Una vez más el movimiento estudiantil volverá a salir a las calles. Esta vez en el marco de una convocatoria de huelga convocada por el SEPC y el Sindicato de Estudiantes (SE).
Pero esta nueva jornada de lucha no tendrá lugar de forma aislada, sino que se inscribe dentro de lo que ha sido uno de los cursos más agitados para el movimiento estudiantil y la juventud catalana, que viene movilizándose de forma contundente desde los días previos al 1 de octubre, tomando en sus manos las demandas democráticas del pueblo catalán.
En esta ocasión los últimos hechos ocurridos en Cataluña vuelven a confirmarlo: el giro autoritario del Estado español no tiene freno. Lejos de detenerse, la represión desatada con la aplicación del 155 sigue en avanzada y empieza a dirigirse hacia las bases del movimiento, poniendo a los Comités de Defensa de la República (CDR) en el centro de la diana.
El bloque monárquico, dirigido por el Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos, el PSOE y la Corona mantiene su firme voluntad de acabar con las demandas democráticas del pueblo catalán. Para conseguirlo, después del encarcelamiento de Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y los consellers y la petición de extradición de Puigdemont, ahora se le suma la persecución y criminalización hacia los CDRs, como se expresó con la detención de ocho activistas la semana pasada. Para una de ellas, se pedía la acusación de delitos de “rebelión” y “terrorismo”, como parte de un operativo que se proponía atacar a quienes organizaron y participaron de los cortes de carreteras y la apertura de los peajes durante las vacaciones de Semana Santa.
No hay ninguna duda de que con este último golpe represivo, el Gobierno español pretende verter la amenaza sobre cualquiera que se movilice, en especial sobre aquella juventud que empieza a organizarse.
Desde la agrupación estudiantil No Passaran y las estudiantes de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, participaremos en esta nueva jornada de movilizaciones, contra el 155 y la represión, por la libertad de los presos políticos y contra la criminalización hacia los CDR. Lo haremos con el convencimiento de que es necesario poner en pie un movimiento estudiantil independiente, de base, radicalmente democrático y que luche en las calles. Porque las mujeres y la juventud, que venimos siendo parte de grandes movimientos democráticos, como se demostró el 8 de marzo o durante el llamado “procés”, también podemos convertirnos en la chispa que encienda la llama de un gran movimiento contra la represión, que realmente pueda enfrentar al Régimen del 78 y tumbar el 155.
Sin embargo, aunque participaremos de forma activa en la huelga y en la movilización que tendrá lugar, lo haremos levantando la lucha por la gratuidad de la educación en todos los niveles y exigiendo al mismo tiempo la reincorporación inmediata de los miles compañeros y compañeras expulsados por falta de recursos económicos.
Sabemos que la bajada del 30% de las matrículas universitarias aliviaría a una parte importante de los estudiantes, pero una medida así seguiría excluyendo a estudiantes de clase trabajadora y con menos recursos. La rebaja de las matrículas propone equiparar los precios a los que había en el 2011, antes del tasazo, pero es necesario recordar que desde el 2008 ya se venían aplicando subidas, elitizando la educación y convirtiéndola en un derecho restringido para unos pocos, tanto es así que antes de la subida de tasas más de 66.000 estudiantes dejaron la universidad.
Hoy todavía existen más motivos para recuperar la lucha por la gratuidad, justamente porque el peso de la crisis recae en gran parte sobre las espaldas de la juventud trabajadora y las mujeres.La bajada de tasas nos seguiría dejando precios por encima de los mil euros, algo inasumible para una gran parte de la juventud, que cada vez más se ve obligada a acceder a empleos precarios con salarios de miseria.
También luchamos por la gratuidad en FP, cuyas matrículas desde 2012 cuestan 360€. A este importe, se suma el coste del material obligatorio que varía según centro y ciclo. Los y las estudiantes de FP, parece que caen en el olvido de las exigencias de los sindicatos estudiantiles. Tenemos que recordar que son estudiantes obligados a hacer más de 300 horas de prácticas gratuitas en empresas. Unas prácticas que muchas veces impiden la compaginación con un trabajo, profundizando más la precariedad de quien las hace.
Sin embargo, no podemos olvidar que el 26 de Abril, coincide con el día de la visibilidad lésbica. Las aulas de nuestros institutos y facultades no son lugares libres de LGTBIfobia, por ello en esta nueva jornada de huelga es necesario salir a las calles para exigir una educación antipatriarcal y libre de LGTBIfobia. La lucha por levantar comisiones de mujeres y LGTBI realmente independientes para enfrentar la homolesbotransfobia en los centros de estudio sigue estando más vigente que nunca.
Para conseguir todas estas demadas, es necesario superar la lógica de convocatorias parciales de un día que mantienen una división artificial al interior del conjunto de los estudiantes, separando a los estudiantes universitarios, de aquellos de formación profesional o de secundaria. Al contrario, creemos que tan solo la más amplia unidad entre todos los sectores de la comunidad educativa, desde el profesorado hasta los y las estudiantes de todos los niveles será posible acumular la fuerza necesaria para tumbar las reformas educativas que se han ido imponiendo en los últimos años y enfrentar la represión.
Pero para que esto sea posible, los sindicatos con mayor influencia en el movimiento estudiantil, como son el SEPC y SE, junto a las organizaciones de izquierda, las asambleas de facultades tienen que llamar al conjunto del estudiantado a organizarse en asambleas masivas en cada centros de estudio. Así, entre todos y todas poder levantar un verdadero plan de lucha, exigiendo a las principales centrales sindicales como CCOO, UGT y a la izquierda sindical, especialmente aquellos sindicatos con mayor peso en el sector educativo que convoquen una huelga general de educación, que aúna las demandas democráticas del pueblo catalán con las reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil. |