El Gobierno de María Eugenia Vidal no convocó durante los primeros tres meses del año a una sola reunión para poner en debate los miserables salarios que en la provincia no alcanzan un 50% de la canasta familiar y están muy por debajo de la línea de la pobreza, que hoy se calcula en unos $17.600.
Sin embargo, cuando la negociación con los docentes se encuentra empantanada por el rechazo (por ahora unánime) de los gremios del sector a la miserable oferta del Gobierno, Vidal se apresuró a alcanzar un acuerdo exprés con los gremios estatales que la ayude a mostrar una imagen de diálogo y entendimiento con los trabajadores.
Para esta tarea volvió a contar (al igual que en las paritarias de 2016 y 2017) con la inestimable colaboración UPCN, gremio que dirige Carlos Teodoro Quintana quien, a pesar de haber perdido la mayoría entre los estatales, esta vez cerró filas con el intervenido Soeme, salud pública y AERI aceptando en tiempo record una propuesta que sumerge aún más en la pobreza a los trabajadores del Estado provincial.
Por su parte ATE, junto a CICOP y gremios de sector como AEMOPBA rechazaron la propuesta por insuficiente y reclamaron una mejora sustancial en los ingresos de los empleados públicos bonaerenses. Ratificando la convocatoria a paro provincial con movilización a la gobernación este 5 de abril junto a la AJB y el Frente de Unidad Docente
La propuesta
Originalmente el Gobierno a través del ministro Lacunza ofreció un incremento de los haberes de un 15% en 3 cuotas, pagaderas en enero, mayo y septiembre.
Rápidamente UPCN reclamo que al igual que a los docentes, a los estatales debía ofrecérseles un "plus" por presentismo. Este planteo fue apoyado por los gremios AERI y Salud Publica que en conjunto se cuidaron de no cuestionar la politica salarial del gobierno provincial.
Acuerdo expres al servicio de la pobreza
La paritaria estatal se armó como una jugada de ajedrez a la medida de las necesidades de la gobernación. Apenas unas horas fue todo lo que duraron los escasos dos encuentros que le llevo a los gremios amarillos arreglar estas migajas.
El apuro de Vidal encontró su eco en un Quintana que dirige el cuestionado gremio UPCN desde hace décadas y que tiene el record de haber sido "oficialista" con todos los gobiernos.
Durante la década kirchnerista, Scioli conto con UPCN como un gran aliado para imponer los acuerdos en cuotas, salarios de pobreza y una extendida precarización laboral.
Pero luego, Quintana supo ofrecer estos mismos servicios a una María Eugenia Vidal que tiene a los trabajadores estatales y docentes como el blanco directo de sus políticas de ajuste y disciplinamiento. Con este acuerdo exprés Vidal intenta evitar q la bronca de decenas de miles de auxiliares, enfermeras y trabajadores administrativos se exprese y empañe su carrera reeleccionista, asi como Quintana evita, por ahora, seguir el camino de Balcedo.
UPCN y el sindicato de salud pública vuelven a cumplir este nefasto doble rol: ser el bastón de apoyo de Vidal para que el ajuste caiga sobre las espaldas de los trabajadores estatales y dejar aislada la lucha docente, firmando un acuerdo miserable. Acuerdo que se hace sin ninguna consulta a las bases y que retrocede años de lucha, al incorporar el presentismo que los estatales habían logrado desterrar de su salario.
Desde La Marrón Clasista de ATE denuncian esta nueva entrega de estas conducciones burocráticas y llaman a enfrentarla movilizados en las calles, exigiendo a los gremios que rechazaron el acuerdo un plan de lucha unificado y definido desde las bases hasta ganar |