Productores de la fruta, en el Alto Valle, de Río Negro arrojaron 1000 kilos de peras en la ciudad de Allen, al costado de la ruta nacional 22, como protesta dadas las demoras en la comercialización de su producción, en medio del conflicto salarial entre los obreros empacadores y los empresarios del sector.
Los trabajadores reclaman un aumento salarial del 40% para todo el año, mientras que el sector empresario ofrece una mejora del 35%. Desde el lunes pasado, los gremios vienen realizando paros y movilizaciones de protesta. Pero la cartera laboral provincial dictó la conciliación obligatoria y reclamó la inmediata suspensión de todas las medidas de fuerza.
Esta semana el plenario de secretarios generales y delegados del Sindicato de la Fruta aceptó la conciliación obligatoria aunque rechazó la última oferta de la cámara empresaria de un aumento del 12,5% que, sumado al 20% logrado en la postemporada, alcanzaría el 35% de incremento anual. El viernes los galpones volvieron a trabajar normalmente y los dirigentes del gremio continuarán las negociaciones para obtener un 20% y llegar al 40% anual que es la máxima expectativa.
Las protestas de trabajadores de empresas empacadoras se realizaron esta semana en Cipolletti y Villa Regina. Si bien no instrumentaron cortes de ruta realizaron caminatas sobre la cinta asfáltica para hacer visible su reclamo.
En declaraciones efectuadas, a medios de Viedma, el gobernador Alberto Weretilneck dijo que "Nuestra fruticultura se encuentra ante una situación de extrema gravedad provocada tanto por las variables económicas que han ocasionado la pérdida de competitividad de nuestros productores, así como de las inclemencias del tiempo, con heladas tardías y tremendas tormentas de granizo". Además sostuvo que "Río Negro no puede darse el lujo de perder una cosecha".
Crónica de los incidentes
El gobernador Alberto Weretilneck había convocado una reunión para el miércoles 28 con los trabajadores pero, sin ningún motivo, no se presento a reunión, evidenciando sus intereses con los empresarios de las multinacionales de la fruta.
Cuando los dirigentes llegaron a Fiske Menuco para notificar al Ministerio de Trabajo, del acatamiento de la conciliación, se registraron peleas, corridas e insultos entre los trabajadores.
El plenario comenzó pasadas las 14 y luego de un arduo debate aprobó por mayoría (Cipolletti votó en contra) acatar la conciliación y continuar con las negociaciones. La tensión, que ya se percibía en Fernández Oro donde se realizó el encuentro de delegados, se hizo efectiva en Fiske Menuco (General Roca).
Cerca de 400 trabajadores, que se encontraban en las afueras del ministerio protagonizaron los incidentes. Esperaban desde temprano la presencia del gobernador Alberto Weretilneck, que había anunciado que asistiría a presentar una propuesta gubernamental para superar el conflicto, y como dijimos anteriormente nunca asistió.
A las 18 hs se conoció que el mandatario había suspendido su visita y el clima se tensó con la llegada de Rubén López. El gremialista arribó al lugar acompañado de algunos delegados. Rodeado de un importante grupo de personas, anunció la definición política que tomaría el sindicato que dio lugar a la conmoción que fue seguida con los insultos y los pedidos de renuncia del dirigente. Cuando decidieron retirarse, empezaron las corridas, los piedrazos y botellazos que también afectaron a comercios y autos. La policía intervino y hubo disparos con balas de goma.
Durante los incidentes, el delegado Marcelo Portiño fue golpeado mientras intentaba salir de la redada y varias personas sufrieron heridas como consecuencia de los disparos. La peor parte se la llevó un hombre herido con un arma blanca, aparentemente barrabrava del club Cipolletti, que respondería al sector de López. Fue hospitalizado y sigue grave con periodo reservado. |