Los docentes de Oklahoma exigen un aumento salarial y mayor presupuesto a la educación pública. El día de ayer protagonizaron la movilización más grande desde el inicio del conflicto. Docentes y estudiantes mexicanos expresan su apoyo en el marco de la militarización de la frontera entre ambos países.
A principios de abril, miles de maestros de Oklahoma en Estados Unidos iniciaron una enorme huelga con la consigna: “alto a la guerra contra la educación”, denunciando las terribles condiciones que las que se imparten clases, con materiales insuficientes, libros de hace más de 20 años y escuelas que se caen a pedazos. Producto de estas condiciones, los distritos rurales tienen clases sólo cuatro días a la semana.
El paro docente fue impuesto desde las bases contra direcciones de sindicatos como la Asociación de educación de Oklahoma (OEA) y la Federación Estadounidense de Maestros de Oklahoma (OKC- AFT) y desafiando las leyes estatales anti huelga. En muchos estados están prohibidas las huelgas de trabajadores estatales.
Oklahoma ha sufrido un duro recorte del 28% al presupuesto educativo en la última década, aunado a que el salario de los docentes se encuentra en el penúltimo lugar de los 50 estados de Estados Unidos. Esta situación ha presionado a los docentes a tener un segundo empleo o a entrar en programas de asistencia alimentaria para cubrir las necesidades básicas de sus familias.
El "incendio salvaje" de la lucha docente se extiende por Estados Unidos
Previo a esta huelga, docentes de West Virginia habían estallado la huelga por 9 días con un poderoso movimiento de miles con las mismas reivindicaciones. Más tarde la huelga en Oklahoma detonó movilizaciones en Kentucky, que venían de hacer paros salvajes, y que desembocaron en una marcha hacia la capital estatal, Frankfort.
Protestas en West Virginia
En Arizona, más de mil docentes se concentraron en el edificio de la Oficina Estatal de Arizona en el centro de Tucson. Este “incendio salvaje” como lo llama el New York Times, se contagia a otras escuelas como la secundaria Anacostia en Washington o la Universidad Loyola en Chicago, en donde docentes y estudiantes organizaron un paro de un día.
En Oklahoma la huelga docente ha contado con el apoyo de alumnos y padres de familia y a pesar de haber obtenido un aumento salarial mínimo que tenía como objetivo calmar las protestas, los maestros decidieron que era insuficiente y que no pararían hasta obtener tambipen el aumento al presupuesto educativo. Este lunes se realizó la movilización más masiva desde el inicio de la huelga, miles de maestros, estudiantes y padres de familia marcharon.
Este miércoles, miles de docentes en todo Arizona salieron de sus aulas con playeras rojas alrededor de sus planteles haciéndose parte de la convocatoria generada por redes sociales llamada “#RedForEd”. Esta protesta exigió un aumento salarial del 20% y un aumento al presupuesto educativo de Arizona por más de mil millones de dólares.
Las principales huelgas (Virgina West y Oklahoma) son ciudades que en las últimas elecciones votaron por los republicanos y Trump, pero también votaron por Sanders, incluso más que por la demócrata Hillary Clinton. Esta contradicción entre las aspiraciones electorales y hoy las masivas movilizaciones, incluso por fuera de las direcciones sindicales tradicionales, dan los primeros pasos de movilizaciones y huelgas salvajes.
Estas protestas se unen al amplio repudio contra medidas del presidente Donald Trump, como la ofensiva contra los dreamers y los trabajadores migrantes, así como el descontento ante la brutalidad policíaca en distintas ciudades. A esto se suman los duros reveses que ha tenido Trump para pasar sus leyes en el congreso contra medidas tomadas por los demócratas como el Obamacare.
Un conflicto que brinca el muro de Trump
Este lunes, el magisterio mexicano inició una jornada de lucha contra la reforma educativa y por la reinstalación de cientos de maestros despedidos. La jornada de lucha contempló un paro de 48 horas en Chiapas, Oaxaca y Michoacán. Según la Secretaría de Educación Pública en estos tres estados el paro fue de casi el 90%, además de que el lunes decenas de contingentes de maestros de todos los estados marcharon en la Ciudad de México.
La Agrupación Magisterial Nuestra Clase, junto a decenas de maestros de varios estados, mandaron su solidaridad a los maestros de Oklahoma. A esto se le sumaron estudiantes de las principales universidades de la zona metropolitana: UNAM, IPN y UAM.
Este gesto de solidaridad revela la potencialidad de una fuerte alianza. Los maestros mexicanos vienen de enfrentar la reforma educativa una de las reformas estructurales dictadas desde la Casa Blanca y acatadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto. La huelga docente de Oklahoma revela que el sector educativo estadounidense está abandonado, con salarios de miseria y condiciones insostenibles.
Los docentes de Oklahoma han salido a enfrentar al gobierno de Donald Trump y al bipartidismo estadounidense, que por un lado los criminaliza en voz de los republicanos y por otro intenta desmovilizarlos de la mano de las direcciones sindicales que opinan que la única forma de defender la educación pública es votando por los demócratas.
En ambos lados de la frontera los trabajadores enfrentamos los planes que liquidan la educación pública, la estabilidad laboral y que someten a los maestros a salarios de miseria que obligan a tener dos o más trabajos para llegar a fin de mes.
Enfrentamos a los mismos empresarios y políticos que, como Donald Trump, intentan separarnos con demagogia y medidas repugnantes como la tentativa de construcción del muro en la frontera con México. O como la militarización de la misma, que contrastó el discurso moderado de Enrique Peña Nieto con el despliegue de la gendarmería en la frontera sur de nuestro país.
Si ellos se unen para hacer pasar sus planes de recortes presupuestales y mayor precarización para los trabajadores, para que nosotros paguemos su crisis, nosotros tenemos que derribar el muro de Trump y el conjunto de sus políticas.
Esto sólo se logrará uniéndonos con nuestros hermanos docentes de Oklahoma y con la potente clase trabajadora estadounidense. Esa es la única manera de conseguir conquistas que verdaderamente apunten a que nuestros bolsillos y el pan que llevamos para nuestras familias no se vea amenazado por ajustes y precarización que quieran imponer de los dos lados de la frontera.
A su vez, los docentes estadounidenses tienen que ver en los migrantes un aliado imprescindible para el triunfo de sus reivindicaciones. Es decir, los docentes de Oklahoma, que hoy son la vanguardia de los trabajadores estadounidense, deben de ver en las demandas de los migrantes y en la solidaridad de los maestros mexicanos la fuerza, no sólo para vencer, sino para echar atrás los planes xenófobos de Trump, que profundizan lo que ya venían haciendo los gobiernos demócratas de Barack Obama.
Desde La Izquierda Diario México, en donde colaboramos estudiantes de las principales universidades de la zona metropolitana, maestros y trabajadores de distintos gremios y mujeres que han salido a la convocatoria surgida en Estados Unidos por el paro internacional de mujeres, nos solidarizamos con la huelga de Oklahoma y llamamos a los principales sindicatos que se reclaman opositores a solidarizarse con la lucha docente en Estados Unidos.