El mar dejo en la orilla al pequeño Aylan, junto a su hermano, sin vida. El mar dejo en la arena y a la luz del día un sistema social de desigualdad, miseria y explotación.
Nicolás Laguna @NicolsBenjamin7
Viernes 4 de septiembre de 2015
De Siria, Libia, Medio Oriente, toda el África, llegan a las costas de Europa. Millones de refugiados escapan, huyen, corren, nadan, se suben a barcos, camiones, camionetas o donde puedan para ganarse lo vida en algún país de Europa. Soñaban con ser artistas, futbolistas, pintores, cantantes, cocineros de bar, bomberos, enfermeros, albañiles, vendedores, madres, padres, hijos, abuelos, tíos, amigos, vecinos, caminantes, corredores, motociclistas, usar sombreros, zapatos de gamuza, vestidos a la moda, ver su banda favorita, saltar, abrazar, llorar, reír, y vivir. Si, solo eso, soñaban vivir, de alguna u otra forma.
Tal vez pretendían mucho, y para pocos no eran nada. Para los traficantes de personas que guardan su dinero en los grandes bancos ni una perdida, ellos cobran por adelantado. Para los bancos no eran ni números en un balance. Para los accionistas no fueron bonos en las bolsas del mundo por más que hayan caído de un barco. Para los fabricantes fueron esclavos que no llegaron a hacer las millones de remeras Nike o Adidas en talleres que nadie ve. Para los vendedores de armas cadáveres que escaparon de sus balas. Para las iglesias diezmos que no pudieron cobrar. Para los vendedores de las grandes tiendas no eran posibles clientes, no les daba el “status”. Para los diputados, algo que hay que legislar mejor para que no se vean más. Para los jueces y abogados son letra muerta en papeles, llamadas leyes, que están incumplidas. Para las policías cuerpos que correr que se perdieron de pasar por sus servicios de maltrato, golpes y cárceles. Para Presidentes y opositores un mal trago del cual hay que salir rápido y hacer demagogia. Para los medios de comunicación algo de cual hay que vender mucho, mostrando el costado sensible que jamás tuvieron.
Todos ellos, patrones, banqueros, financistas, industriales, intelectuales, periodistas, diputados, jueces, presidentes, especialistas, juntos; los dueños del mundo dirán a coro, y a gritos. En diarios, revistas, portales, libros, redes sociales, radios, universidades, escuelas y lugares que encuentren van a decir que es terrible, que son fallas del sistema, que la culpa es de tal o cual, que hay que mejorarlo, que hacer esto o lo otro, que no tenían que escapar, que en Europa no entran, que hay trabajo, que no se puede, que no, que no y que no.
Que no es el sistema, que solo hay que mejorarlo y nada más. Que las guerras, el hambre, las muertes inhumanas, los pobres, los desahuciados, los niños sin pan y mutilados son secundarios, que en occidente hay libertad, democracia, que votas, que hay hoteles de lujo, paraísos fiscales, podes comprar y vender, que el mercado decide, autos de alta gama, yates, y un mundo que pocos conocen y pueden ir.
Te van a decir que te conformes, que es lo que hay, el sistema que funciona, que no luchas, que no grites, que calles, que lo de Aylan no es común, solo una excepción, que no llores, que no tengas rabia, que no odies y mires a otro lado.
¿En qué país, en lugar, en qué región funciona el sistema? en Europa? En Libia? En las costas del Mediterrano llena de muertos? En los millones de pobres de América latina? En los negros y latinos de EEUU? En sin casa de España? En cualquier país de África? En el Asia que es el taller terciarizado del mundo? En el mar que devuelve a aylan? En la arena que lo siente reposar en su temprana muerte?
¿Y a donde funciona el capitalismo?