Hoy fue mi última sesión como concejal del Frente de Izquierda y de los Trabajadores en Maipú. El próximo 26 asumirá como concejal mi camarada Jésica Bustos, electa en las elecciones legislativas de 2017.

Me voy muy contento de haber participado como concejal estos 4 años en la organización de los trabajadores, fue una enorme revolución para mí el haber tenido la oportunidad de conocer de primera mano la realidad que hay en las fábricas, bodegas y fincas en la vasta extensión de nuestro departamento, en las escuelas y en los barrios en donde miles son condenados a vivir en condiciones precarias y la juventud es perseguida y castigada por la policía del gatillo fácil, la misma que terminó con la vida de Ezequiel Torres, por quien seguimos exigiendo justicia. El haber podido participar de diferentes procesos de lucha y organización se convirtió en una gran fuente de crecimiento y aprendizaje para mí. El potencial revolucionario que tiene la clase obrera es enorme, sólo se trata de liberarlo, y esa es nuestra tarea.

Antes de ser concejal, milité desde los 14 años en el movimiento estudiantil secundario y luego en la universidad. Peleando en defensa de la educación pública junto a mis compañeros y docentes. En 2014 entré al concejo y me sumé a las tareas parlamentarias del Frente de Izquierda y el PTS en Mendoza.

Al hacer una reflexión sobre esta etapa, no puedo dejar de hacer una mención especial a la lucha de los valientes obreros de la empresa TARCOL, en la zona alcoholera de Coquimbito, quienes durante meses mantuvieron la ocupación de la fábrica, frente al la estrategia de la patronal y el estado. Hoy todavía seguimos sacando lecciones de aquella lucha junto a muchos de ellos, para preparar los próximos combates por nuestros derechos.

Contento de llevar adelante la agenda que proviene de la movilización de los trabajadores y sectores populares, logramos sancionar también en Maipú la ordenanza que establece licencias laborales para trabajadoras municipales víctimas de violencia de género, un triunfo directo de las masivas movilizaciones que sacudieron todo el país al grito de #NiUnaMenos, exigiendo al estado medidas concretas para combatir la violencia machista.

En nuestra comuna, mientras los empleados municipales no pueden llegar a fin de mes, recibiendo aumentos por debajo de la inflación, los concejales cobran más de 60 mil pesos. Hay una casta política, gobiernan para los empresarios.

Durante estos 4 años en que nos tocó ser oposición a la gestión peronista del departamento, nos opusimos sistemáticamente a todas las medidas que iban en contra de los intereses del pueblo trabajador. Denunciamos la proliferación de barrios privados, oponiéndonos en cada una de las votaciones al espectacular avance de la especulación inmobiliaria, los barrios privados y lujosos, mientras miles siguen viviendo hacinados y sin la conexión a los servicios básicos. Denunciamos las medidas que destruyen nuestro medio ambiente, los beneficios a las empresas, las reducciones de deuda a favor de empresarios, las excepciones unilaterales a las ordenanzas municipales que favorecen a los especuladores inmobiliarios, etc. También acompañamos la lucha en defensa de la educación pública, por el boleto educativo gratuito, recorriendo decenas de escuelas en las que pudimos familiarizarnos con la demanda de docentes y celadores.

Fue la primera vez en la historia que hubo un concejal de izquierda en nuestro departamento, haciendo notar otras voces en la lucha por nuestros reclamos. Me tocó ser candidato a intendente en 2015. Junto con mis valientes compañeras y compañeros del PTS Maipú dimos la pelea en ese terreno desigual, enfrentamos al aparato del PJ y la UCR; a pulmón y con mucha militancia fortalecimos este espacio que es un canal de expresión de todos los que luchan contra el ajuste. Hoy el PTS y el FIT son una fuerza política poderosa a la que respaldan miles de maipucinos con su voto, contra los candidatos que representan intereses patronales. Fruto de este crecimiento es que mantuvimos la banca conquistada en 2013, logrando un concejal en las elecciones de 2017.

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Pude ver de cerca los obscenos privilegios con los que cuentan quienes acceden a cargos legislativos. En nuestra comuna, mientras los empleados municipales no pueden llegar a fin de mes, recibiendo aumentos por debajo de la inflación, los concejales cobran más de 60 mil pesos, mientras que trabajan menos horas y se esfuerzan menos. Hay una casta política especializada en hacer las gestiones a la burguesía, son su personal político, gobiernan para los empresarios.

Nosotros cumplimos con nuestro planteo de cobrar igual que un docente, y donar el resto de la dieta a la lucha de los trabajadores. Me enorgullece la diferencia del PTS con los partidos que como el PJ o la UCR ven a los trabajadores como una base de maniobra electoral, para nosotros todos los explotados son sujetos de su propia liberación, y con esa conciencia buscamos impulsar y fortalecer las luchas. La enorme diferencia que nos separa es una línea de clase, una línea de conducta inclaudicable en la defensa de la independencia política de la clase trabajadora.

La mayoría de las veces que me tocó votar en contra, lo hice en soledad. Fuimos los únicos que nos opusimos y nos oponemos a tantas cosas que con su voto avalan los partidos del sistema, los únicos que no levantamos la mano para avalar presupuestos que jamás tocaron los intereses de los grandes empresarios que se llevan las riquezas de nuestro departamento. Hoy reafirmo mi compromiso con la militancia revolucionaria, seguir luchando por una sociedad libre de todo tipo de explotación y opresión.

Cerramos una etapa que tiene su continuidad en el concejo con Jésica Bustos, y en las calles acompañando e impulsando la lucha en contra de las medidas de ajuste de Macri, Cornejo, los gobernadores e intendentes peronistas

Se cumple una etapa, ahora pondremos la experiencia acumulada en función de mejorar continuamente en nuestro combate a este sistema que nada tiene para ofrecer a los trabajadores, las mujeres y la juventud. Contrariamente a la idea las agrupaciones del peronismo, la Franja Morada o la centroizquierda, nosotros no opinamos que es necesario un cargo para transformar la sociedad. La nuestra es una pelea cotidiana y a brazo partido contra una clase que le cierra el camino a la realización de nuestros deseos y aspiraciones, en función de preservar el lucro privado y toda su inmundicia.

Cerramos una etapa que tiene su continuidad en el concejo con Jésica Bustos, y en las calles acompañando e impulsando la lucha en contra de las medidas de ajuste de Macri, Cornejo, los gobernadores e intendentes peronistas. Como ex concejal, actual estudiante de profesorado y futuro docente, seguiré estando en las calles apostando a la lucha y la organización los trabajadores en forma independiente de cualquier variante patronal.