Este lunes Piñera y Susana Tonda, la nueva directora del Servicio Nacional de Menores (SENAME), sostuvieron una reunión en la cual afirmaron que pretenden mejorar este servicio para beneficiar a los miles de niños y niñas que se ven obligados a residir en estos centros, los que últimamente han sido ampliamente cuestionados por casos de maltratos físicos y psicológicos, incluso por abusos sexuales en su interior.
Sin embargo, este planteamiento del máximo representante de la derecha muestra una gran contradicción que devela su verdadero carácter, puesto que se perfilan desde el ámbito más social al "preocuparse" por los niños, pero a la vez sostienen todo un sistema económico que constituye una de las principales causas por las que los niños y niñas terminan en centros como el cuestionado SENAME.
Es así, como se muestran muy conmovidos por las precarias condiciones en la que viven estos niños, pero quedan totalmente indiferentes a los sueldos mínimos, las interminables jornadas laborales o los trabajos que no cuentan con la seguridad suficiente y ponen en riesgo y precarizan la vida de quienes tienen a cargo una familia, lo cual va en desmedro directo de los niños mas vulnerables.
Dentro de estas medidas que impulsará el gobierno de Piñera, existe una alerta temprana para detectar la deserción escolar, que se contrapone a la negativa de la gratuidad en la educación y la posición de profundizar el mercado educativo.
Entonces, ¿qué saca la derecha con realizar acciones que determinen la deserción escolar si más adelante igual va a cerrar las puertas en la cara de quien no tiene para pagar los millonarios costos de educación?
Además, señalan que se creará un sistema que privilegie a la familia con el cuidado de los niños y se anuncia también una Ley de Adopción ¿Incorporará a esta ley a las parejas del mismo sexo? o continuará imponiendo su moral por sobre el claro bienestar que podrían tener esos niños y niñas
Sin duda alguna, las condiciones del SENAME deben mejorarse de manera urgente, sin embargo, una serie de reformas no cambian la realidad de los menores mas vulnerados. Es necesario un cambio mas profundo y de conjunto de un sistema que no dejará de empujar a las familias mas pobres a las miserias más crudas. |