Hace dos semanas Podemos retiro a sus concejales de los órganos de Imagina Burgos (IB) debido a la abstención de las otros tres concejales en la votación sobre la equiparación de salarios de la policía estatal con las autonómicas. El debate se centro más en una cuestión de formas que en lo principal, el aumento salarial a quienes tienen como función reprimir a la clase trabajadora en una época de aumento de luchas. Pero, así y todo, la sangre llegó al rio.
Posteriormente Podemos planteo que sus concejales siguieran dentro del grupo de IB, pero actuando independientemente de sus directrices. Aunque uno de los tres concejales de Podemos, Marco Antonio Manjon, dijo que continuaría dentro de IB y siguiendo sus directrices. IB abrió una consulta ciudadana sobre qué hacer con los dos concejales restantes (Raúl Salinero y Blanca Guinea), dando a elegir entre exigirles la renuncia a su acta o dejarles funcionar de forma autónoma y, de dejarles seguir de forma autónoma, qué hacer con la portavocía de Salinero.
El resultado de la consulta fue que se les exigiera que devolvieran sus actas basándose en que firmaron un compromiso de renunciar a ellas si se les pedía. La portavocía paso a Eva de Ara (IU). Podemos finalmente decidió que sus concejales no entregaran las actas y van a seguir como no adscritos a la vez que critican a IB por convertirse en un “movimiento minoritario”.
Entre los ríos de tinta que está generando este conflicto, es destacable el artículo que ha publicado Jorge García, coordinador provincial de IU, en Burgos Dijital. En él habla de “la unidad y la dignidad de la izquierda” y, en resumen, que esta no se puede dar a cualquier precio. Pero solo la opone al transfuguismo de los concejales de Podemos y su negativa a llegar a ningún acuerdo. No plantea ninguna diferencia programática y ni siquiera hace mención a la votación que dio inicio al conflicto. No parece que para IU en Burgos sea un problema el votar mejoras salariales a la policía que hace un mes aporreaba a las huelguistas del 8M
El debate, sin embargo, es mucho más profundo. No es una cuestión de formas, sino de estrategia y de objetivos. Como bien dice Jorge García, no vale todo por la unidad. Por lo que García y los compañeros/as de IU deberían ampliar un poco su campo de miras… y de crítica. Pongamos un ejemplo: los “ayuntamientos del cambio” son un referente claro tanto de IB como de IU y Podemos. Pero la estrategia de gestionar eficientemente las grandes ciudades sin enfrentarse a los poderes fácticos del capitalismo sólo ha dado como resultado el pago serial de la deuda, el abandono de cualquier medida mínimamente progresista (dentro de los ya de por sí limitados programas de las candidaturas del cambio), por no mencionar el impulso de medidas directamente represivas como las que se llevan a cabo contra los manteros en Madrid o Barcelona. ¿Qué conclusiones saca IU de los claros límites que tienen estas experiencias? Por lo que sabemos, ninguna.
Pero quizá el ejemplo más dramático de adonde lleva esa estrategia no lo encontremos aún en el Estado español, sino en Grecia. La experiencia del gobierno de Syriza, reivindicada tanto por IU como Podemos, pasó de ser la gran esperanza de la izquierda reformista europea, ha acabado siendo uno de los más voluntariosos ejecutores de las políticas de la Troika y el FMI. ¿Conclusiones? Mutis por el foro. En definitiva, ¿se trata de reformar el capitalismo o de derribarlo. Esa es la cuestión.
La estrategia neorreformista, que en palabras de Rita Maestre (Portavoz de Podemos en el ayuntamiento de Madrid) se sintetiza “fundamentalmente en no robar, gestionar de forma honrada y con sentido común” o sea gestión pura del capitalismo sin enfrentarlo y asumiéndolo como “el mejor de los mundos posibles” porque a eso y no a otra cosa te lleva el “sentido común”, sin embargo, es puesta en cuestión no sólo por los límites insalvables que han mostrado en los últimos tres años, sino por la propia realidad y dinámica de la lucha de clases.
Allí está la gran huelga de mujeres del 8M, la marea de los pensionistas que han salido a tomar las calles en defensa de unas pensiones dignas, la resistencia del movimiento democrático catalán contra la represión del Estado -muy a pesar de la defección de su propia dirección burguesa y pequeñoburguesa-, y multiplicidad de luchas obreras que han vuelto a la palestra tras años de pasivización. En este último aspecto, la gran lucha de los trabajadores y trabajadoras de Amazon es un buen ejemplo. Una lucha en la que una clase obrera (que muchos daban por muerta) se enfrenta al capitalista más rico del mundo. Esta lucha hace patente la necesidad de recuperar los sindicatos mayoritarios de las garras de sus direcciones burocráticas (aliadas de IU y Podemos), pero también la necesidad de avanzar en construir una alternativa política al neorreformismo que ya ha demostrado su incapacidad para enfrentar a capitalismo español y su régimen.
Desde la CRT, a diferencia de la lectura conformista de IU, en última instancia escéptica de la potencialidad de lucha que tiene la clase trabajadora, pensamos que debemos luchar por un programa que unifique las demandas de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud para, desde la defensa de esas demandas pasar, a la ofensiva contra los capitalistas y su régimen podrido para conquistar todas las reivindicaciones democráticas y sociales pendientes. |