La caravana compuesta por personas de Guatemala, El Salvador y Honduras, por mencionar algunos, salieron desde el pasado 26 de marzo desde Tapachula, Chiapas, con destino a Estados Unidos en el “Viacrucis Migrante 2018”, la caravana está conformada por unos mil quinientos migrantes entre mujeres, hombres y niños, y parte con el lema “Todos somos americanos de nacimiento”.
Con esta caravana los migrantes centroamericanos y sus familiares buscan hacer visibles las duras condiciones con las que se enfrentan al migrar hacia Estados Unidos, y sostiene tres demandas: respeto a derechos como refugiados y acceso a un trabajo digno; que les abran las fronteras y detengan deportaciones; y, que sus países de origen implementen políticas efectivas para no tener que irse.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ocupó Twitter para arremeter contra la caravana y el gobierno mexicano, al cual le exige que impida el paso de la caravana a territorio estadounidense, argumentando que las leyes fronterizas de nuestro país “sí funcionan”. El mensaje del presidente Trump vía twitter es de éste pasado 2 de abril:
“México tiene el poder absoluto de no dejar que estas grandes ‘caravanas’ de personas entren en su país. Deben detenerlos en su frontera norte, lo pueden hacer porque sus leyes fronterizas sí funcionan, no les deben permitir pasar a nuestro país, que no tiene leyes fronterizas efectivas”.
Como respuesta a Donald Trump, el gobierno mexicano a través de la Cancillería y la Secretaría de Gobernación, emitió un comunicado donde afirmó que corresponde a las autoridades de Estados Unidos autorizar o no el ingreso de la caravana a su territorio, al mismo tiempo que niega que México promueva la migración ilegal.
Pero haciéndose eco de las exigencias de Trump, desalientan el avance de la caravana, la cual debería haber legado ya a la ciudad de Puebla y se mantiene atorada en la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Para amedrentarlos aseguran en su comunicado que, si bien es una caravana que se hace año con año desde 2010, "su ingreso a territorio nacional se dio sin cubrir los requisitos de ley", quedando implícita la amenaza de deportación para complacer a Trump.
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