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Red Internacional
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Coronavirus. Voces de empleadas domésticas: "Tenemos que arreglarnos con nada y tratamos de estirarla, ni para alcohol en gel tenemos"

Pese a que el presidente recomienda quedarse en casa, hay un sector muy grande de trabajadores precarios y no registrados que vive al día, y si no trabaja no puede subsistir. Entre ellos están las trabajadoras domésticas ¿Cuál es su situación en momentos de pandemia?

Jueves 19 de marzo de 2020 10:41

Aunque toda la población se encuentra expuesta al contagio del coronavirus, algunos sectores están en mejores condiciones para enfrentarlo, mientras otros se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Entre estos últimos las trabajadoras domésticas son una parte muy numerosa, muchas veces invisibilizada e ignorada por las medidas estatales y los grandes medios de comunicación. La abrumadora mayoría se encuentra en negro, y por lo tanto sin derechos laborales. Si deciden no ir a trabajar por temor al contagio, o si sus empleadores prescinden de su trabajo por la llegada de la pandemia, no cobran. Pero si asisten al trabajo arriesgan su salud y la de su familia. Aquí reproducimos algunos testimonios y experiencias de trabajadoras domésticas de la zona oeste de Rosario.

Vilma trabaja en varias casas. Sólo en una de ellas está en blanco y ahí ya le avisaron que no vaya y que le pagarían de todos modos. En otro de los trabajos está en negro y aunque le dijeron que no fuera esta semana también le van a pagar las horas, pero no pasa lo mismo con otra de las casas en que limpia, en la que ya le adelantaron que no le van a pagar las horas que no trabaje. Está preocupada porque no sabe qué va a pasar la semana próxima, y si no trabaja no va a tener lo suficiente para los gastos del hogar y sus gastos personales. Pero si trabaja también le preocupa su salud, porque toma entre seis y siete colectivos diarios, y corre mucho riesgo de contagiarse.

Silvia está sin trabajar, aunque es posible que el viernes retome. Algunas de sus patronas le dijeron que no vaya, pero como está en negro no le pagan un mango. Optó por hacer otras cosas para que entre algo de plata en la casa, como pancitos caseros y galletas integrales. Lo hace por encargo y también sale a vender a la calle, aunque trata de salir lo menos posible. Frente al anuncio del gobierno de bonos para beneficiarios sociales y jubilados de la mínima, Silvia mostró indignación porque las trabajadoras domésticas no son tenidas en cuenta, incluso cuando los números muestran que son uno de los sectores con más bajo registro y menos derechos laborales entre los asalariados.

Esta semana Paola iba a empezar un nuevo trabajo, de niñera, pero con la llegada del coronavirus y las medidas sanitarias, se paró todo. Un garrón, porque no sabe si va a poder empezar la otra o si la van a llamar más adelante. Algunas patronas le pagaron la mitad de lo que cobra en la semana, pero igual que el resto, no sabe qué va a pasar la próxima semana y tiene miedo que sea peor que esta.

Casi todos los lugares donde trabaja le cancelaron, salvo uno. Así que a estirarla. Esta semana la va a pilotear con eso y con la asignación que cobra de los chicos, y va a tener que admnistrarse muy bien para no pasar necesidades. "Decí que con un paquete de harina o con un kilo de alitas te hacés una gran comida, o con menuditos te hacés un arroz amarillo", proyectaba Paola pensando cómo arreglársela para lo que viene. "Yo compre cloro nomás, otra cosa no. Alcohol en gel, qué voy a comprar", aseguraba frente a la especulación de empresarios y comerciantes que aumentan los artículos de primera necesidad.

Otra trabajadora de la limpieza, Marta, planteaba como conclusión que "esta es la situación en la que vivimos las empleadas domésticas, que tenemos que arreglarnos con nada y que tratamos de estirarla, que ni siquiera tenemos para comprar en alcohol en gel, nos arreglamos con lo que tenemos. Encima la semana que viene esta crisis se va a profundizar mucho más todavía".