Como vienen realizando desde la semana pasada, anoche los trabajadores mantenían un bloqueo de portones para impedir el ingreso de pollos a la planta ubicada en Ezeiza. Esto se debe a que el gobierno y la jueza Valeria Pérez Casado -quien lleva la causa de la quiebra de la ex Rasic- intentan dar curso a una maniobra en beneficio de la firma Tres Arroyos. Ésta pretende quedarse con Cresta Roja y reactivar las plantas de faena despidiendo a la mayoría de los trabajadores, reduciendo el salario un 30% e imponiendo un sistema de ingresos en 3 tandas de aproximadamente 200 trabajadores hasta julio del 2019. Para sostener a sus familias, los trabajadores solo contarían con $10 mil que el gobierno les pagaría a cuenta de las indemnizaciones adeudadas de cuando la empresa pasó a manos del consorcio Proteinsa (o sea que les pagaría con su propia plata, la que no pudieron cobrar hasta ahora, a pesar de la gran cantidad de tiempo transcurrido).
Está propuesta patronal se presentó de manera claramente extorsiva y con un evidente propósito de atacar al activismo que viene luchando por la recuperación de los puestos de trabajo, ya que los que no firmaran la "oferta" debían considerarse despedidos sin siquiera poder cobrar los $10 mil.
Esta "venta" pretende nuevamente, como con Proteinsa, darle un gran gran negocio a empresas amigas y descargar todos los costos de la crisis sobre los trabajadores.
Cresta Roja y el colapso del relato macrista
Los trabajadores decidieron mantener el bloqueo aclarando que "la mayoría de los trabajadores rechazamos está propuesta extorsiva y no vamos aceptar que después de tres años de lucha peleando por nuestro trabajo y nuestras familias, ahora nos quieran dejar en la calle" y señalando como responsable directamente al gobierno de Cambiemos. "El presidente vino a nuestra planta -luego de reprimirnos unos meses antes- a afirmar (mientras vetaba la ley antidespidos) de manera mentirosa que trabajábamos 5 turnos y que éramos un ejemplo de lo que quería para su gestión" -afirmó Santiago Fontana, delegado de la Lista Negra y miembro de la agrupación Bordo- "entonces queremos que se hagan cargo del desastre que provocaron favoreciendo a empresarios amigos y que garanticen todos los puestos de trabajo, no vamos aceptar otra cosa que todos adentro".
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El presidente cumplió con aquella afirmación, y hoy Cresta Roja es un "ejemplo" claro de la gestión y los planes del gobierno: despidos, pérdidas de conquistas, bajas de salario, e inestabilidad laboral que arrojan a los trabajadores a ver deteriorado aun más su nivel de vida y no poder afrontar las cuentas del hogar que continuamente suben producto de los tarifazos. A la vista del macrismo, Cresta Roja fue el laboratorio de las políticas que luego nacionalizó.
Mención aparte merece la jueza que lleva la quiebra, que no escatimó en argumentos y adjetivos cuando en la primera adjudicación (a favor de Proteinsa) sostenía que todo era para preservar los puestos de trabajo y el bienestar de los trabajadores, y mil frases cínicas más que no tuvo problema en tirar a la basura cuando la semana pasada decidió ignorar que la mayoría de los trabajadores rechazan la propuesta de Tres Arroyos y "actuar de oficio" autorizando a la empresa a avanzar con los despidos. |