El miércoles recién pasado, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) se refirió a los dichos del Ministro de Justicia, Hernán Larraín, quien sostuvo que la adopción homoparental y la filiación de dos madres no se encuentra en los proyectos que el gobierno de Piñera está promoviendo. En palabras del ministro, "vamos a tener un problema, que será parte de las definiciones respecto de si dos madres pueden hacer reconocimiento de filiación para ellas. Es un tema que no está resuelto, no está en ninguno de los proyectos que estamos promoviendo ”.
Tal situación fue considerada para el MOVILH como una “descoordinación y contradicción” del gobierno, debido a que días antes la vocera de gobierno Cecilia Pérez “ comprometió que el ASA - Acuerdo de Solución Amistosa firmado por el movilh con el Estado chileno ante la Comisión Interamericana de DDHH- será cumplido por el Ejecutivo, para lo cual se definirán nuevas comisiones la próxima semana. El ASA contempla la adopción homoparental y el Ejecutivo lo sabe ”.
Rolando Jiménez, dirigente de la organización afirmó que “ en ese sentido, es del todo preocupante que el ministro Larraín no sea claro y enfático cada vez que es consultado al respecto, y que su ambigüedad dé más luces de rechazo que de aceptación a la adopción homoparental ”. Además agregó que “ el ministro Larraín y el Ejecutivo en su conjunto deben comprender primero que el ASA es un compromiso de Estado, no del Gobierno de turno. En segundo lugar, se debe cumplir el propio compromiso del comando de Piñera que al reunirse con nosotros aclaró que el ASA debía cumplirse sí o sí ”.
El dirigente afirmó que “ de persistir, lo denunciaremos la próxima semana ante la CIDH, con el objetivo de demandar al Estado de Chile ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el incumplimiento del ASA ”. Finalmente Jiménez estableció el límite que tendrán con el gobierno frente al incumplimiento del acuerdo sentenciando que “ Estamos seguros de un triunfo al respecto, pues la Corte ha sido clara en señalar que el matrimonio igualitario y la adopción homoparental son derechos humanos. Chile cuenta además con un compromiso expreso para aprobar tales leyes, lo cual si no ocurre, significa una doble falta del Estado ”.
Queda ver si el gobierno derechista y conservador de Sebastián Piñera, dará respuesta a lo legalmente establecido frente a las demandas de la comunidad LGTBI, en un tema en particular además que ha sido parte de los debates últimamente como es la adopción homoparental, luego del nefasto desenlace del caso Ámbar, y la previa negativa a su tío de tomar responsabilidad legal de la menor por ser homosexual.
Ahora bien, saliendo del entramado de los acuerdos legales y cuántas contradicciones hay entre un personaje del gobierno de Piñera y otro -que de todas formas se ha caracterizado por las salidas de libreto y pugnas internas en lo que va de su periodo-, cabe cuestionarse cuál es realmente la vía para la conquista de los derechos mínimos de la comunidad LGTBI. O incluso, pensar mucho más allá, en cuál es la forma en que la diversidad sexual pueda levantar una lucha por vencer la opresión que está condenada a vivir en este sistema económico capitalista, que la discrimina y arroja a los trabajos más precarios.
¿Por qué no podría la diversidad sexual, confiar en la fuerza de su propia organización y movilización, para construir en un mismo frente con otros sectores como las mujeres, los jóvenes y las y los trabajadores, una oposición desde las calles al gobierno de los empresarios y su moral conservadora? ¿Por qué no levantar un gran movimiento de la diversidad sexual que se proponga el fin a las cadenas de la opresión y la explotación?
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