El pasado 19 de abril, circularon a través de las redes sociales, en los grupos de Facebook de las Escuelas Superiores del IPN, dos denuncias. La primera, la detención arbitraria de un joven que vendía dulces, la segunda, un aviso sobre asaltos que estaban ocurriendo cerca de las instalaciones.
¿Qué hay detrás de ambos casos? En la detención del compañero que vendía dulces, sobraron los elementos de la Policía Bancaria e Industrial. Mientras que en los asaltos, brillaron por su ausencia.
Los comentarios sobre la ineficiencia de la PBI a la hora de proteger a los estudiantes se reproducen por cientos y la necesidad de echarlos del IPN vuelve a estar presente como en el 2104, cuando en el pliego petitorio del movimiento estudiantil politécnico aparecía la expulsión de la Policía Bancaria e Industrial de nuestros centros de estudio.
¿La policía sirve para generar condiciones de seguridad dentro de la Universidad?
La realidad nos ha demostrado que no es así, a pesar del contrato millonario entre la PBI y el IPN, no han reducido los niveles de violencia ni se ha erradicado el problema de la delincuencia en las instalaciones. Desde el ingreso de un comando para robar los vales de los trabajadores y docentes de la Escuela Superior de Medicina, hasta los asaltos por las tardes en Zacatenco, a plena luz del día, el robo de computadoras de la ESIME Zacatenco, o los casos de violencia y acoso que las autoridades callan, la constante es siempre la ausencia de la PBI.
Excepto cuando hay algún intento de organización de la comunidad, en estos casos abundan y pululan, dando información a las autoridades o cerrando los accesos de las instalaciones, o cuando se trata de perseguir compañeros que venden dulces como en una cacería de brujas. Debería de ser inaceptable que elementos armados circulen libremente por institución de educación pública como es el Politécnico.
¿Por qué los estudiantes tienen que vender dulces?
La respuesta es sencilla, es sintomático de los recortes a las becas de los últimos años. La venta ha sido la solución que han encontrado estudiantes y jóvenes trabajadores para poder solventar sus gastos para poder continuar sus estudios, ya sea porque la precarización en casa pesa o porque los estudiantes no podemos acceder a trabajos de medio tiempo que remuneren bien y que no tengan jornadas laborales extenuantes que se contrapongan con nuestras horas de clase.
El que detengan a un compañero por vender dulces no es otra cosa más que la criminalización de los que menos recursos tienen y de la juventud. La tarde de este 19 de abril culminó con un joven estudiante esposado, acompañado de cuatro o cinco policías, siendo llevado en una patrulla y de los responsables de los asaltos y robos no se sabe nada.
Organicémonos para expulsar a la PBI
Los estudiantes organizados desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista Politécnico y Pan y Rosas Politécnico, nos pronunciamos contra la detención arbitraria del compañero, y exigimos finalizar el contrato millonario que el Instituto tiene con la PBI, y que ese dinero se invierta en más becas para los estudiantes que tienen que optar por la venta de dulces para mantener sus estudios.
La seguridad solo podremos garantizarla con la organización de los tres sectores de la comunidad politécnica, académicos, trabajadores y alumnos para crear mecanismos, como transporte seguro y subsidiado desde el metro a nuestras escuelas, más luminarias y la organización democrática para ponerle fin a la inseguridad.
¡Alto a la criminalización de la juventud! ¡Fuera PBI de nuestras escuelas! Organízate con nosotros y discutamos cómo hacer frente a este y otros problemas más, para poder terminar con ellos. |