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Red Internacional
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VERDAD Y JUSTICIA POR FACUNDO. Virginia, compañera de lucha de Cristina Castro: "Ella es la que dice la verdad"

Esta entrevista fue realizada el 1 de septiembre de 2020, un día antes de conocer que los restos encontrados en Villarino Viejo pertenecían a Facundo Astudillo Castro.

Sábado 5 de septiembre de 2020 13:04

Virginia Góngora es oriunda de Rauch, hace dieciséis años vive en Pedro Luro. Conoce a Luciano Peretto (abogado de la causa), porque vivió al lado de su casa de un lado de la vía. Hace ocho años que se mudó detrás de la vía, donde conoció a Facundo y su familia. Para ella Facundo es un hijo más, y para Facundo ella era su segunda mamá:

“Un día me preguntó ‘¿yo te puedo decir mamá?’, ’sí’, le digo, ’cómo no’, el hecho de decirme mamá a mi era [por algo] puntual, para pelear a Agustina,que es mi otra hija, que es un poco celosa, y él usaba ’mi mami,mi mami’ y Agustina se enojaba, o para que le diera algún consejo”. “Facu es un pibe que se deja querer con todo el mundo, es muy querible, yo siempre dije todos los amigos de mis hijos son importantes y todos se han ganado mi corazón, pero Facundo es un caso especial, bonachón, un pibe que le podes confiar la casa entera, un chico que las veces que venía a mi casa sabía donde guardabamos la yerba, no teníamos que andar diciéndole nada, no tengo nada malo para decir de él”

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El día 29 de abril Facundo pasa la tarde en la casa de Virginia junto a su hijo Daniel, uno de los mejores amigos de Facu. Ese día se queda a cenar con ellos y alrededor de las 4 de la madrugada se retira del hogar de sus amigos. Ella junto a otros, organizó la enorme caravana que recibió a Cristina y la querella el pasado 29 de agosto, cuando regresaban de Buenos Aires, después de la autopsia:

“A Cristina la conocí, porque cuando vinimos a vivir acá, Agustina mi nena, fue al jardín con Lautaro, el nene más chico de Cristina. Nos veíamos a la entrada o a la salida del jardincito, y me acuerdo como hoy, verla en la motito vestida de la Shell, y bueno después porque para llegar a mi casa siempre tenía que pasar por delante de la suya. Ya cuando Facu se hizo amigo de mis hijos, ya nos conocimos más. Después que pasó esto [con Facu] mucho más afianzada, me declaró como su hermana de la vida. Cada vez que voy a charlar con ella, porque hay cosas que no se pueden hablar por teléfono,me da paz, siempre con una paz interior, inclusive ayer [31 de agosto]. Estoy totalmente orgullosa de ella, ojalá, Facundo esté donde esté pueda ver lo que su ’bruja’ luchó y lucha por él, tiene una dimensión de fortaleza increíble. Yo siempre le digo a mis amigos, hay que creerle a Cristina, porque ella es la que dice la verdad. “

Virginia y Daniel, la mañana del 30 de abril intentaron contactar a Facundo, ya que durante la cena del 29 les había anunciado que iba a partir rumbo a Bahía Blanca para ver a Daiana Gonzalez, su ex pareja. Al notar que Facundo no recibía los mensajes, su hijo consultó en los grupos de whatsapp que tienen con los amigos de la cervecería Turmalina, donde ambos trabajaban, pero nadie sabía nada, se comunicaron con la comisaría de Pedro Luro por si había sido detenido, recordemos que era el momento de mayor endurecimiento de la cuarentena, pero allí les informaron que no sabían nada. Luego Virginia habló con Cristina, y ahí se entera que a Facu le habían labrado un acta de infracción en Mayor Buratovich. Esa misma que ya conocemos. Sin embargo el silencio de Facundo ya les empezaba a hacer ruido:

“El 2 de mayo es mi cumpleaños y a mi me extrañó mucho que Kufa no me salude. Como la idea de él era ir a ver a Daiana para reconstruir la relación, pensé bueno está con ella, y cuando está con ella se desconecta… Pero no tanto como esta vez, siempre mandaba un mensajito, pero bueno estábamos creídos que estaba con ella y nos dormimos”.

Pasó el tiempo, y Daniel se acercó a la comisaría de Pedro Luro, sin embargo no quisieron tomarle la denuncia porque él no era familiar directo. El 5 de junio le tomarían la denuncia a Cristina por “averiguación de paradero”, anteriormente en la comisaría le habían dicho que tenían que hacer averiguaciones y corroborar datos pero, como dice Virginia:

“Ya estaba todo corroborado, ellos sabían, ya le habíamos consultado a los amigos de siempre, lo que estaban haciéndonos era perder tiempo”.

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Luego que Cristinia radica la denuncia, la oficial Becerra se comunica con Virginia y le dice que “se había presentado la mamá de Facundo, por una publicación que había hecho yo y le había llamado la atención”, recuerda Virginia. La misma oficial que la llamó fue quien le tomó declaración, y luego anotó los datos del hijo para llamarlo a declarar en un “papelucho”: ”:

“La oficial me dijo que no me preocupara, que ella iba a hacer la declaración de mi hijo porque ya había hablado con él por teléfono el día antes, en ese momento me parecía que estaba bien, ella estaba poniendo supuestamente lo que había dicho mi hijo, una idiotez total de mi parte”.

Diez días después la vuelven a llamar de la comisaría para declarar por una nota que ella había dado en Radio Continental de la ciudad de Rauch con el solo fin de dar información del caso por si algún camionero lo había llevado a Facu:

“Eso llega a la comisaría no sé cómo, y me llaman preguntando por qué y cuándo había hecho yo esa nota, cómo conocía al conductor, cuál había sido el nexo para llegar a él, un montón de preguntas, me pidieron el número de teléfono de la radio, el personal del conductor del programa, lo llamaron a él… ahora me doy cuenta que eso era todo pantomima”

En una segunda declaración, Virginia le consulta a la oficial si había realizado la declaración de su hijo y por qué todavía no habían hecho los rastrillajes, ya habían pasado más de diez días de la denuncia radicada, era mediados de junio. Esa misma oficial le dice que no hizo la declaración de su hijo “por falta de tiempo”, y que “no tiene idea porque todavía no se han hecho los rastrillajes”, acto seguido le pide que su hijo vaya a declarar. Al día siguiente de esa declaración realizan el primer rastrillaje. Virginia también le consultó por una cámara que hay en una escuela a dos cuadras de la casa, y de la estación, pero según la oficial no andaban. Otro hecho que le sucedió con la policía, es ir a decirles que una chica del organismo Socorristas y Rescatistas de Coronel Rosales había ofrecido al organismo para ayudar en los rastrillajes, pero se negaron a llamarlos:

“A esa chica le sorprende el comportamiento de la policía de acá, de que les negaran participar, y ella me decía, ’Virginia es la primera vez que nos pasa que la policía no nos quiere convocar’ yo pensé que era porque no los conocían”.

Antes de la desaparición de Facundo, él ya había sufrido algún hostigamiento por parte de la policía, en una ocasión le habían secuestrado una moto en muy malos términos, rompiéndole el ciclomotor intencionalmente, y también siendo uno de los pibes que se juntaba en el semillero cultural, del otro lado de la vía, fue hostigado junto a sus pares. De hecho, la propia Cristina ha contado a los medios que durante la cuarentena en la zona se ha realizado “una cacería de brujas”. También la familia de Virginia, sufrió detenciones arbitrarias por averiguación de datos personales o por no tener permiso de circulación, su hija Agustina durante el primer periodo de la cuarentena estuvo retenida en la comisaría más de nueve horas:

“Yo estaba trabajando y un policía me buscó en el hospital (su lugar de trabajo en ese momento) para certificar el domicilio, yo tenía un enojo… él me dice ’mirá Virginia yo sé que es tu hija, pero como andaba con el jefe la tuve que levantar’ le pregunté si tenía que ir a retirarla y me dijo que no porque tenía 19 y era mayor de edad. Pasó toda mi guardia del hospital, y la piba nunca llegó, así que cuando salgo a las nueve de la noche, paso por la comisaría y seguía ahí… Uno de los que estaba en la comisaría es uno de los que está ahora sospechado por lo de Facundo. Yo me fui a mi casa y la largaron a las doce y media de la noche, de las tres de la tarde que la habían detenido, mi hija después no quería hablar de eso.

Pero después, cuando pasó lo de Facundo, ella empezó a hablar de cómo vio que maltrataban y hostigaban ahí adentro. También supe que durante la cuarentena hubo un caso de un hombre que lo detuvieron y lo golpearon ahí adentro, un muchacho, trabajador del norte. Acá viene mucha gente por el tema de la cebolla, trabajadores golondrinas, a ese muchacho primero lo llevaron al hospital para que corroboraran que no tenía golpes y después lo llevaron otra vez a la comisaría y ahí lo golpearon bastante”

Le consultamos a Virginia qué piensa sobre los hechos del día lunes 31 de agosto, cuando en todos los medios de comunicación principales del país salía una (falsa) noticia, sobre los resultados de la autopsia, de los restos humanos hallados el 15 de agosto:

“Que se filtra información ya lo sabemos, no es la primera vez que pasa, se han filtrado otras cosas, como esa foto del móvil, esa misma foto que me mostró la oficial a mi cuando me tomó declaración, que le mostró a Cristina y a uno de los mejores amigos de Facundo que es otro, no mi hijo, esa foto que después nos dicen que no tenían, y que después publica el señor Sasso. Como se filtró esa foto, y otras cosas de la causa, alguien desparrama esa información que nadie oficial en realidad había confirmado. Los que me avisan a mi, me dicen que se estaba diciendo que se confirmaba que era Facundo y que había sido un accidente; entonces te das cuenta que están del otro lado, no del lado de la verdad. Básicamente era seguir embarrando la cancha”

Seguí toda la cobertura en La Izquierda Diario del caso Facundo Astudillo Castro