Con vallas alrededor de los tribunales comenzó la cuarta audiencia en el Tribunal Oral Criminal Nº 4 que lleva adelante el juicio por el crimen de odio hacia la activista de los Derechos Humanos.
El juicio comenzó el lunes 12 de marzo por primera vez en el país, se juzga un crimen bajo la carátula de “travesticidio”.
El fiscal del juicio será Ariel Yapur, mientras que en el banquillo de los acusados estará Gabriel David Marino, de 25 años, quien está detenido desde octubre de 2015 y a quien en noviembre pasado la Cámara de Casación le prorrogó la prisión preventiva por cuatro meses más.
Durante la primera audiencia, el presidente del Tribunal, Adolfo Calvete, decidió que el primer testigo que declare sea el médico forense Roberto Cohen. El secretario advierte: “Hay imágenes que podrían ser inconvenientes para las personas sensibles”. Esas imágen son el reflejo de la alevocía y el odio con la que fue tratada Diana.
Quien lleva adelante la causa es el fiscal del juicio será Ariel Yapur, mientras que en el banquillo de acusados está Gabriel David Marino, de 25 años, quien está detenido desde octubre de 2015 por el crimen.
Fotografía: Osiris Martí
La carátula con la cual imputan al joven es la de "homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género por odio a la identidad de género y con alevosía y robo".
Durante la segunda audiencia fueron citados trece testigos; además de Sasha, el hermano de Diana. Su testimonio fue el más extenso. Sasha dio un perfil de Diana como militante, luchadora y figura del movimiento travesti.
En la tercera audiencia, una declaración que fue muy importante es la de Amaranta Gómez Regalado, antropóloga con 22 años de activismo en DD HH en América Latina “A las travestis se las excluye de la escuela. Habría que pensar cuánto le cuesta al producto bruto de una sociedad esta exclusión. Se las excluye del mundo laboral. Y también está la negación a ser feliz”, dijo.
Justicia
Diana Sacayán era miembro del equipo del Programa de Diversidad Sexual del Inadi, líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL). Además, había sido una destacada activista por la implementación del cupo laboral trans en el país, una pelea que continúa su curso.
La libertad sexual tiene que estar ligada a una fuerte pelea independiente, contra las instituciones, como la Iglesia, que sostienen y fomentan un discurso reaccionario que atenta contra las personas que deciden vivir su deseo por fuera de la heteronorma.
Familiares, amigos y activistas de Diana Sacayán se hicieron presente en los tribunales de Talcahuano 550 de la Ciudad de Buenos Aires para exigir que su caso sea tratado como lo que fue: un travesticidio.
