Petróleo y saqueo. YPF se retira de Chubut y Santa Cruz: ¿Una vuelta a los años ’90?

YPF, la petrolera nacional que funciona como una empresa privada, ha decidido con el impulso del gobierno de Milei y del presidente de YPF, Horacio Marín, un CEO de Tecpetrol de la familia Rocca, un plan para los próximos años donde la producción se concentrará en Vaca Muerta y otros yacimientos no convencionales como Palermo Aike en el sur de Santa Cruz. El shale es una gran tentación ya que la rentabilidad de los proyectos en Vaca Muerta o lo que puede ser Palermo Aike y el offshore es superior a la de los yacimientos maduros como los del sur de Chubut y el norte de Santa Cruz.

Esta decisión de la empresa tiene el objetivo por un lado de bajar los costos de producción y por otro de impulsar un aumento de las exportaciones de hidrocarburos, cuyo fin no es más que pagar la deuda externa odiosa. es decir el nuevo plan está orientado a aumentar la extracción de hidrocarburos, pero no para el abastecimiento interno sino para las exportaciones.

Esta vuelta al neoliberalismo de los años 90 en el área petrolera no solo no fue cuestionada por ningún gobierno posterior al menemismo, sino que por el contrario, se profundizó el consenso de los comodities, hoy consenso extractivista, que en el caso del petróleo estuvo al servicio de la desregulación y privatización del mercado de hidrocarburos y obtener divisas por su exportación, junto a un avance de la tercerización, la flexibilidad laboral y la precarización del trabajo.

La impunidad de las empresas petroleras y la maximización de sus ganancias fue ratificada en 2014 cuando se votó la ley de hidrocarburos que otorga numerosos beneficios como los plazos de concesión hasta 45 años, la concentración del mercado en pocas empresas, la baja de las regalías al 12%, el uso de tribunales extranjeros para dirimir disputas y que no establece ningún tipo de control ambiental a una de las industrias más contaminantes de la historia. Estas leyes como el acuerdo secreto con Chevron para avanzar en el fracking, fue parte de las políticas del kirchenrismo, lo que implica por un lado la destrucción ambiental, y al mismo tiempo la continuidad del saqueo imperialista.

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Este plan contempla el abandono, cierre o venta de 55 áreas petroleras maduras en distintas provincias del país, de las cuales 3 se encuentran en Comodoro Rivadavia: Campamento Central; Escalante-Trébol y Restinga Ali. Se denomina “yacimientos maduros” a aquellos que ya pasaron su pico “óptimo de producción”. El anuncio de retirada de la compañía ya tuvo efectos, ya que, por el lapso de 90 días, AESA paró dos perforadores, Venver paró dos equipos de pulling y San Antonio Internacional (SAI) paró un pulling.

Comodoro Rivadavia: ciudad de enclave petrolero o de la industria del oro negro ocupa un lugar central en la ciudad, es el sector con mayor peso en términos de generación de trabajo entre el 20% o 22% de los trabajadores ocupados, fue declarada “Capital Nacional del Petróleo”, su historia, una vez más, está relacionada íntimamente a los vaivenes de la industria petrolera y en particular a la empresa YPF.

Para llevar adelante este vaciamiento, que amenaza la estabilidad laboral de más de 5000 trabajadores, petroleros, camioneros y de la construcción en la Cuenca del Golfo de San Jorge. YPF contrató a la consultora McKinsey, conocida por reestructurar grandes empresas con despidos y precarización laboral. La decisión de abandonar las 3 áreas en Chubut amenaza a 2650 trabajadores que trabajan para YPF y sus terciarizadas.

Lo que se sabe por los medios del acuerdo entre YPF y el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, el diputado nacional Loma Ávila del Pro, es que habría continuidad para el 90% de los trabajadores, es decir que va a haber despidos. Además, la empresa quiere impulsar un plan de jubilaciones anticipadas, retiros voluntarios, y suspensiones por un lapso de entre 90 y 120 días con el pago de un 80% del salario a los trabajadores, hasta que otra empresa tome el área abandonada, manteniendo la antigüedad tras el traspaso. Este acuerdo nuevamente lleva a que pierdan los y las trabajadores ante esta decisión que busca maximizar las ganancias de YPF.

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Por su parte, los gobernadores patagónicos que formaron la alianza de las Provincias Unidas del Sur recientemente en Puerto Madryn analizan demandar en forma conjunta a YPF por la decisión de retirarse de la explotación de los pozos tradicionales de la región, reclamando que las áreas abandonas se han cedidas a las provincias. Según señalan distintos medios, existen gestiones avanzadas con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres para que la provincia no objete ni complique la cesión de áreas convencionales a operadoras más chicas como Capsa-Capex, y el Grupo Neuss. Se señala que Torres pidió a la petrolera bajo control estatal fondos para llevar adelante una serie de obras de infraestructura en Chubut para no llevar a los estrados judiciales esta disputa.

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El otro problema que surge ante la decisión de YPF es el pasivo ambiental ya que Comodoro tiene más de 4 mil pozos mal sellados. La contaminación y daños ecológicos que acarrea toda la cadena de explotación. Ya que contamina cielo, tierra y agua, y afecta tanto la biodiversidad como la salud humana. El petróleo fue marcando el pulso de la comunidad en todas las dimensiones imaginables. Basta recorrer la ciudad para observar su urbanización, esculpida caprichosamente a partir de los intereses de la industria petrolera. Por el cerro Chenque, Comodoro Rivadavia se encuentra separada (en sentido literal) en dos ciudades: de un lado, el centro comercial de la ciudad, y del otro, la “Zona Norte” de la ciudad, relacionada con la explotación petrolera.

El área ‘Campamento Central’ es la que involucra al radio urbano y la que más efectos visibles provoca, por la existencia de alrededor de 2.000 pozos, en su mayoría inactivos, correspondientes a sólo a esta compañía, YPF. La mayoría de las instalaciones están localizadas en la zona norte de la ciudad, a partir de la vinculación entre los yacimientos y el propio crecimiento poblacional. Por ejemplo, existen pozos mal sellados en Bella Vista y Restinga Alí. Los impactos ambientales deben medirse también en la cantidad de piletas secas tapadas de forma precaria, en cumplimiento de normativas laxas que existían hasta la década de los 90. A esto se suma los ductos se abandonados, tanques en desuso y el necesario rastreo de material radiactivo que se manejó por la zona.

Contra estas políticas de saqueo y explotación el diputado nacional del PTS Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, planteó “la necesidad de avanzar en una nacionalización integral de todos los recursos energéticos, para poder desarrollar un plan racional, discutido con las comunidades, con los trabajadores, con los especialistas, los científicos y científicas de nuestras universidades públicas. Un plan racional que esté en función de las necesidades de la población, de las grandes mayorías trabajadoras y que no esté puesto en función de entregarles más beneficios a las multinacionales”.

La entrega de los recursos hidrocarburíferos, con Vaca Muerta como emblema, es la gran esperanza de todo el régimen capitalista. En sentido opuesto, el Frente de Izquierda y los Trabajadores plantea la nacionalización de toda la industria hidrocarburífera bajo el control de los trabajadores. Junto a esto es necesario que todos los trabajadores deberán estar bajo un mismo convenio, como así mismo deben ser reincorporados todos los trabajadores despedidos por YPF. Y que se haga un plan bajo control de los trabajadores y especialistas de la universidad y del CONICET para llevar adelante una reparación ambiental en todos los barrios y territorios que fueron afectados por la explotación de YPF y que hasta ahora no han tenido ninguna respuesta favorable ni del Estado provincial, ni de la propia empresa.