En el frontis de la Biblioteca Nacional, organizaciones migrantes, feministas y de derechos humanos se unieron para denunciar las políticas restrictivas del Estado chileno. Con un enfoque en el impacto de la reforma migratoria y las crisis globales, destacaron la urgencia de garantizar derechos básicos, enfrentar la discriminación y construir solidaridad entre comunidades.
Jueves 19 de diciembre de 2024
En el frontis de la Biblioteca Nacional, bajo la convocatoria migrante y feminista, nos congregamos distintas delegaciones y referentes de Migranta, Féminas Latinas, Jóvenes Migrantes, Colectivo Sin Fronteras, Feministas del Abya Yala y Pan y Rosas. También, en apoyo, estuvieron representantes de Acción Global Feminista, la CF8M y una representante de la escuelita popular del Campamento Dignidad.
Si bien el disparador de esta convocatoria fue repudiar el proyecto de reforma de la ley migratoria, las intervenciones fueron más allá.
Las sucesivas intervenciones partieron por contextualizar la situación mundial. Aquí, la compañera de Migranta expresaba que las crisis climáticas, económicas, bélicas, los golpes de Estado y, en especial, el genocidio en Palestina, son las causales de que millones de personas tengan que migrar.
También se enfatizó en las dificultades que se presentan al tener que abandonar a las familias, amistades y hogares. Sufrir todo tipo de problemas en el camino y el sobreesfuerzo para poder llegar a buscar una vida mejor. La representante afrocolombiana explicaba que, encima de superar esas barreras, al llegar a Chile nos encontramos con discriminación, xenofobia y persecución.
En la intervención de Valentina, de Féminas Latinas, que agrupa a las compañeras trans, denunciaron que las dificultades se hacen más agudas en las disidencias y diversidades, donde doblemente se sufren las consecuencias de las políticas restrictivas del Estado.
La compañera Magaly, del Colectivo Sin Fronteras, destacó que, al ser clase trabajadora, es importante no olvidar los aportes económicos que hacemos lxs migrantes en impuestos o en ámbitos productivos. Denunció, además, que se aprovechan para precarizarnos y flexibilizarnos.
Adriana, desde Pan y Rosas, planteó que esta reforma es la consecuencia de un proceso de políticas de persecución al migrante desde todos los gobiernos de turno y, en el actual, con la concesión a la ultraderecha en el refuerzo de leyes como la antiterrorista, la extensión del estado de emergencia en la frontera y las atribuciones al ejército. Señaló la necesidad de tomar esta convocatoria como el puntapié para reagrupar las organizaciones de manera independiente al Estado.
También se puso el foco en desenmascarar que el crimen organizado tiene a la cabeza a carabineros, a la PDI y viene de la corrupción estatal. Esto desvía el problema de la inseguridad, colocando a los migrantes como chivos expiatorios.
Se destaca también la intervención de una profesora de la escuelita popular del Campamento Dignidad, quien reivindicó la necesidad de aunar los lazos solidarios entre migrantes y chilenos, por la importancia de garantizar visaciones, educación, salud, acceso a la vivienda y a trabajos genuinos.