×
×
Red Internacional
lid bot

Trabajadoras. Voces de trabajadoras: "Somos un ejército de mujeres que cuidamos personas"

"Es un trabajo ’de mujeres’ que ha pasado al ámbito laboral. Vivimos en una sociedad machista que difícilmente va a reconocer este trabajo, porque venimos de generación en generación con la obligación de cuidar a los demás".

Cynthia Luz Burgueño Barcelona | @LubCynthia

Martes 29 de marzo de 2016

Así nos habla Ángeles Muñoz, en una concentración en las puertas de las oficinas de CLECE de Barcelona, una de las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento. Sin que nadie cuide ni reconozca sus derechos, estas trabajadoras cuidan a miles de personas dependientes en sus domicilios, en terribles condiciones de precariedad laboral, sin derecho al descanso o al desayuno que la empresa pretende recortar aún más. Y sin que reconozcan sus enfermedades y accidentes adquiridos por su duro trabajo diario, como laborales. Pero no hace falta explicar más, ellas lo hacen con la inteligencia, alegría y la fuerza que las caracteriza.

Ángeles nos explica la falta de reconocimiento a su importantísimo trabajo, por ser mujeres:

"La idea es volver a recuperar un poco nuestros derechos. No tenemos almuerzo ni descanso. Y no es cuestión de que lleguemos al domicilio de trabajo estresadas porque nosotras tenemos personas a nuestro cargo: desde personas con discapacidades mentales, familias de riesgo social, tenemos una labor psicológica también que en este caso no se contempla y que también existe, además de la física.

A partir de aquí, se debe tomar conciencia de nuestra profesión, que nosotras somos las primera que tenemos que reconocer que somos parte del bienestar de esta sociedad, y esto tampoco está contemplado en sí, porque de hecho nosotras trabajamos en Servicios Sociales pero no salimos ni en el organigrama. Por lo cual necesitamos que la sociedad reconozca nuestro trabajo. Porque hacemos mucho más de lo que se ve, entonces la idea es que desde aquí logremos el reconocimiento social, un salario que se acomode a nuestra labor.

El 95% somos mujeres. Los hombres son muy poquitos, trabajan mucho y son mis compañeros, pero realmente es un trabajo ’de mujeres’ que ha pasado al ámbito laboral. Entonces claro, si tú vives en una sociedad machista difícilmente te van a reconocer este trabajo, porque ya venimos de generaciones en generaciones con la obligación de cuidar a los demás. Esto es algo que no se puede concebir en esta sociedad "moderna".

Nuestra labor es muy importante, porque somos un ejército de mujeres, de personas que cuidamos de personas. No sólo tenemos derecho a un salario digno, también de que se reconozca nuestra profesión. La gente tiene que concienciarse que cuando estamos con una ancianita en un banco, estamos trabajando. Porque antes tuvimos que sacar a esta ancianita a la calle y seguramente ella no quería salir. A eso se le llama sociabilización, no se le llama "sentarse en un banco".

Estamos para darle calidad al usuario, para eso se ha creado este servicio, no es de ahora, es de 1980. Antes de que existieran los educadores sociales estábamos las TF [Trabajadoras Familiares], con lo cual es un trabajo muy digno, que no se reconoce. Y yo personalmente creo que no se reconoce porque somos mujeres".

Otilia, con la alegría que la caracteriza, nos cuenta las razones por las que están concentradas en las oficinas de la empresa:

"Estamos aquí reunidas, frente a las puertas de las oficinas de la empresa CLECE porque nos han recortado el tiempo de traslado y descanso. Y el director, por estar aquí todas concentradas reclamando, nos dice encima, ’os estáis precipitando’. Y les dije, ¡nos estáis precipitando vosotros a correr de un lado a otro sin descanso! Una de las consignas es "Tenemos bata, no tenemos capa", porque no somos ¡Superman!

Resulta que te bajan también las horas de trabajo, de 30 horas a 28 horas, y esas horas las debes y te pueden llamar para decirte que las tienes que trabajar. Son horas que después las tienes que recuperar. Si te niegas, te pueden despedir. Ah! Y otra cosa, resulta que los que están en la oficina, la mayoría son hombres. Mujeres, somos las que estamos trabajando de cuidadoras ¿es casualidad? ¡no, es machismo puro y duro!"

Continúa Marta Muñoz con firmeza:

"Soy trabajadora familiar, somos personas que damos servicios a gente dependiente. En Barcelona somos muchas, somos casi 4.000 trabajadoras. Cada dos años el Ayuntamiento lleva a concurso el servicio de atención domiciliaria y cambiamos de empresa, ahora hace un mes ganó la empresa CLECE. Nosotras tenemos unas horas de trabajo y unas horas de desplazamiento de domicilio a domicilio, y cuando nos dieron los nuevos "planning" nos hemos encontrado con que los tiempos de desplazamiento eran de lo más surrealistas, pretendían que llegáramos de un punto ’A’ a un punto ’B’ en tres, dos minutos.. ¡imposible! Justo venimos de una reunión con la empresa para reclamar por todo esto".

María Ángeles, una de las principales impulsoras de la "Plataforma de Atención Domiciliaria en Lucha", explica cómo comenzaron a organizarse:

"Surgió de un grupo de watssap que hizo una compañera, que ya ha fallecido, que nos quiso agrupar porque entre nosotras no nos conocíamos, ya que nuestro trabajo es muy individual y no podemos hablar de nuestros problemas, intercambiar opiniones de lo que pasa a nuestro día a día. Ella nos convocó, fue difícil quedar, pero al final la sorpresa fue que nos juntamos 150 trabajadoras, y así empezó todo, nos agrupamos para luchar contra las condiciones de precariedad laboral, que son muchas. Están haciendo contratos de 15 horas, de 20 ó 22, muchos son contratos de ’Obra y Servicio’ y los que están indefinidos también son en precario. Yo tengo 29 horas y estoy reclamando hace muchos años un aumento de jornada, pero dicen que ’no entran servicios’, siempre excusas. Luchamos para que todos los trabajadores tengamos el mismo tipo de contrato de 35 y 37 horas. Como mujer trabajadora es que...te sientes mal, porque con esta jornada tan reducida y con este sueldo tan bajito ¡no puedes ir a ningún sitio! Y además, ¡Qué casualidad que ’todas’ las mujeres de TF tengamos ’todas’ artrosis degenerativa! En este trabajo por como son las empresas las experiencias son negativas: falta de derechos y bajos salarios...tenemos por luchar. Pero nuestro trabajo en sí es vocacional y te llena.

Agueda Alonzo, explica claramente cuáles son las tareas que hacen diariamente:

"Empiezo a las 8 de la mañana, tenemos que ir de domicilio a domicilio para lo que tenemos un tiempo que nos quieren recortar ahora, que ya era corto. Yo hago muchas funciones en mi trabajo, desde levantar a un encamado, a un inválido, disminuidos físicos y psíquicos, comprar con el usuario, acompañarlo al banco o al médico. Son muchas funciones y todas muy importantes. Cuando la familia no puede estar al tanto, estamos nosotros. Somos un 25% en ayuda a las familias. Y ellas sí nos lo reconocen, pero las empresas no. Y si tenemos que luchar, pues lucharemos. Nos han ido quitando derechos. Y el Ayuntamiento se tendría que implicar un poco más con nosotras, porque CLECE es una empresa prestadora del Ayuntamiento".

Las palabras de Lourdes, son un duro testimonio de cómo sufren el cuerpo la precariedad laboral:

"Yo estoy de baja desde el mes de octubre por accidente de la mano. Tengo el escarpiano, ligamentos rotos, tendinitis, lumbares y cervicales, todo del trabajo. A mi esto no me había pasado nunca. Y la empresa no me lo reconoce como accidente laboral, la mutua me hace la resonancia, me diagnostican artrosis y me dicen que es una enfermedad degenerativa, que tengo que ir a la seguridad social. No lo reconocen como enfermedades laborales, me dieron medicamentos fuertes, como siempre nos hacen tomar, y tuve que volver a trabajar. Y a los meses volví a caer, porque me dieron un usuario muy fuerte que yo me rompí la espalda, las lumbares, las manos destrozadas, estoy fatal. Y bueno, caí en un banco cuando salí de trabajar, no podría moverme hasta que me levanté agarrándome y me volví a mi casa. Y así sí, me dieron la baja. Es una vergüenza, porque no reconocen que son enfermedades laborales, para ellos son enfermedades degenerativas. Son las mutuas que te hacen esto, en complicidad con la empresa, es una cadena, trabajan para las empresas".

Las mujeres trabajadoras de cuidados expresan con inteligencia su experiencia y la lucha por sus derechos contra unas empresas que, para aumentar sus ganancias o mantenerlas, realizan brutales reducciones de plantilla mediante ERTE’s o ERE’s, imponen condiciones laborales precarias y bajan la calidad de los servicios.

Si buceamos sobre quiénes son sus dueños, nos encontraremos con grandes empresarios. Sólo por hablar de CLECE, es de nada más y nada menos que de Florentino Pérez, presidente del Grupo ACS (Actividades de Construcción y Servicios, SA) y del Real Madrid C.F.

Desde fines del los ’80 y ’90 la mayoría de los Ayuntamientos, en manos del PSOE, PP y los partidos del Régimen, al externalizar estos trabajos privatizaron los servicios públicos. Estas contratas se benefician de contratos de concesión, —la mayoría realizados a base de prácticas corruptas— que les permiten funcionar en régimen de oligopolio y facturando unos costes sobredimensionados. Contra estos monstruos luchan estas valientes mujeres.