Se trata de un funcionario de bajo perfil, hidalguense de origen, que hace pocos días rindió protesta luego de que el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó por unanimidad su designación, con la presencia de 54 legisladores.
Es abogado por la Universidad del Valle de México (UVM), maestro en Administración Pública por el Instituto Nacional de Administración Pública y doctor en Derecho Procesal por la Universidad Marista.
Desde 1997 fue funcionario público. Se inició en la Secretaría de Medio Ambiente -en la Comisión de Recursos Naturales (Conrena)- y laboró también en la Secretaría de Desarrollo Económico, en el Fondo de Desarrollo Económico local (Fondeco).
En 2015 asumió la titularidad de la Secretaria de Desarrollo Social (Sedeso) hasta febrero de 2018. Hasta ahora, ocupaba el cargo de encargado de despacho y Secretario de Gobierno. Fungirá como jefe de Gobierno de la Ciudad de México sólo hasta el próximo 5 de diciembre, fecha en la que pasará la jefatura a quien resulte electo en los comicios de julio próximo.
Afirmó que durante su gestión se enfocará en el tema de seguridad pública, de servicios públicos, como el agua, y sobre todo en el tema de la reconstrucción.
“Concluiré de manera eficiente el programa de gobierno iniciado por mi amigo, por mi jefe, el doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, reconociendo como siempre su labor al frente de la administración pública de la Ciudad de México”, explicó.
Se perfila como continuador y garante de los negocios inmobiliarios de la reconstrucción, una de las últimas “obras” de Mancera en beneficio de las constructoras y el sector inmobiliario.
A siete meses del sismo, las familias damnificadas marcharon para exigir solución a la pérdida de sus viviendas y que los involucren en el proceso para elegir en qué se invertirán los recursos de la reconstrucción, que ascienden a unos 6,800 millones de pesos. |