El escándalo se desató en enero pasado, cuando se supo que el ministro de trabajo, Jorge Triaca, tenía una empleada doméstica que fue contratada “en negro”. El ministro que justamente tiene que velar por la regularidad de los contratos de trabajo, en su propia casa no lo hacía.
En cima de esta cuestión de por sí completamente repudiable, el ministro echó a Heredia insultándola y por whatsapp. Por supuesto, el despido fue tan irregular como su contratación, todo en negro sin pagar indemnización después de pagarle durante años en negro sin aportes sociales ni jubilatorios.
Pero el escándalo escaló aún más cuando se supo que Sandra Heredia, la trabajadora doméstica de la familia Triaca, además había sido designada en el Sindicato Obrero Marítimo Unido (SOMU), que la administración macrista había intervenido en el curso de una investigación.
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Meses pasaron desde el hecho y de que la Oficina Anticorrupcipon dijera que iba a "investigar el hecho".
Pero recién ahora la OA decidió tomar cartas en el asunto. Emitió un dictamen que lo único que hace es hacer “una advertencia” al ministro para que de acá en más evite “la adopción de decisiones que pongan en riesgo la imagen que debe tener la sociedad respecto de la función pública”.
El caso evidente de corrupción queda totalmente desdibujado en la advertencia de la OA y nada dice de la situación de contratación irregular de Heredia.
Como si el hecho fuera abierto a la interpretación personal de cada uno y no algo obvio, la OA sólo se preocupa por las formas y “reta” a Triaca porque “pone en riesgo la imagen” de toda la administración. Considerando las últimas encuestas relativas a la percepción de la gente respecto al gobierno de Cambiemos, parece que el dictamen de la OA llega un poco tarde.
Demás está decir la escandalosa omisión sobre la irregularidad de la relación laboral de Heredia que estaba trabajando para la familia Triaca en negro. Nada menos que en la casa del mismísimo ministro de trabajo. Se ve que para la OA esto no daña la imagen del ejecutivo. |