Fotografía: Enfoque Rojo
En una conferencia de prensa que duró casi cuarenta minutos, Mauricio Macri defendió a capa y espada una vez más el regalo de millones a las patronales realizado bajo su Gobierno.
¿Todos estamos en el mismo barco?
“Tenemos que hacer un balance de lo que pasó y entender cuál es el problema central que tenemos. Qué es reducir el déficit fiscal. Estamos gastando como Estado más de lo que tenemos” fué una de las frases dichas por el presidente. Este “diagnóstico”, que parece “olvidar” varios aspectos de la política económica llevada adelante, recorrió toda la conferencia.
A poco de llegar al poder, Cambiemos anunció dos medidas que serian sintomáticas del tipo que tomaría a lo largo de su mandato: la liberación del tipo de cambio, con la consiguiente devaluación y pérdida del poder adquisitivo del salario; y la quita de los derechos a la exportación, es decir una de las primeras transferencias de ingresos directa a las patronales. Con el objetivo de “dejar de ahogar a los empresarios” e incentivar la “lluvia de inversiones ” se realizó una de las tantas concesiones a las patronales bajo el gobierno de Cambiemos.
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), si se compara el 2015 contra el 2017 la presión tributaria efectiva nacional, medida como la recaudación en porcentaje del Producto Bruto Interno, cayó un 1,4 %.
Si tomamos en cuenta un período más extenso, como el acumulado 2015-2017, IARAF señala en un informe presentado a principios de este año que la recaudación real, aquella que descuenta el efecto inflacionario, evidencia una caída del 2,5 %, y que como si fuera poco si no se tiene en cuenta la recaudación extraordinaria por el blanqueo de capitales, la caída de la misma asciende a un 4 %. Esta caída en la recaudación como porcentaje del PBI no es otra cosa más que un regalo directo del Gobierno a las grandes patronales.
Según el informe los tres principales tributos que explican la caída en la recaudación total en términos reales en ese período acumulado fueron: Derechos de Exportación, el impuesto a los Bienes Personales y el Impuesto a las Ganancias, con mermas del 49,4 %, 30,2 % y del 15.5 %, respectivamente. El último, que es otra de las promesas de campaña incuplidas, se debe a un reajuste en los coeficientes de cómo se calculaba. Estos tres tributos señalados en el informe fueron los principales ejes de la rebaja tributaria nacional iniciada en el año 2016, como reconoce el mismo instituto.
Este año, se estima que la caída sea más pronunciada debido a las nuevas reducciones de los derechos a la exportación a la soja, así como la reducción gradual del impuesto a los Bienes Personales contenidos en la ley de Blanqueo.
Nueva estructura tributaria en favor del capital
Los cambios introducidos en materia fiscal profundizaron el fuerte carácter regresivo que tiene la estructura tributaria argentina. Mientras que los Derechos a la exportación, disminuyeron su participación en la estructura de recursos fiscales, el IVA, se mantiene como el principal componente de la estructura tributaria argentina. El Impuesto al Valor Agregado, aumentó su participación en la recaudación nacional, neta de blanqueo, pasando de representar un 27,6 % en 2015 a un 29,1 % del total de recursos en 2017.
El segundo componente en importancia, los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, también incrementaron su relevancia en los recursos fiscales, de un 26,1 % en 2015 a un 27,7 % en 2017. A su vez, entre los impuestos que bajan este año hay un recorte de 10 puntos porcentuales para ganancias no distribuidas, y reducción de contribuciones patronales a la seguridad social por cambio de alícuotas y introducción del mínimo no imponible, que seguirá bajando hasta 2022.
En la conferencia de prensa de ayer, el mandatario repitió 17 veces la palabra déficit, sin embargo quien viene desfinanciando sistemáticamente las arcas del fisco es el mismísimo ejecutivo con las concesiones constantes al capital, en detrimento de las mayorías populares y trabajadores. Mientras que más del 50 % del salario está afectado por impuestos, los empresarios esconden su dinero afuera como se conoció a través de los Panamá Papers. La vuelta al FMI implicará recetas ya conocidas para reducir el déficit a una mayor velocidad, ajustando sobre las condiciones de vida de los trabajadores. El “gran acuerdo nacional” al que Macri convocó ayer no es otra cosa que un nuevo pacto contra la clase obrera y el pueblo pobre, para derrotarlo es necesario enfrentarlo en las calles. |