes el 2019 fueron el liceo que se organizó para salir a saltar los torniquetes y llevar las demandas a las calles con el estallido social. Esta vez, fueron ellas más el Liceo 7 y el Liceo Tajamar, quienes salieron a denunciar la divulgación de fotos íntimas sin consentimiento, además de denunciar amenazas en su contra y llamados a violaciones en manada, a través de un grupo de whatsapp, junto con la rabia que se tiene a todas las situaciones de acoso, violaciones, junto a otros ataques machistas hacia las mujeres dentro de los establecimientos educacionales, los cuales en la mayoría de los casos se ignoran y quedan sin respuestas algunas por parte de las autoridades a cargo, como lo fue en el caso del Liceo Lastarria donde el caso no era algo nuevo, ya se había dado a conocer desde Febrero y no recibieron respuesta alguna, hasta que se realizó la movilización.

¿Que expresa la movilización de las secundarias?

Lo que realizaron las secundarias en Providencia sobrepasó la “funa” siendo una muestra de autoorganización y movilización, lo que es un ejemplo para tomar. Esto más el impacto que generó en redes sociales el hecho, reflejan el hartazgo de no encontrar salidas frente a estas situaciones. Han ido en aumento a la vez que se han visibilizado más los casos de acoso sexual, la violencia machista y patriarcal del sistema en el que tenemos que practicamente sobrevivir no solo por la violencia de género y ataques hacia las disidencias sexuales, sino que también sobrevivir a las precariedades del día a día, en la educación pública y en nuestros lugares de trabajo. El 8M mostró la rabia de la juventud frente a que estos casos terminen en nada y que cada vez sean más, pero también dejaron ver que no se seguirán callando.

Si bien el acoso existía desde antes de entrar presencial a clases, esto hizo que se pudiesen revelar todas las miserias a las que estamos expuestos con la crisis de la educación pública (problemas de infraestructura, de implementos tecnológicos e internet, contagios por hacinamiento, etc.). Nos encontramos con que en las escuelas y liceos no existen protocolos contra la violencia de género, que incluya las relaciones sanas y respeto mutuo entre les integrantes de las comunidades educativas.

Seguimos viviendo las herencias de la dictadura de Pinochet en la educación, uno de estos aspectos tiene que ver con la profundización de la alianza del Estado y la Iglesia. Mientras que siguen llevando a cabo la farsa los liceos “laicos” pero aún así la moral de la Iglesia sigue metida en las salas de clases (donde incluso se han dado a conocer casos en los que monjas realizan los talleres de educación sexual en algunos liceos) por parte de las implementaciones de las autoridades de los liceos, la obligación de tener que elegir entre religión evangélica o católica es un ejemplo. Aún cuando ahora se debe reconocer el nombre social algo a favor de las personas trans y no binarias, a lo que han optado decenas de estudiantes y va en aumento, la discriminación continúa tanto por la orientación sexual o identidad de género.

Durante años, la derecha y los gobiernos han negado el derecho a una educación sexual integral (ESI) en los establecimientos educacionales. La última vez en el parlamento fue el 2020. La semana pasada se aprobó en general en el pleno Convención, rozando los 2/3, con los votos en contra de la derecha. Mañana martes se volverá a votar en particular.

El negar el derecho de poder tener algo tan necesario como la ESI, no solo quita que les estudiantes sepan como protegerse en las relaciones sexuales o conozcan sobre enfermedades de transmision sexual (que es en lo único que se enfoca la casi nula educación sexual en Chile, a traves de talleres heteronormados de máximo 30 minutos) más alla de lo poco que tienen permitido enseñar en las clases de biología. Realmente oponerse a la ESI termina restando debates como los de género, de sexualidad integral no heteronormada, cierra el camino para descubrir las identidades sexuales/género, quitando herramientas para que los estudiantes se enfrenten a la vida buscando criticar y transformar lo que se vive con este sistema capitalista y patriarcal, sistema que termina haciendo que se profundicen y aumenten las situaciones de violencia de género dentro de los liceos y de forma cotidiana en otros espacios.

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Cambiar algo para que nada cambie

Esta semana nos encontramos con Evelyn Matthei, alcaldesa de Providencia, que frente a situaciones como lo que pasó en el Liceo Lastarria salió con pronunciamientos diciendo que da todo el apoyo a quienes salieron a manifestarse y se reúne con alumnas del Liceo 1, posando para la cámara con su postura “pro mujeres”, mientras ella fue una de las que votó en contra de la ESI en el 2020 cuando podía ser ley. Matthei, solo quiere contener y pasivizar la potencia de la organización y movilización de las estudiantes del Liceo 1, además de instalar salidas punitivas y represivas contra los estudiantes, manteniendo la raíz del problema, donde por más que se implementen salidas represivas a través de (J) Aula Segura o diversas formas, no se eliminará la violencia de género ni ninguna problemática dentro de los establecimientos.

Apruebo dignidad por su lado se ha reconocido como un gobierno feminista destacando sobre todo la paridad de género en los puestos de gobierno, pero si hacen alianzas con partidos de la ex Concertación como la DC, PR, PS ¿Realmente se puede confiar que a través de estas alianzas las mujeres e infancias conquistaremos nuestros derechos? Camila Vallejos, este 8M dijo que en La Moneda habría una oficina del Ministerio de la Mujer. Pero, ¿Se puede combatir la opresión creando oficinas? Cuando en el momento de la votación de la ESI no jugaron ningún rol para organizar y movilizar en pos de la aprobación de esta ley.

¿Qué se requiere para enfrentar la violencia de género en los establecimientos educativos?

La violencia de género al interior de las escuelas y liceos no se acabará sola, para implementar una educación sexual integral se requieren recursos, es por esto que el financiamiento integral 100% de parte del Estado se hace urgente, con el traspaso a los SLEP (Servicios locales de educación pública) se ha recortado el presupuesto educativo, precarizando aún más las condiciones de trabajo y estudio.

Además, para que una ESI y medidas preventivas y no punitivas (como ocurre hoy en día) para estos casos se implementen, también se requiere una comisión investigadora independiente a las autoridades, en la que se hagan parte estudiantes, trabajadores de la educación y apoderados en abordar las acusaciones. Así como también es urgente que existan comisiones de género multi-estamentales, donde participen todos los estamentos de la comunidad educativa donde no solo se debatan estos temas sino que se tomen resoluciones concretas para trabajar en prevenir y enfrentar estas situaciones, esto se puede hacer con la unidad con otros sectores externos a las escuelas y liceos, como con juntas de vecinas y sindicatos aledaños.

Las direcciones del Colegio de Profesores y Sippe, deben convocar a asambleas de base para debatir estas situaciones de violencia de género y precariedades que se están viviendo en este retorno presencial, no pueden decidir más a puertas cerradas o solo con delegados, las y los docentes necesitamos conversar y resolver frente a estos temas. Así mismo las y los estudiantes deben construir espacios de autoorganización, los Centros de estudiantes así como las Federaciones estudiantiles secundarias llamar a asambleas de base, buscando la unidad de trabajadores de la educación, estudiantes y apoderados por una educación gratuita de calidad, laica, no sexista ni heteronormativa.