Ayer, Mauricio Macri tomó las redes sociales pero no para dar respuesta a la bronca extendida entre el pueblo trabajador sobre el nuevo paquete de tarifazos que descarga su Gobierno; sino para felicitar al nuevo mandatario paraguayo, defensor de la dictadura de Stroessner.
En las elecciones celebradas ayer en el país vecino, Mario Abdo Benítez se impuso con un 46% de los votos. El presidente argentino no perdió la oportunidad para celebrar la elección del candidato del Partido Colorado:
Benítez es conocido popularmente como "Marito" para diferenciarlo de su padre, con quien comparte no solo el nombre, sino el afecto a la dictadura de Alfredo Stroessner que asoló el país vecino entre 1954 y 1989. Casualmente su padre, era el secretario privado del dictador paraguayo.
Para el candidato electo, la gestión de Stroessner "dejó las bases de las grandes infraestructuras que hasta hoy tiene el pueblo paraguayo". Así se refiere a un país en el que una de cada tres personas vive en la pobreza.
Durante la campaña, Benítez buscó despegarse de los vínculos de su familia con la sangrienta dictadura y sostuvo que "nadie puede dudar de mi compromiso con la democracia". No obstante, hace diez años no le generaba contradicción asistir al funeral del represor paraguayo.
De este lado del río, Mauricio Macri no pudo contener su felicidad. No es casual: ambos mandatarios comparten diferentes vínculos con las últimas dictaduras en sendos países. Y además, ambos son empresarios dispuestos a profundizar los planes de ajuste sobre el pueblo trabajador en beneficio de su propia clase. Seguramente en eso pensaba Macri cuando escribió en su twitter "espero que pronto podamos trabajar juntos". |