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Red Internacional
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Magisterio. Yenny Pérez, la primera mujer secretaria general de la Sección 22 de la CNTE

En el XII Congreso de la Sección 22 de la CNTE-SNTE, 444 delegados votaron a favor de la maestra Yenny Araceli Pérez Martínez para ocupar la Secretaría General para el periodo 2022-2026. Es la primera vez en 42 años que se elige a una mujer para este cargo.

Miércoles 30 de noviembre de 2022

En principio, llama la atención que en un gremio mayoritariamente femenino sea la primera vez en tanto tiempo que en la Sección 22 de la CNTE-SNTE algo así sucede, tratándose de uno de los ’bastiones históricos’ del magisterio que se reivindica democrático y disidente al charrismo sindical.

Sobre todo, considerando que fueron las mujeres de la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas (COMO), parte fundamental de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), quienes en el 2006 jugaron un rol importantísimo en la lucha magisterial y popular que dio lugar a la Comuna de Oaxaca. Fueron ellas quienes aguerridamente tomaron los medios de comunicación para informar a pueblo mexicano lo que realmente estaba sucediendo, cuando el magisterio y el pueblo se levantó en aquel estado del sur del país.

Y es que el magisterio no puede ignorar que las mujeres hemos sido parte fundamental de los movimientos sociales, donde hemos jugado roles muy importantes, así como en los espacios políticos y sindicales. En los últimos años, el movimiento de mujeres ha sido uno de los movimientos organizados que se ha expresado en las calles recurrentemente -como mostró la marcha del 25N- frente al aumento de los feminicidios, la violencia y la precarización laboral que no cesan.

Las mujeres en el magisterio y su participación político-sindical

Las maestras han desempeñado un papel importante en la lucha de las mujeres por alcanzar igualdad de derechos y mejor trato como trabajadoras. En el Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916, gran parte de las participantes eran docentes. Ahí discutieron, entre otras cosas, el derecho a la educación de las mujeres y su derecho al trabajo. Las maestras se destacaron también en la lucha de los años treinta por el derecho al voto y en muchas luchas posteriores, como la Comuna de Oaxaca y la lucha contra la reforma educativa, que afectaba los derechos de miles de trabajadoras y trabajadores de la educación. Sin embargo, a pesar de estos antecedentes y de que el magisterio está compuesto en su mayoría por mujeres, los cargos dirigentes en los espacios de organización sindical siguen siendo en su mayoría un terreno predominantemente masculino, lo que en cierta forma expresa el peso que conserva la traidición patriarcal aún en las organizaciones que se reivindican democráticas.

Desde luego, las maestras y maestros no podemos obviar que al SNTE lo dirigió por 24 años una mujer, Elba Esther Gordillo, quien fiel a sus propios intereses y los de los gobiernos en turno jugó un papel deleznable para el gremio, avalando el avance de las reformas neoliberales contra la educación pública.

Ésta no solo apoyó a los gobiernos priistas y panistas, sino que abrió las puertas para la mal llamada reforma educativa de Enrique Peña Nieto, firmando la Alianza por la Calidad de la Educación durante el gobierno de Felipe Calderón. Además, utilizó su cargo sindical para fortalecer su propio partido, Nueva Alianza, que no representó nunca los intereses de los maestros ni de los trabajadores de la educación, sino que utilizó al magisterio como base clientelar en sus negociaciones con el gobierno federal y los demás partidos del régimen.

Esta mujer no ha desaparecido de la vida del magisterio, sino que intentaba volver a controlar la dirigencia del SNTE mediante las Redes Sociales Progresistas, que participaron en la campaña presidencial de AMLO, con su hija Maricruz Montelongo Gordillo a la cabeza.

Sin embargo, la preferencia del gobierno federal por la actual cúpula del SNTE, encabezada por Alfonso Cepeda Salas, ha llevado a que la corriente gordillista se muestre más ’crítica’ de la 4T, e incluso a que Elba Esther -tras haber sido liberada por el propio gobierno de AMLO- participara en la marcha ’en defensa del INE’, convocada por los empresarios y partidos de derecha, el pasado 13 de noviembre.

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Tampoco podemos obviar que la política del gobierno de la 4T hacia el magisterio ha sido la de utilizar figuras femeninas como responsables de la educación pública, como fue el caso de Delfina Gómez (ahora candidata del Morena a la gubernatura del Edomex), a quien se le presentó como una maestra cercana a las necesidades del magisterio.

O como Leticia Ramírez Amaya, la actual titular de la SEP, quien a pesar del discurso del presidente sobre la ’revalorización’ del magisterio, ha seguido atacando los derechos de las maestras y maestros dando continuidad a la reforma educativa neoliberal a través de mecanismos como la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), que impone un régimen laboral de excepción en el gremio.

¿Qué retos enfrentará la maestra Yenny Pérez?

Que se haya elegido a una mujer en un gremio tan importante para el país como es el magisterio y en una sección que ha jugado un rol tan significativo para las luchas de las y los trabajadores de la educación, no es menor.

Esto se suma a la tendencia de abrir cada vez más los espacios de representación obrera y popular para que las mujeres los ocupen, como sucedió en el Sindicato Independiente Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Industria Automotriz (SINTTIA) en General Motors, donde fue elegida Alejandra Morales como secretaria general -aunque requiera un análisis aparte si su gestión está siendo lo esperado o no para los intereses de las y los trabajadores de GM-.

En un contexto político signado por la carrera electoral rumbo al 2024, donde una “corcholata” de las más fuertes -como Claudia Sheinbaum-, es también una mujer, y donde el Morena viene haciendo mucha política para mostrar su fortaleza -como vimos en la movilización del 27 de noviembre-, los retos para el magisterio y para sus dirigentes son muchos.

El gobierno de la 4T logró lo que el gobierno de Peña no pudo: imponer la reforma educativa -y laboral- hacia el magisterio sin resistencia. Si bien el aspecto más controversial de la reforma peñista -que era el examen de permanencia- se eliminó de la reforma de AMLO, producto de la lucha de los maestros, la continuidad neoliberal en el terreno laboral la seguimos padeciendo todos los días. Cada vez es mucho más difícil para los normalistas y los egresados de las distintas universidades ingresar al magisterio -y obtener plazas basificables y no temporales-, pues los requisitos se han multiplicado y se vuelven cada vez más absurdos y alejados de las necesidades reales de las escuelas.

De la misma manera, el nuevo marco curricular promete acabar con el legado neoliberal en los planes y programas de estudio, pero hasta ahora, solo se ve en el papel, pues sin un cambio en la estructura de las escuelas, que sigue siendo vertical y autoritaria, así como sin recursos económicos para resolver los problemas más urgentes en el terreno educativo -como más y mejores escuelas, reducción de alumnos por grupo, contratación de personal médico y psicológico, así como docente y de apoyo y una larga lista de etcéteras- difícilmente se podrán resolver el rezago educativo, que es ya un problema de gran magnitud para el país y la violencia creciente que vemos en las aulas.

Por otro lado, es necesario que el sindicato de un gremio mayoritariamente femenino retome en sus manos las reivindicaciones de las mujeres. Debe ponerse a la cabeza de la lucha contra el feminicidio, la desapariciones -que cada día afectan más a maestras y alumnas- la violencia y la precarización laboral que se cierne doblemente sobre nosotras.

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Sabemos que en este sentido es muy importante que la sección 22 haya elegido a una maestra para ocupar su dirigencia. Sin embargo, consideramos que, por sí solo, esto no es suficiente. Será un reto de suma importancia incorporar las demandas de las mujeres como parte de las demandas gremiales. Las maestras en todas las escuelas, zonas y secciones debemos exigirlo.

Para conquistar nuestros derechos, es indispensable que la CNTE de conjunto, en primer lugar, la Sección 22 por su papel histórico, rompa con la pasividad y la confianza en el gobierno de la 4T, para ponerse a la cabeza de la organización de los docentes y de la lucha por la educación pública y los derechos, demandas y reivindicaciones de las maestras y maestros de todo el país. Nutriendo masivamente las acciones que vienen haciendo ahora los maestros de la CETEG de Guerrero, que se mantienen en plantón frente a Palacio Nacional en la CDMX.

Para ello, debemos conquistar la democratización del SNTE en su conjunto y la independencia del sindicato de todos los partidos del régimen, lo que también hay que pelear al interior de la CNTE contra aquellos que quieren conciliar con el gobierno de la 4T, o los partidos de la oposición neoliberal, como el PRI, PAN y PRD.