Raniere encabezaba un grupo de talleres de motivación y autoayuda o secta que operaba en Estados Unidos, México, Guatemala y Canadá; las reuniones de los integrantes de la organización se realizaban a través del Executive Success Programs (ESP).
Los talleres combinaban la filosofía liberal de la escritora Ayn Rand con postulados psicológicos, y los participantes tenían que pagar miles de dólares para poder acceder a esto, y ya que ingresaban eran convencidos de otorgar más dinero, firmar un contrato de confidencialidad y reclutar nuevos miembros.
Keith era buscado por las autoridades estadounidenses por el delito de trata de blancas y trabajos forzados; según algunas de las denunciantes, el líder de esta secta reclutaba mujeres para un grupo más selecto que tenía por nombre Dominant Over Submissive (DOS, Dominante sobre sumiso), en este grupo las mujeres eran esclavas de tenían “amos”, pero la realidad es que el único que se encontraba en esa calidad era Raniere, quien abusaba sexualmente de decenas de mujeres que eran integrantes de este grupo y marcaba sus iniciales en la zona pélvica con una pluma cauterizadora.
También las obligaba a recuperar información personal y bancaria de amigos y familiares para poder robar estos recursos o amenazarlas si querían escapar.
Keith fue detenido en Puerto Vallarta el domingo pasado y este lunes fue deportado a Estados Unidos en donde se presume que enfrentará una condena mínima de 15 años de cárcell; sin embargo dentro de la organización tenía diversos colaboradores que administraban su “negocio” fuera de Estados Unidos, como es el caso de Emiliano Salinas Occelli, hijo de Carlos Salinas de Gortari, y es claro que para los “Salinas” primero están sus intereses y luego los de los empresarios, ya que durante el sexenio de Salinas de Gortari como presidente se firmó el Tratado de Libre Comercio con América del Norte que convirtió a México en la mano de obra barata de las grandes empresas estadounidenses, además de crear el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) que tuvo como finalidad rescatar a los bancos a través de convertir su deuda en un deuda pública.
Al igual que este tipo de personajes, existen cientos más que buscan aprovecharse de las personas que buscan respuestas a los problemas que genera el capitalismo.
Y ante la necesidad de creer en algo, surgen farsantes que dirigen sectas, cultos, iglesias y demás grupos de autoayuda como la “Iglesia Universal del Reino de Dios” –que tiene miles de seguidores– y se dedican a manipular a las personas con filosofías diseñadas, con el objetivo de robar paulatinamente su dinero.
De la misma manera comienzan a tomar peso las “terapias” de coaching que, a través de métodos similares a la mercadotecnia, venden a los asistentes una visión positivista de la vida, completamente irreal frente a un capitalismo salvaje que explota nuestros cuerpos hasta la última gota. Estas “terapias” fortalecen el discurso individualista que nos dice que “todo se puede lograr si trabajamos duro” o el “sálvese quien pueda”, dejando fuera la posibilidad de tomar conciencia de que existe una clase dominante que se apropia de nuestro trabajo. | 
