Los analistas de Moody’s pasaron este miércoles de negativa a estable la perspectiva de la deuda soberana mexicana. Esto aunque conservaron en A3 la nota crediticia de México, apenas cuatro lugares por encima del bono basura.
¿Qué factores determinaron la decisión de la calificadora? La perspectiva de una reducción del riesgo de ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las reformas estructurales puestas en marcha durante el gobierno de Peña Nieto y fines del de Felipe Calderón-energética, educativa y laboral, entre otras-, que “elevan la resiliencia de la economía mexicana y contribuyen a la moderación de la deuda pública”; y la “baja probabilidad” de que el nuevo gobierno que resulte tras las elecciones de julio cambie el rumbo económico radicalmente respecto a la actual administración.
Enfatizan los analistas de Moody’s en su comunicado “Aunque las elecciones del 1 de julio están generando incertidumbre política (...), creemos que la probabilidad de que la próxima Administración, mediante un cambio agudo en la dirección de la política [económica], debilite los fundamentales de crédito de México, es baja. Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, de ningún modo está claro que puedan modificar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas”.
La mejora de la calificación de la deuda de México parece un remanso para los poderosos en comparación con la incertidumbre generada con el ascenso de Trump al poder.
Ahora, de cara a los comicios presidenciales de julio, constituye un mensaje tranquilizador para trasnacionales e inversores: indica que no habrá cambios de fondo que modifiquen las reglas de juego para los poderosos que se enriquecen con la superexplotación de la clase trabajadora y el saqueo de los recursos de México.
Y sí, es un guiño no explícito al candidato presidencial de la coalición Juntos haremos historia –integrada por el Morena, el Partido Encuentro Social y el Partido del Trabajo–, quien encabeza actualmente las encuestas de intención de voto y en cada presentación ante la banca y empresarios afirma que no están en riesgo sus intereses. |