De niño fui cosechero del algodón. Luego me vine con mi familia a buscar futuro a Bs. As.Militando en la Bordó y en el PTS con gran entusiasmo volví de visita a mis pagos y en esta serie de notas quisiera compartirles mis vivencias.
Miércoles 10 de agosto de 2016 08:54
Cada vez que vengo a Corrientes los recuerdos vuelven y me traen mucha nostalgia. Recuerdo ese momento cuando mi abuela me dejo en la terminal, y yo llevaba un montón de sueños y esperanzas para poder progresar. Y ahora me encuentro en Corrientes trayendo mi experiencia y mis ideas, las del PTS, para poder concientizar a toda la gente, que no se tiene que dejar pisotear por la patronal y por la burocracia. Mi profundo deseo es poder ampliar la política clasista y revolucionaria, y extender el partido a mi querida Taragui, donde nuestra clase sufre y padece la explotación en la ciudad y el campo.
"Remontando el viejo rio, hacia el norte volveré. Llegaré a los pagos míos y de allí ya no me iré. En los campos de algodón y en los montes de quebracho quedaron mi corazón y mi sueño de muchacho..."
Mi viejo pago querido
Nací y me crie en San Cayetano, en la zona rural del departamento de Riachuelo de la Provincia de Corrientes. Mi infancia para mí fue buena, pero también con el tiempo me di cuenta que tuve que hacer cosas por necesidad. A los 5 años empecé a trabajar en la cosecha de algodón. Recuerdo que me sangraban las manos porque me pinchaba con el pompón de la flor del algodón. Nos pagaban por kilaje, pero lo que ellos querían. Una vez con mis hermanos nos plantamos y les dijimos que queríamos que nos paguen lo que realmente vale el algodón. Como no nos lo querían dar, nos llevamos el algodón y cruzamos al Paraguay donde nos pagaban más. Yo siempre andaba con pantalones cortos, con lo que conseguimos me pude comprar mi primer vaquero.
“Rumbo a la cosecha cosechero yo seré, y entre copos blancos mi esperanza cantare, con manos curtidas dejare en el algodón mi corazón”. Así fue pasando mi infancia y la de muchos niños en los algodonales porque no había otra salida para la inmensa mayoría que venimos de abajo. Esta realidad persiste hoy en día, donde lamentablemente continúa el trabajo infantil en las zonas rurales de mi provincia en beneficio de los patrones de estancias. Como dice León Trostky en MI VIDA “La vida descarga sus golpes sobre el débil, y nadie es más débil que el niño”.
Así fui creciendo. Mis padres se vinieron a Bs. As. a trabajar y nos dejaron con mis abuelos allá. De a poco nos iban llamando, y mis hermanos y yo fuimos viniendo uno a uno para la “gran ciudad”. Termine el secundario en Bs. As. Después de ahí empecé a trabajar en Carrefour donde nos súper explotaban. Trabajábamos 16 hs cuando el dólar era uno a uno. Y así después fui echado y hace diez años entre en la alimenticia STANI, donde sigo trabajando actualmente.
Allí fui conociendo a los compañeros de la BORDO. Ellos me hablaban de revolución. En su momento entendía pero me parecía bastante loco. Recuperar el sindicato… Los delegados vendidos no nos dejaban hablar en las asambleas. Pero fuimos forjando la agrupación BORDO, que hoy es una fuerte oposición, y dimos importantes batallas. El convenio Mantecol fue una de las cosas que más bronca me provoco. Una gran injusticia. Nos obligaba a trabajar de lunes a sábados y al 100% cuando debería ser al 200%. Ver teníamos que dejar la vida en la fábrica, no tener los fines de semana para nuestra familia me impulso a organizarme. Me lleno de odio la burocracia sindical, su forma de decidir, a nuestras espaldas, pisoteando nuestros derechos, en complicidad con la patronal. Por ejemplo en las paritarias, con la firma del convenio Mantecol, dándole la espalda a los tercerizados, los fraudes escandalosos que vivimos, como el que sufrimos en una elección a comisión interna, o en las elecciones en el sindicato este año. Aprendí lo que es la solidaridad de clase y a pelear por nuestros derechos, a plantarnos y enfrentar los despidos con la organización obrera, con medidas como los paros, y que se puede torcerle el brazo a la multinacional.
Mi militancia política fue a partir de que mis compañeros me propusieron ser candidato a Concejal en San Fernando. Me gustó la idea de que un obrero sea candidato. Me acuerdo cuando un día fuimos a la puerta de una fábrica, un obrero sale y pregunta ¿cómo es un partido con trabajadores? Así empecé mi militancia política en el PTS donde llevamos las ideas del trotskismo, que son revolucionarias. Quiero aportar a llevar conciencia a los trabajadores. Quiero aportar a que el partido sea grande, organizar a los trabajadores y a la familia obrera para fortalecer la lucha de clases.
Con la nostalgia que me trae tanto recuerdo, ahora volví de visita a mi viejo pago querido, a llevar las ideas de izquierda a los trabajadores.
En las próximas notas seguiré compartiendo recuerdos, historias, luchas, entrevistas y vivencias de nuestra clase en la provincia.
Porã: linda,hermosa
Taragui:Corrientes