Durante el debate del domingo y su conferencia del lunes en la Universidad Iberoamericana, la candidata neoliberal quiso enfatizar que "no ha militado en ningún partido político", pero la abanderan partidos represores y su programa no representa las necesidades de la mayoría, sino las de los capitalistas.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Martes 9 de abril de 2024
Luego del fiasco del debate presidencial el pasado domingo, la candidata neoliberal, Xóchitl Gálvez, quien el día de ayer tuvo un encuentro con estudiantes en la Universidad Iberoamericana, ha enfatizado ser una "candidata ciudadana". Durante ambas intervenciones, Gálvez declaró que es alguien que "no pertenece ni ha militado nunca en ningún partido político".
Esto lo plantea debido al fuerte descrédito que tienen los partidos políticos en México y en particular la coalición de derecha neoliberal, la cual no se ha podido recuperar del golpe certero que fue la crisis orgánica suscitada por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. La desconfianza de la población a la casta política es lo que la orilla a querer presentarse como "ciudadana" y no perteneciente a la casta política que durante décadas ha gobernado y vivido vidas de lujo a expensas de las mayorías.
Concretamente esto lo afirmó en la Ibero en respuesta a una manta que los estudiantes pusieron al pie del escenario donde ella estaba sentada junto a miembros de las planillas estudiantiles que facilitaban el diálogo.
"Ibero tiene memoria"
Estudiantes de Ibero le recuerdan a @XochitlGalvez la tragedia de la guardería ABC y la desaparición de los 43 normalistas de #Ayotzinapa durante los gobiernos del PRIAN.
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— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) April 8, 2024
El reclamo no es menor: a pesar de afirmar que es una "candidata ciudadana", por un lado, su programa es de defensa a los intereses empresariales (como lo han hecho los partidos tradicionales), proponiendo "un México de clases medias" —elemento al que volveremos más adelante— y crear una Agencia Nacional para el Emprendimiento, la Innovación y la Productividad. Por otro (y más importante), la respaldan el PRI, el PAN y el PRD, partidos neoliberales e históricamente represores.
El cinismo de ir a la Ibero, afirmar ser una "candidata ciudadana" y desviar la respuesta de que "en todos los partidos se cuecen habas" (como si eso minimizara que en efecto toda la casta salta de partido en partido para defender sus intereses de clase) cuando la abanderan los partidos responsables de la militarización del país y el asesinato de miles no tiene cabida.
El PRI, partido que ha recurrido al terrorismo de Estado, como recuerda la manta expuesta en el auditorio Sánchez Villaseñor, es uno de los miembros de la coalición de Xóchitl Gálvez. Entre sus "hitos" está la masacre del 2 de octubre de 1968, la matanza del 10 de junio (donde la propia Ibero tuvo estudiantes heridos por los Halcones) y, más recientemente, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En segundo lugar está el PAN, que permitió la militarización en 2007, continuada por Peña Nieto y hoy con AMLO. De igual manera, en el PAN militan exmiembros del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), una organización porril de extrema derecha que llegó en los 60 a ametrallar centros educativos para "combatir el comunismo" y cualquier intento de organización estudiantil independiente del PRI y el PAN.
Pequeño y silencioso, en la cola de esta coalición está el PRD, que en 1999 criminalizó al CGH de la UNAM cuando éste paró la universidad para frenar el intento de privatizarla mediante las cuotas ilegales que pretendían imponer. De igual manera es corresponsable de la desaparición de los 43 al ser el edil de Iguala y el gobernador de Guerrero miembros de este partido.
Xóchitl Gálvez alude a que, al ser "ciudadana", pretende engañar al electorado al hacer énfasis en la figura de la candidata, dejando de lado que en una elección, la persona pasa a segundo plano. En la política liberal burguesa como la de México, un voto es un aval por un programa y una plataforma.
Por más que intente disfrazarse de "ciudadana", lo cierto es que Xóchitl Gálvez sí ha sido miembro de estas formaciones. Si bien curiosamente en un inicio El Financiero la reportó como miembro del PRD, la página del Senado la enlista como legisladora del PAN.
No sólo eso, sino que, como ya hemos dado cuenta desde La Izquierda Diario, Xóchitl Gálvez tiene nexos con varios políticos panistas serviles al imperialismo español y al partido neofascista Vox, el cual sostiene el delirio de que España vino a "civilizar" México. Por más que se quisiera desmarcar de Vox o de los partidos tradicionales, Gálvez actúa como la representante del programa de estos partidos que pretenden precarizar y hambrear a la juventud.
Volviendo a la propuesta del "México de clases medias", es un engaño que omite dos cosas: la primera, la situación de crisis económica mundial que se ha venido arrastrando desde 2008 y se acrecentó con la pandemia. Como ha dado cuenta el economista Michael Roberts, las fortunas de los multimillonarios crecieron en un ritmo de 2,700 dólares al día mientras la población vio reducir su salario y poder adquisitivo.
Esto, además, como una forma de enfocarse en el ingreso cuando, en segundo lugar, la mayoría de la población son de clase trabajadora. A pesar de querer fomentar las PyME, nada garantiza que el trabajo en este tipo de negocios no sea precario.
En ambas candidaturas, queda claro que la prioridad no son los trabajadores ni los jóvenes, sino los empresarios a quienes sirven todos los partidos, ya sean los de la coalición de la 4T como la coalición neoliberal. Ante ello, impulsemos en estas elecciones un polo de independencia de clase para contraponer la política de la clase obrera a la de los capitalistas, su casta servil y sus candidatas.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana