Desde hace algunos años, los derechos de los trabajadores y la seguridad social han sido afectados severamente.
Jueves 10 de noviembre de 2022

Incrementan los años de servicio y edad para jubilarse, aplican la unidad de medida y actualización de manera ilegal para incrementos salariales de activos y jubilados y topes de pensión, aunque no fueron creadas para este fin.
Los salarios "aumentan" por debajo de la inflación, afectando profundamente el poder adquisitivo y propiciando la precarización. Incrementa la jornada laboral con menos pago del que legalmente corresponde. Disminuyen el receso vacacional para quienes aún conservamos ese derecho o directamente no dan las vacaciones que por ley corresponden, a pesar de las promesas del gobierno de duplicar los días de descanso obligatorios -que son apenas 6 al año-.
El sistema de salud es deficiente y no cubre las necesidades de atención médica, medicamentos suficientes y hospitalización, debido a la falta de presupuesto.
El servicio de transporte público es caótico y no responde a las necesidades diarias para acceder puntualmente a nuestros centros de trabajo.
No hay acceso a una vivienda digna. Para poder obtener un crédito -que cualquier trabajador paga por el resto de su vida laboral- hay que cubrir demasiados requisitos.
Debido a lo anterior, se forman movimientos por aquí y por allá, resistiendo y luchando por cuestiones específicas, que desafortunadamente se mantienen desvinculados o compitiendo unos con otros.
Los sindicatos, en manos del charrismo sindical, continúan usando su fuerza a favor del patrón, desbaratan movimientos, calman a la base trabajadora siendo cómplice de los atropellos hacia sus agremiados.
Ya es momento de que todos como trabajadores nos unamos en una lucha común en contra de la violación a nuestras condiciones de trabajo y rescatemos nuestra seguridad social.
Ya es momento de ponernos de acuerdo para encabezar una sola lucha de la clase trabajadora, para alcanzar el objetivo común qué beneficie a todos.
Alcemos la voz al unísono reclamando respeto a los derechos conquistados.
Ya es hora de dejar de responder a cada ataque del gobierno, que nos mueve de aquí para allá en pequeños grupos, debemos planear una estrategia común y lanzar una ofensiva con el poder de todos los trabajadores, sin divisiones.
Unidos todos los sectores, formales e informales; sindicalizados o no; de la educación, la salud o la industria; manuales e intelectuales; médicos, maestros, obreros y estudiantes.
Ya es momento de demostrar que el país funciona gracias a nuestra fuerza de trabajo y exijamos lo justo: una vida digna para todos que responda al esfuerzo que realizamos. Lo podemos lograr.