Martes 26 de agosto de 2014
María Victoria Moyano, nieta restituida y miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos expresó su repudio al operativo conjunto que “entre la Federal, la Metropolitana y la Gendarmería desalojó a los habitantes del asentamiento Papa Francisco, donde otra vez es víctima de la represión un nieto recuperado, el diputado del FPV Horacio Pietragala, a quien le pegaron piñas y patadas en el piso, lo mismo que a los legisladores Pablo Ferreyra (que recibió balazos de goma NdE), y a José Cruz Campagnoli. En la Panamericana, hace quince días, durante una jornada de lucha en apoyo a los despedidos de Lear, yo fui víctima de una dura represión, estuve presa más de 9 horas”. María Victoria concluyó diciendo: “se acabó la impostura del gobierno de los derechos humanos, los hechos se chocan con el relato: De la Rúa le pegó y le tiró con caballos de la Federal a las Madres de Plaza de Mayo, ahora Berni todas las semanas reprime a organizaciones y militantes de derechos humanos, esta vez no puede mirar para otro lado, fue la Metropolitana pero él y sus tropas estaban ahí actuando, y ya ni siquiera repara en reprimir a miembros del propio oficialismo. ¡En cualquier momento se le va a ocurrir que no marchemos más, ni siquiera los 24 de marzo! ”.
José Cruz Campagnoli, legislador de Nuevo Encuentro, golpeado durante el desalojo, ironizó vía Twitter, preguntando por qué no desalojaron country donde vivía el matrimonio Belsunce cuando fue asesinada María Marta. Una clara diferencia de clase, un asesinato en una asentamiento es excusa para entrar con topadoras, en un country, queda todo en “familia”.
Pablo Ferreyra, legislador porteño y hermano de Mariano, asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria, declaró que "comenzó una balacera muy corta pero súper fuerte por parte de la Metropolitana. Nos golpearon, a mí me dispararon a cinco metros. No estaba haciendo nada, sólo me había acercado a buscar a Campagnoli que estaba golpeado", detalló a Infonews y agregó que hará una denuncia penal por la agresión.
Myriam Bregman, abogada del Centro de Profesionales por los de Derechos Humanos y el PTS señaló en el programa radial Pateando el Tablero: “Berni está armando una fuerza de choque, de control social extremo, anulando cualquier posibilidad de protesta social. Las imágenes del desalojo, de la Metropolitana entrando con la Gendarmería, tirando hasta a una nena de su silla de ruedas, son imágenes brutales, acompañadas por la imagen de la topadora que a nadie se le escapa que entrar así a un barrio es dar un mensaje de que vamos a actuar como en la dictadura: las topadoras en la ciudad de buenos aires tienen un solo significado, y es evocar aquellas topadoras que mandaba Cacciatore (militar de la dictadura, intendente de la Ciudad de Buenos Aires durante de 1976 a 1982, cuya política de “erradicación de villas” al servicio de negocios inmobiliarios se basó en arrasarlas con topadoras y desplazar a sus habitantes fuera de la Capital NdE). Nadie se puede equivocar con esto”.
Los integrantes del colectivo La Poderosa dicen en su comunicado: “amanecimos con otra avanzada de las Fuerzas de Seguridad, todos los brazos armados de la desigualdad, arrasando al barrio Papa Francisco, que encarna la lucha histórica de la Carpa Villera en el obelisco. Armados hasta los dientes, a las sombras de tantos discursos grandilocuentes, entraron a los palazos en un solo frente de unidad, las manos duras de la Nación y de la Ciudad. ¿Cuáles serían entonces los datos importantes? ¿Somos todos asesinos de Melina? ¿Somos todos pirañas? ¿O será que empezaron los tiempos de campañas? Gas pimienta, balas de goma y el regreso de las topadoras nos vuelven a unir en estas horas, para que toda la gente entienda que hay una lucha por la vivienda, contra la exclusión y la precariedad, perfectamente oculta por esta gran venda de distorsión e impunidad”.
Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz y coorinador general del Serpaj señaló que: “Una vez más solicitamos que se atienda la situación de tantas familias, que expresan su derecho a tener una vivienda digna. En cambio solo reciben el derecho a ir a un galpón sin respuesta a su problema de fondo. Reclamamos que el Gobierno Nacional y el Gobierno de la Ciudad, den a los habitantes de esta ciudad una solución definitiva a este problema, no solo discursos y promesas.
Exigimos al secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: el cese de cualquier tipo de represión y violencia y la liberación de los seis detenidos.
Nuevamente reafirmamos que no es por el camino de la violencia que se llega a las soluciones y que los derechos de los pueblos son inalienables, deben ser respetados”.
El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia denunció la escasa presencia de medios en el lugar de los hechos (ya que se encontraban a varios metros de distancia NdE) y declaró que “muchas familias se resisten a este atropello y exigen una solución para su problema de vivienda, pero el gobierno de la Ciudad sólo les ofrece un subsidio mínimo después de desalojarlos y ninguna solución.
Exigimos el cese inmediato de esta represión salvaje, que pone en peligro la vida de todas las familias del lugar, y exigimos al Gobierno Nacional y de la Ciudad de Buenos Aires una solución definitiva para las miles de familias que exigen reclaman su derecho a una vivienda digna.
Alejandrina Barry, hija de desaparecidos, trabajadora social de la villa 21 24, militante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos: “Esa represión que sólo pueden llevar adelante verdaderos fascistas, que opinan que a los pobres no merecen tratos de seres humanos. Como vivimos en la villa nos tratan como perros, este es el sentimiento que se escucha cotidianamente.
Trabajo hace mucho años como operadora social en la villa 21 24, el hostigamiento, el maltrato y la represión sobre la población de las villas, particularmente a los jóvenes, es algo constante, cotidiano, totalmente invisibilizado.
El operativo Cinturón Sur, que ocupó estos territorios con cientos de efectivos de Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Federal y Metropolitana transformó las villas en verdaderos Guetos, dividiéndose tareas donde una de las más importantes es “custodiar” los alrededores para que prácticamente no puedan salir del único lugar donde por ahora se considera que están aptos para vivir”.