Juan José Aranguren, ministro de Energía, acordó con las petroleras que ajusten las tarifas a partir de julio. Así, las empresas postergan las subas para el segundo semestre, aunque negociaron que aumentarán todo lo acumulado en este bimestre y podrán recibir un diferencial.
Las compañías le solicitaron al Gobierno una garantía para aceptar retrasar los ajustes. Los directivos le pidieron a Aranguren que pretenden subir los precios entre julio y diciembre lo que no pueden hacer en estos meses.
Las empresas quieren subir sus precios en un 12 %. Pero es un porcentaje que puede variar a fines de junio. Para el segundo semestre pretenden que los aumentos sean en seis cuotas, una por mes.
El comunicado del Ministerio de Energía informó "el Poder Ejecutivo Nacional, a través del ministerio de Energía y Minería, suscribió un acuerdo de estabilidad de precios con las empresas YPF, Pan American Energy y Shell Argentina, y ha invitado a adherir a las restantes empresas refinadoras y comercializadoras que actúan en el país, por el que las citadas empresas aceptan mantener los precios actualmente vigentes de los combustibles, antes de impuestos, durante los meses de mayo y junio de 2018, y compensar las diferencias resultantes de las variaciones de costos acumuladas en dicho período durante un periodo a partir del 1 de julio de 2018".
Según el anuncio, el acuerdo llega "frente a los aumentos del precio internacional del petróleo crudo y las variaciones en el valor del dólar estadounidense, y con el fin de amortiguar los efectos de dichos aumentos en el precio local de los combustibles y contribuir a la estabilización el corto plazo de los precios de la economía".
Los ajustes de los combustibles ocurren gracias a la decisión del Gobierno de liberar los precios. Esto permitió que las petroleras ajusten los precios si el dólar sube o si hay cambios con los precios internacionales.
El gesto de las petroleras de postergar las subas tiene su costo. El ministro Aranguren y ex Ceo de Shell decidió que si las empresas no pudieran recomponer en el segundo semestre lo que tendrían que haber facturado entre mayo y junio, el Gobierno les pagará un "diferencial". Atender a ambos lados del mostrador tiene sus ventajas para las empresas.
El Gobierno pretende sacar presión a la inflación mensual con esta medida, pero la disparada del dólar y atrasar los ajustes no podrán ocultar que la inflación será mayor al 25 %. Lejos de la meta oficial del 15 %. Mientras tanto el poder adquisitivo de los salarios cae. |