Pasaron algunos días del Pollerazo que conmovió los medios de comunicación -incluyendo al propio Feinmann con su habitual cinismo- cuando entrevistamos a los y las estudiantes que no están dispuestos a naturalizar ni el sexismo ni la violencia machista. Las redes sociales también se hicieron eco de la intervención de los secundarios del partido de Almirante Brown, al sur del conurbano bonaerense. Aquí reproducimos el diálogo con Serena, Camila y Agustina, algunas de las jóvenes que llevaron adelante esta iniciativa.
¿Cómo surgió el pollerazo?
Agustina: Un viernes se apartó de las clases a las chicas de 4º, 5º y 6º año. En la Dirección, se les hizo leer un comunicado que decía que las polleras cortas generan malos comentarios y era preciso alargarlas para preservar la integridad de las estudiantes. Eso nos molestó, porque por un lado tomaban a nuestros compañeros como acosadores, y por otro desde la Dirección disfrazaron su mensaje diciendo que “tener polleras más largas nos quedaba mejor y era más seguro”. En lugar de bajar un mensaje de educación y tolerancia, reprodujeron concepciones machistas.
Serena: El lunes, para cuando estaba planeada la intervención, la preceptora vino a disculparse por los dichos del viernes. Nosotros aceptamos esas disculpas porque notamos que estaban arrepentidas, pero como ya el debate se había instalado, la intervención iba a ir más allá de los límites institucionales, iba a ser una protesta sociocultural.
Camila: No queríamos quedarnos callados, no queríamos que la gente siguiese con este pensamiento de “el problema es la pollera corta”. Esto despertó en nosotros un montón de cosas, que generaron el querer hacer esta intervención y el querer que se dé el debate. Nuestra intención era concientizar socioculturalmente, nunca pensamos que llegaría a tanto, pero se re viralizó con un par de tuits y posteos en Facebook.
¿Por qué va ligado al problema sociocultural?
Serena: Más que nada por la cuestión de género. ¿Por qué si soy hombre no puedo usar una pollera, sin que la sociedad me señale? La mayoría de los chicos está a favor del aborto, muchos y muchas van con el pañuelo, pero todavía una minoría “nos manda a la cocina”, comentarios que son bajada de línea de otras generaciones.
Como el colegio les brinda el espacio ¿piensan seguir con estas acciones?
Serena: Sí, son intervenciones artísticas que preparamos nosotros siempre con algún profesor que nos banca, hicimos para el 24 de marzo, para el 2 de abril, nunca pensamos que ésta iba a llegar a tanto, nunca imaginamos que iba a llegar a tantos medios, muchos igual dijeron cualquier cosa. Clarín, en su nota, arrancó con esta cita textual: “Colegiala con pollera corta es igual a colegiala abusada, eso les dijeron los directivos a los alumnos del Modelo Mármol”. Eso es una falacia. Encima también dijeron que tenemos un centro de estudiantes fuerte, pero no existe uno en el colegio. Estamos tratando de armar algo, pero falta organización; a veces la directora nos da una mano, pero todo esto nos consumió mucho tiempo.
Camila: Por medios y redes estuvo circulando la noticia de que nos habían suspendido, pero eso no pasó, jamás nos censuraron, de hecho todavía está pegado un cartel que dice “El largo de mi pollera no define…” donde cada uno puede ir a poner lo que le parezca. Tuvimos en todo momento, como objetivo, informar y plantear el debate; creo que lo logramos.
Venimos de un 8M multitudinario, y ahora se comenzó a debatir en el Congreso la legalización del aborto ¿Qué opinan sobre esta demanda?
Agustina: Yo estoy a favor del aborto, creo que debe ser legal porque es injusto que una mujer vaya presa por abortar. Creo que cada una tiene derecho a decidir sobre su vida y su cuerpo. Debe haber un millón de casos en los que una mujer que vive en un alto grado de pobreza tiene que tener ese hijo, agravando así aún más su situación y no permitiéndole a esa mujer realizar un proyecto. Es preferible legalizar el aborto y garantizarlo en lugares seguros y gratuitos y a la par de eso dar educación sexual para todos y todas. Porque si no, el aborto se da en lugares clandestinos, las ricas pueden pagarlo, pero las mujeres pobres no, y ellas son las que quedan ahí, pensando en qué va a pasar, pensando en que puede correr un riesgo muy grande su vida. Significa despenalizar el aborto para que no mueran más mujeres pobres.
Serena: Creo que todos los cambios profundos son posibles cuando se junta la juventud. Las charlas y la aplicación de la ESI (Educación Sexual Integral) para niños y niñas son fundamentales. Capaz no se consiga de acá a cinco años, pero si se empieza a educar y concientizar a los niños, el día de mañana van a ser actores sociales conscientes que a la hora de votar se comprometan a cambiar la sociedad y a concientizar. |