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Red Internacional
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Presidenciales. Primarias en Chile Vamos: la vieja receta de los herederos de Pinochet

Con una primaria que seguro pasará sin penas ni glorias, para la derecha se ha vuelto una lucha por ver quien logra captar el voto duro del sector. Sabiendo que el espacio está cerrado hacia el centro, todos mostraron que su política será mostrarse como quienes volverán a imponer el orden pinochetista que tuvo Chile los últimos 30 años.

Antonio Paez

Antonio Paez Dirigente Sindicato Starbucks Coffe Chile

Domingo 18 de julio de 2021

Durante esta jornada tanto Chile Vamos como Apruebo Dignidad, definirán quien será el candidato de su sector.

Mientras la izquierda se debate entre dos programas reformistas, en la derecha la disputa se ha ido circunscribiendo cada vez más al pequeño nicho del rechazo.

Sin lugar a dudas las derrotas electorales que ha sufrido la derecha ha llevado a los cuatro candidatos a disputarse un sector que hoy se encuentra a la defensiva, asustado y enfurecido con los cambios sociales que el país está enfrentando producto del estallido social y la instalación de la Convención Constitucional.

Esta situación se ha exacerbado con el debate de primarias donde, al comienzo de la disputa, el voto a captar parecía ser el centro huérfano de la fallida primaria de la ex concertación, pero semana a semana este “centro” se esfumó y se notó particularmente en el último debate donde hasta el “socialdemocrata” de Lavin endureció su postura con relación al matrimonio igualitario, los derechos sociales y otros.

Al parecer la apuesta de Chile Vamos está en ese sector descontento con el gobierno de Piñera porque no actuó con suficiente “dureza” durante el estallido, ese sector que pide “mano dura” y “estado de sitio” para la Araucanía. Este sector está molesto porque se encuentra en minoría y como decía Cubillos este fin de semana: podría no ir a la Constituyente y ésta seguiría funcionando sin la derecha. Es la derecha del orden, la paz impuesta, con los trabajadores trabajando, los estudiantes estudiando y las mujeres en la casa sin quejarse como le gustaba tanto a la dictadura.

Aun cuando los cuatro candidatos den cuenta de que “Chile cambió” apuestan sus fichas a poner al país nuevamente en la senda neoliberal, con amplios derechos para que empresas puedan seguir explotando nuestros recursos naturales y con trabajadores desorganizados o de rodillas ante transnacionales o las cámaras empresariales.

Solo hay que revisar sus palabras sobre las violaciones a los derechos humanos durante el estallido, donde todos estuvieron de acuerdo de que estas fueron “excepciones” o “involuntarias” y por lo tanto es un tema que tendrá que dejarse “a los tribunales” para ver las responsabilidades. Todos justifican el actuar de carabineros debido a los “violentistas” y “delincuentes” como si los más de 400 afectados con daño ocular, más los miles que sufrieron todo tipo de vejámenes producto de la represión fueran hombres y mujeres que salieron de la nada a protestar por nada. Las calles se llenaron de trabajadores, mujeres y jóvenes luchando por terminar con el Chile neoliberal, el que mantiene a miles bajo regímenes de total explotación y miseria. Y sobre Punta Peuco todos acordaron mantenerla abierta, e incluso transformarla en una “cárcel de abuelitos”... nada más que decir su señoría.

Araucanía y la guerra contra el pueblo mapuche

Nuevamente frente al tema Araucanía tanto Lavín como Sichel, Desbordes y Briones acuerdan en que hay que reinstalar el orden con toda la fuerza y utilizando el monopolio de la fuerza que tiene el Estado.

Para la Derecha restituir los derechos ancestrales de los pueblos originarios pasa por destruir físicamente a los sectores más “radicalizados” a los cuales tratan de terroristas, encerrar comunidades “pintorescas” listas para el turismo mientras las empresas forestales destruyen y saquean el sur del país.

Todos acuerdan en que hay que destinar más recursos para la “guerra contra el terrorismo”, incluso Lavin hizo referencia la ausencia de suficientes medidas para llevar esta guerra como carros blindados, drones con visión nocturna, según él, cosas que ya tienen los “terroristas”. Además de decretar el “Estado de sitio”, es decir el control militar a través del ejército profesional del país, sería el encargado de imponer el orden a cualquier costo. Ya vimos durante el 2019 que ocurre cuando los militares salen a la calle.

Agenda conservadora, de género y migración.

Aunque el debate lo menciona como “valórica”, los cuatro candidatos representan al votante conservador, ese que defiende a la iglesia contra las mujeres, que no quiere el aborto, el matrimonio igualitario o la adopción homoparental. Es el sector que acepta la homosexualidad higenizada, pero mira con desprecio al conjunto de la comunidad LGBTI+ si no es con fines de marketing empresarial o "gay-friendly".

Misma posición se nota con la migración. Los candidatos quieren recibir a quienes vengan a hacer de mano de obra barata y quienes no se quieren subordinar a ese orden, son expulsados como “delincuentes” o con campañas criminalizadoras sobre “bandas de extranjeros que vienen al país a robar y matar”.

¿Como derrotar a la derecha retrograda y empresarial?

Seguro el candidato que gane este domingo será ungido por los empresarios y sus medios de comunicación. La campaña del terror contra el candidato del Apruebo Dignidad comenzará utilizando las protestas en Cuba, las detenciones ilegales en Venezuela y pronto se pondrá sobre la mesa Korea del Norte.

Los llamados al "orden y la paz" que quiere imponer la derecha será contra la organización obrera y popular. A estos intentos de los empresarios de volver al Chile de los 30 años, la clase trabajadora debe retomar el camino de la movilización y lucha, exigiendo a sus organizaciones sindicales romper la tregua con el gobierno y exigir a los sectores de izquierda que hoy están representados en la Convención Constitucional que hagan pesar su mayoría.

Como PTR hemos hecho un llamado a constituir un Frente de la izquierda anticapitalista de las y los trabajadores, un frente que no se limite a un acuerdo electoral, sino que busque discutir un programa para intervenir en común en las calles, sindicatos y poblaciones, así como en las elecciones, para que esta crisis no la pague el pueblo, sino los grandes empresarios. Que luche por medidas básicas como prohibir despidos, fin a la precarización laboral, por un sistema de salud público, gratuito y de calidad bajo control de sus trabajadores, por las demandas del movimiento de mujeres como el aborto legal, libre, seguro y gratuito o una educación no sexista, contra los crímenes de odio hacia la diversidad sexual y por medidas que integren la nacionalización sin pago y gestionada por trabajadores y comunidades del cobre, litio y los recursos naturales como el agua y la energía o el derecho a la autodeterminación del pueblo mapuche y devolución de sus tierras, incluyendo la expropiación de las más de 3 millones de hectáreas a los Matte-Angellini y sus forestales.

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