Investigadores de la Universidad de Sydney actualizaron la cifra de aves, mamíferos y reptiles arrasados por los voraces incendios en Australia. Algunas especies quedarán al borde de la extinción.
Valeria Foglia @valeriafgl
Jueves 9 de enero de 2020 22:54
Foto: Mark Brake / Getty
Es el número al que arribó la investigación liderada por Chris Dickman, de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Sydney. El profesor y su equipo revisaron la cifra estimada que habían proporcionado semanas atrás, cuando informaron que unos 480 millones de animales, entre mamíferos, aves y reptiles, habían perecido con los incendios forestales que desde hace cuatro meses alcanzan dimensiones dramáticas en el país. Hoy son más de ochocientos millones, siendo conservadores, si se considera el impacto nacional de la crisis, que Dickman no duda en ligar a los efectos del cambio climático.
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La Universidad de Sydney reproduce las declaraciones del investigador, que asegura que “la devastación que tiene lugar tan rápidamente en un área tan grande no tiene punto de comparación. Es un acontecimiento monstruoso en términos de geografía y el número de animales afectados”.
Dickman agregó que es algo “muy triste” que eventos de esta envergadura puedan “acelerar el proceso de extinción para una variedad de especies”, además de los mamíferos, que “en Australia tienen la tasa de extinción más alta del mundo”, lo que significó que la biodiversidad del país oceánico haya disminuido en las últimas décadas.
“Lo que estamos viendo son los efectos del cambio climático”, dice Dickman. “A veces se dice que Australia es el canario en la mina de carbón [1] con los efectos del cambio climático, que se ven aquí de manera más severa y temprana. Probablemente, en las primeras etapas de Australia en este momento, estamos viendo cómo podría verse el cambio climático para otras partes del mundo”.
Australia, principal exportador de carbón del mundo, ha sido gobernada sucesivamente por políticos ligados, más allá de colores partidarios, a la industria de los combustibles fósiles. Para Dickman, tanto ecologistas como científicos ambientales en Australia han sido relegados del debate y la elaboración de políticas. Durante décadas expusieron el aumento considerable de temperatura, un grado en promedio en el último siglo, y ofrecieron una serie de respuestas como eficiencia energética, impuestos al carbono, formación para la comunidad y transición hacia energías renovables y limpias. No fueron escuchados.
Un peligro adicional es que aquellos animales que hayan sobrevivido a los incendios al huir o refugiarse bajo tierra posiblemente regresen o reaparezcan en áreas que ya no tendrán los recursos para mantenerlos, como podrían ser fuentes de agua u hojas de eucalipto en el caso de los koalas. Otros serán víctimas de depredadores introducidos, como gatos salvajes y zorros rojos. Incluso aquellos animales que huyeran a áreas no afectadas encontrarán mucha dificultad para competir con otros que ya vivan allí, por lo que morirán en poco tiempo. Por no mencionar la matanza deliberada de más de diez mil camellos salvajes porque "consumen mucha agua".
Los koalas son una de las especies que se encuentran en estado de “extinción funcional”, ya que su número en la actualidad no representa un papel considerable en su ecosistema. El territorio norte de Nueva Gales del Sur, el hábitat óptimo para esta especie por su suelo fértil, ha sido arrasado. Los koalas son herbívoros y se alimentan especialmente de hojas de eucalipto. Será todo un desafío recrear su hábitat, con el mismo tipo de árboles en el que se desarrollaron durante generaciones.
Los incendios afectaron directamente a especies que viven en los árboles, como los mencionados koalas y las cacatúas, pero también a otros herbívoros, como los wómbats, marsupiales pequeños que se alimentan de hierbas y raíces, y los característicos canguros australianos.
¿Cómo se calculan las cifras?
El profesor Dickman, con treinta años de experiencia en el área de ecología y conservación animal, basa sus estimaciones en el informe de 2007 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) acerca del impacto de los desmontes en la vida silvestre en Nueva Gales del Sur, que implicó obtener estimación de la densidad de población de mamíferos, aves y reptiles y luego la multiplicaron por las áreas de vegetación cuyo desmonte había sido aprobado. También realizaron estudios en otras partes de Australia, en hábitats similares a los de Nueva Gales del Sur.
Adrede, el equipo de Dickman consideró estimaciones altamente conservadoras para hacer sus cálculos. Por ende, es posible que la magnitud del daño en la vida silvestre australiana sea aún mayor.
“Esta cifra incluye mamíferos (con excepción de los murciélagos), aves y reptiles, pero no ranas, insectos y otros invertebrados. Australia contiene una rica e impresionante diversidad de mamíferos, con más de trescientas especies nativas”, agrega el comunicado de la Universidad de Sydney, que establece que alrededor de treinta y cuatro especies y subespecies de mamíferos nativos se han extinguido allí en los últimos doscientos años, “la mayor tasa de pérdida para cualquier región del mundo”. Algunas de las amenazas, particularmente en Nuevas Gales del Sur, son los desmontes, las plagas exóticas y la crisis climática.
#AustralianBushfire - I think it speaks for itself.#Tragedy #AustraliaFires #animalsaustralia
— ChatNoir #FBPE #FBR (@Beaute_du_Noir) January 8, 2020
La aniquilación masiva de millones de animales dejará a muchas especies al borde de la extinción en un contexto de crisis ecológica y climática global. Con millones de hectáreas quemadas, la pérdida para la biodiversidad y el balance del sistema terrestre provocada por los incendios en Australia es aún incalculable. Eso no tiene precio.
Seguí la cobertura de La Izquierda Diario sobre esta crisis socioambiental
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[1] Durante siglos los mineros bajaban a las minas de carbón con un canario en una jaula para usarlo de "centinela" de la presencia de gases tóxicos, ya que sufren sus efectos mucho antes que los humanos