Las Kellys, las camareras de piso que limpian los hoteles, junto a Cynthia Burgueño de la agrupación de mujeres Pan y Rosas de Barcelona, han comisionado la exposición titulada Las Kellys. Luchas de mujeres en la Barcelona precaria. Publicamos parte de la presentación.
No son invisibles, se ven muy bien. Detrás de la espléndida ciudad de Barcelona, ellas están en los hoteles, en los bares y restaurantes, limpiando, cocinando y atendiendo. En los parques cuidando niños y paseando ancianos, en oficinas, hospitales, escuelas e institutos, barriendo calles, repartiendo correos, conduciendo transportes públicos, en entidades bancarias, tiendas, cajas de supermercados, en las cocinas de los centros de trabajo, fábricas industriales escondidas entre montañas. No son invisibles, se ven muy bien también cuando luchan.
Tras la visualización del espléndido archivo de HAMACA, hemos seleccionado algunas que invitan a comprender la relación entre el incremento de la feminización del trabajo y la precariedad laboral que tienen su origen en el modelo laboral del capitalismo español configurado en las décadas de los ochenta y los noventa.
La transformación profunda del trabajo tras las nuevas formas de explotación capitalista no sólo ha impactado, en la vida cotidiana y la composición social de la clase trabajadora, en particular de las mujeres, sino también en todo un entramado de relaciones sociales, políticas y culturales, generando contrastes cercanos y permanentes en las grandes urbes de Europa.
Explícitamente o no, las mujeres trabajadoras precarias, inmigrantes, jóvenes, vienen desafiando al modelo laboral del capitalismo español configurado en los noventa. Aquello que Las Kellys, las camareras de hoteles autoorganizadas, llaman o sufren como “externalizaciones”, que fueron rebajando las condiciones laborales, precarizando los trabajos y las vidas de millones.
Precariedad en femenino. No es individual, es colectiva. Con nueva estructuración del mercado laboral capitalista, aparecieron las teorías “pos” de que las viejas y tradicionales formas de lucha murieron, igual que las ideologías (menos las del capitalismo). Queda sólo la lucha individual y cultural como opción, decían.
Esta exposición quiere reflejar dichas experiencias. Porque el terreno de batalla de la lucha de género es un terreno en la lucha de clases, para desde ahí recuperar y conquistar los derechos perdidos y por ganar de todas las mujeres.
La exposición comienza el 18 de mayo y termina el 7 de octubre. Se realizará en el Palau de la Virreina, La Rambla, 99, Barcelona. |