La toma ha sido apoyada por gran parte del estudiantado y funcionarios/as, manteniéndose activa organizando actividades recreativas y de discusión. Dentro de las demandas está la construcción de una comisión triestamental, de esta manera quitarle el poder al rector y directivos para manejar los casos de acoso y abuso, que se han caracterizado por lavarse las manos. Como sucedió con el caso del docente en Valdivia, Alejandro Yáñez, acusado de acoso, se ha pedido la suspensión de sus funciones mientras se lleva a cabo la investigación correspondiente, sin embargo, sigue trabajando en dicha universidad.
A raíz de la toma no solo se han visualizado múltiples casos de acoso, sino también se ha producido un cuestionamiento profundo en la educación que reproduce el patriarcado, si bien es necesario levantar comisiones, crear protocolos contra el acoso, no debemos ser ingenuas y pensar que con esto terminaremos con el machismo dentro de los espacios universitarios, debemos ser ambiciosas y mirar más allá de las paredes de la universidad. Buscar articular nuestras demandas con el movimiento estudiantil, la diversidad sexual y la clase trabajadora, así juntos golpear más fuerte a este sistema que solo reproduce miserias. |