El 17 de abril, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, publicó un decreto ejecutivo que tenía como propósito aplicar una reforma sobre el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS). Esta reforma impulsada por el Fondo Monetario Internacional a escala global, llega en medio de una de las crisis más extendidas del capitalismo, en donde derechos básicos como la educación y la salud universal vienen siendo cercenados.
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Dicha reforma no es única en la región. Las reformas laboral en México, y la de pensiones en Argentina y Brasil van en el mismo sentido: aumento de la edad jubilatoria y del dinero que los y las trabajadoras dan a los servicios de salud pública. Éstos, recordemos, han sido saqueados por los grandes capitales farmacéuticos y las administraciones de cada uno de los países, dejando casi en bancarrota más de una vez a dichas instituciones prestadoras de servicios de salud.
Lo que no esperaba el dirigente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FNLS), era la respuesta, fundamentalmente de la juventud, que inundó las calles contra dicha medida. Importantes mítines y movilizaciones en la Universidad de Centro América, Nacional Agraria y Politécnica de Nicaragua, así como la extensión nacional de las mismas, hicieron frente a la represión de la administración de Daniel Ortega.
La respuesta del gobierno fue brutal e implacable. El despliegue de la policía y el ejército para reprimir a los manifestantes, el uso de grupos de choque y de armas de fuego, dejaron como saldo más de 30 muertos. Así quedó al descubierto el carácter burgués y propatronal del gobierno de Daniel Ortega.
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Desde México los jóvenes que militamos e impulsamos la Agrupación Juvenil Anticapitalista hemos seguido con atención la movilización de los jóvenes nicaragüenses. Celebramos que el gobierno del FNLS ha tenido que dar marcha atrás al decreto, gracias al descontento en la calles.
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El papel de la juventud fue destacado. Enormes batallones salieron de las universidades y centros de trabajo a hacerle frente a una reforma que atentaba contra su futuro. Este proceso es uno más de los ejemplos de cómo para la burguesía sólo somos mano de obra barata y flexibilizada. Una vez más la juventud salió a decir que no es así, que tenemos sueños y aspiraciones, y que vamos a conquistarlas con la lucha.
Advertimos que como ha pasado desde el 2013, el gobierno va a querer seguir avanzando sobre las jubilaciones y pensiones. Llamamos a no confiar en las cúpulas patronales y empresariales que se quieren mostrar como aliadas de las movilizaciones. Sus intereses son opuestos a los de las grandes mayorías de Nicaragua.
Estar preparados para enfrentar cualquier ataque en el futuro es una tarea indispensable, siempre manteniendo la independencia del gobierno, la derecha conservadora, la Iglesia y los grupos proyanquis.
Llamamos a las centrales sindicales a que salgan a movilizarse de manera organizada y llamando a la huelga para frenar de una vez por todas cualquier ataque del gobierno y los patrones, acaudillando así a los sectores descontentos de la población nicaragüense, y descargando la crisis no sobre los trabajadores y sus familias, sino sobre quienes la provocaron, los empresarios y el gobierno.
Combativos e internacionalistas saludos, enhorabuena, la juventud mexicana saluda la lucha y también presta atención a los venideros sucesos. |