El despido de un joven peruano en el hipermercado NINI nos hace pensar como la xenofobia avanza, solo para el beneficio de unos pocos.
Lunes 18 de julio de 2016
Cuando el joven Peruano Arturo Sánchez fue despedido del hipermercado mayorista NINI en la ciudad de La Plata, por el motivo de “sospecha de vender drogas dentro del lugar de trabajo”, muchos nos indignamos y vimos como desde La Izquierda Diario se comenzó a ayudar y a difundir la lucha del joven junto con la de sus amigos a través de las redes sociales, con su consecuente viralización. Pero la realidad es más profunda y amplia que el caso de Arturo. Podríamos pensar que la empresa utilizó ese motivo al saber que un sector de la sociedad iba a justificar el despido por relacionar la nacionalidad peruana con la venta de drogas. El joven comenta como dentro de su lugar de trabajo no hay forma de hacer nada sin que decenas de cámaras graben los movimientos. Aun así, ¿como el hipermercado NINI va a utilizar ese humillante motivo de despido (se suma la acusación de que Arturo rompió un elemento de trabajo) sabiendo que no tiene pruebas? La respuesta es fácil: xenofobia, la sociedad xenófoba para ser más claros.
Con el triunfo de Mauricio Macri en Argentina, y el crecimiento de la derecha a nivel mundial, también creció el racismo, la intolerancia y la discriminación de todo tipo.
Recordemos luego de los atentados de noviembre en Paris, como creció el “miedo” de muchos franceses hacia los que profesan la religión del Islam, hasta el punto que un joven Musulmán salió a dar abrazos a ciegas en medio de parís con un cartel que decía "Soy musulmán y me dicen que soy terrorista. Yo confío en ustedes. ¿Confían ustedes en mí? Entonces abrácenme". O sin volver tanto tiempo atrás, como el asesinato de jóvenes de la comunidad Afroamericana en EEUU a manos de las fuerzas policiales trajo una ola de protestas que terminó con la muerte de varios policías (y ahora sabemos que la mano dura de la policía yankee, va a estar peor que nunca).
Acá en Argentina, ya se hizo costumbre estigmatizar a la gente que vive en las villas o a los que se visten de determinada manera. También como el sector mas de derecha de nuestro país piensa que los inmigrantes de países limítrofes no deberían trabajar acá porque ”le quitan el trabajo al argentino que si quiere laburar”. Siempre echándole la culpa al que tristemente no puede defenderse, ¿para que culpar a las grandes empresas y los gobiernos por la falta de oportunidades, no?. Esto no solo pasa acá, en los países europeos que el ultimo año recibieron refugiados sirios, creció el discurso de ”no les den trabajo, porque van a quitarle el empleo a los ciudadanos locales”.
Es todo parte de un mismo crecimiento del pensamiento de derecha, que solo hace crecer cada vez mas a los gobiernos neoliberales y sus empresas amigas. Los capitalistas son los grandes beneficiados de estos prejuicios, porque mientras los obreros nos peleamos entre nosotros (no interesa de que país sea origen el obrero!) ellos siguen haciendo de las suyas, y muchos como Arturo Sánchez tienen que aguantar como una empresa lo discrimina humilla a el y a su familia , y aun peor, ver como un sector de la sociedad justifica este accionar.
La xenofobia, es otra de las formas de dividirnos para hacernos más débiles. Ellos están juntos aprovechándose de que los trabajadores inmigrantes hacen los peores trabajos y a menor precio, aumentando sus beneficios. Pero por otro lado, con un cinismo descarado, fomentando la xenofobia para garantizar sus negocios (y seguir tratandolos como personas de menor valor) y ademas justificar las represiones de toda expresión que amenace sus ideas o su forma de gobernar, simplemente como algo disciplinador.
El crecimiento de la derecha se ve enlazado al crecimiento de la izquierda, y eso hace pensar en que si ese crecimiento del movimiento obrero se puede ver reflejado en los que repudiemos el racismo y cualquier tipo de acto que se le parezca.