¿Por qué quieren que pidamos perdón por meternos en medio de sus balas?
¿Qué es el sueño americano para una persona negra, salvo el sueño de que América nos deje en paz?
Danez Smith, poeta estadounidense.
El 18 de marzo, la policía de Sacramento (California) disparó veinte veces contra Stephon Clark. Ese día, alguien había llamado al 911 diciendo que un hombre había roto los vidrios de algunos autos. “Manos arriba”, le gritaron, mientras se desangraba inmóvil en el piso. El joven perdió la vida a los pocos minutos. Fue en el patio de la casa de su abuela, donde vivía. Tenía 22 años y era padre de dos niños. Su nombre se suma a la larga lista de afroamericanos muertos en manos de las fuerzas del orden.
El Departamento de Policía de Sacramento lanzó un comunicado donde aseguraba que la víctima “avanzó hacia los oficiales extendiendo un objeto hacia adelante” y que “temiendo por su seguridad, los oficiales dispararon sus armas reglamentarias”. Sin embargo, grabaciones aéreas y de los propios oficiales involucrados, muestran que Stephon fue atacado por la espalda. Y que no tenía una pistola sino un celular.
Pese que las cámaras reglamentarias registran toda la escena, luego de la matanza, los policías apagaron el micrófono. Un claro intento de encubrimiento que continuó con la publicación de los antecedentes de Stephon. Por supuesto, los uniformados no los conocían al momento de apretar el gatillo. Solo sabían una cosa de él: era negro.
La administración Trump se niega a dar respuesta. Sarah Sanders, Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, afirmó que se trata de un “asunto local” y que son las autoridades de Sacramento las que deben determinar los pasos a seguir. El caso ha tomado relevancia nacional y hace más de diez días hay movilizaciones en distintos puntos del país.
Más de 500 personas asistieron al funeral del joven con la consigna “#IAmStephonClark” y “#BlackLivesMatter”. Benjamin Crump, abogado de la familia de Trayvon Martin y Michael Brown, representa a los Clark. Los resultados de la autopsia independiente que encargó, terminaron de avivar las protestas. Según demostró el doctor Bennet Omalu, ocho de las veinte balas disparadas entraron al cuerpo de la víctima: cinco en la parte baja de la espalda, dos en su espada y una en su axila. Luego lo habrían dejado agonizar, privado de asistencia médica, por al menos diez minutos.
¿Un asunto local?
Eric Garner, Michael Brown, Laquan McDonald, Tamir Rice, Rumain Brisbon, Walter Scott, Alton Sterling, Philando Castile y, ahora, Stephon Clark, son símbolos de la brutalidad policial, la impunidad y la discriminación que imperan en Estados Unidos bajo gobiernos demócratas y republicanos.
También son banderas de resistencia. La lucha contra el racismo -elemento estructurante del sistema norteamericano- es un poderoso combustible para la lucha revolucionaria. Como ocurrió a lo largo de la historia, el grito de justicia por Stephon y todos los negros pobres caídos en manos del Estado y su policía, puede desatar una intensa llamarada. |
