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Red Internacional
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ANIVERSARIO 14 DE ABRIL. ¿Y si lo que nos cuesta la monarquía fuese para luchar contra el coronavirus?

Cada año la Monarquía nos cuesta un pastón de dinero de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La asignación directa de los PGE es de 8.434.280 euros. Pero es solo una pequeña parte del gasto.

Martes 14 de abril de 2020

A éste se suman gastos de viajes, representación y otros muchos derivados de diferentes ministerios como el Ministerio de Defensa, Interior, Presidencia, Asuntos Exteriores o Hacienda. En total, se calcula que la Monarquía nos cuesta unos 60 millones de euros anuales. Aparte de eso, sus fastuosas fiestas como la boda real de 2004 supuso una movilización de unos 40 millones de euros más.

Este dislate de gasto público, es un insulto a cada persona trabajadora que vive ahogada en gastos y facturas y con la amenaza del despido o sufriendo por las consecuencias que le trae la crisis del coronavirus o lo que le pueda caer encima.

Hace justo un mes, el sábado 14 de marzo, el diario británico The Telegraph reveló que Felipe VI era heredero de una fundación offshore en Panamá, que contenía una “donación” de 65 millones de euros de Arabia Saudí. Probablemente, por la concesión del AVE a La Meca. Es solo una comisión más de Juan Carlos I procedente de dictaduras.

Es públicamente conocida su forma de maniobrar y su buena relación con Arabia Saudí desde agosto de 1975, cuando, según documentos desclasificados de la CIA, EEUU aprobó un proyecto financiado por Arabia Saudí para que España entregara el control del Sáhara Occidental a Marruecos, entonces provincia 53 de España. Con el control de la mina de BuCraa, en territorio saharaui, la dictadura alauita pasó a controlar las tres cuartas partes de los fosfatos del mundo, mientras Kissinger y EUU mantendrían el apoyo a Juan Carlos de Borbón como Jefe de Estado.

Negocios mafiosos aparte y 89 años después de la proclamación de la II República nos planteamos, ¿Y si lo que nos cuesta la monarquía fuese para luchar contra el coronavirus? Esto supondrían 60 necesarios millones de euros más anuales para frenar el covid-19. Se podrían destinar en mascarillas, batas y demás EPIs o, mejor aún, en test masivos para controlar los positivos asintomáticos que tantos contagios ocasionan.

Se podría destinar solo a la Comunidad de Madrid, por ejemplo, para recuperar las 2100 camas menos que se han recortado desde 2008. No harían falta hospitales precarios como IFEMA, que no cuentan con servicios de radiodiagnóstico tan necesarios para detectar la evolución de patologías respiratorias. Se haría otro gran hospital permanente para la Comunidad. Se podría por ejemplo, dotar de más unidades UCIs a la España vaciada, tan necesarias hoy como muestra la situación sanitaria en Castilla-La Mancha y Castilla y León. Se erradicaría más rápido el contagio, habría menos muertes y no habría ni el confinamiento ni la situación que nos espera.

En total, los rescates a la banca de la anterior crisis, nos han costado un total de recortes en la sanidad pública de 21.000 millones de euros y también se recortaron puestos en la sanidad. Las enfermeras que hoy faltan en cada comunidad para luchar contra el coronavirus, o están en la privada atendiendo negocios lucrativos o están en el extranjero. Desde 2008, se recortaron 10.000 puestos sanitarios menos. Solo en el extranjero, hay 8000 enfermeras españolas que tuvieron que emigrar ante los recortes, el paro y la alta temporalidad que hacía imposible cualquier conciliación familiar y personal. Que bien nos vendrían hoy.

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Esta situación de precariedad contrasta con la fortuna de la casa real, que se calcula en 2.000 millones de euros. Eso sin contar todo lo que gastan en su insultante modo de vida. Esos 2.000 millones de euros debemos tomarlos y ponerlos a disposición de nuestra salud.

Felipe VI anuló la retribución a su padre ante el escándalo de los 65 millones de euros de Arabia Saudí. Pero lo que no queremos heredar es esta monarquía heredera de Franco. Una institución medieval que ninguna persona en más de 40 años ha votado nunca. El año pasado decenas de miles de personas participaron en consultas populares sobre la Monarquía. Ganaba ampliamente el No a la monarquía. Mientras tanto, el gobierno PSOE-UP se niega a abrir los candados oxidados de la Constitución y le dedica a Felipe VI aplausos y besamanos. Al igual que con las multinacionales y la clase empresarial, el gobierno protege a la monarquía. Pero lo que merecemos es ser súbditos de nadie ni que la Constitución les siga protegiendo. Por eso es necesario ya abrir procesos constituyentes libres y soberanos para decidirlo todo.