El Tribunal de Segunda Instancia de la Cuarta Región ratificó y aumentó este jueves la condena por corrupción, lavado de dinero y asociación contra José Dirceu. Momentos después Hardt que está sustituyendo a Sergio Moro por encontrarse en el exterior, dictó la orden de detención que se hará efectiva en un complejo médico penal en Curitiba en el sur de Brasil, desde donde se coordinan las investigaciones por la corrupción en Petrobras.
Dirceu, fundador junto a Lula del Partido de los Trabajadores (PT), presidente del mismo entre 1995 y 2002, coordinador de la campaña que llevó a Lula a la Presidencia en 2003, jefe de gabinete hasta 2005 y principal asesor del entonces jefe de Estado, fue uno de los políticos más influyentes de la década pasada en Brasil.
Así también recibió los golpes más fuertes del famoso escándalo del Mensalao, el sistema de corrupción del PT por el cual se pagaban coimas mensuales a congresistas para que votasen a conveniencia del poder ejecutivo. Dirceu debió renunciar a su cargo en 2005 por este mega escándalo de corrupción (el mayor de la historia del país) y posteriormente fue condenado por el Tribunal Supremo en 2012.
Más tarde, el juez Sergio Moro lo condenó a 23 años de prisión como principal arquitecto del esquema de corrupción de Petrobrás. Por estos procesos judiciales Dirceu ya había entrado y salido de la cárcel varias veces en los últimos años. Ahora se encontraba en prisión domiciliaria e informó a través de sus abogados que se entregará antes de las 17.00 hora local del viernes en la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde reside.
Ante tal anuncio, se determinó en la propia orden de detención que la entrega sea negociada entre sus defensores y la Policía Federal, ya que tal procedimiento está facilitado porque Dirceu porta una tobillera electrónica que permite a las autoridades conocer su paradero en cualquier momento.
La causa por la que fue condenado se refiere a los sobornos por unos 12 millones de reales (unos 3,24 millones de dólares) que Dirceu habría recibido de parte de la constructora Engevix a cambio de favorecerla en contratos con Petrobras.
Lula, preso desde el pasado 7 de abril en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, también fue condenado por el escándalo de los desvíos en la petrolera a 12 años y 1 mes de prisión por haber recibido un apartamento de tres plantas de parte de OAS, otra de las constructoras implicadas en la trama.
Tal acusación no fue comprobada sino que Moro y el Tribunal de segunda instancia se basaron en declaraciones de empresarios corruptos presos “arrepentidos” que lo señalaron a cambio de que redujeran sus penas. Las maniobras judiciales y parlamentarias, como la que llevó a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff o la que llevó a Lula a la cárcel, se enmarcan en los intereses políticos de grandes grupos económicos locales y extranjeros de sacar al PT del poder e impedir la presentación de Lula en las elecciones de octubre.
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Como el gobierno del golpista Temer viene demostrando, todo esto fue para aplicar más ajustes y quita de derechos laborales a los trabajadores y el pueblo brasileros, y dar un salto en la entrega de los recursos nacionales al capital imperialista. El fortalecimiento de la derecha brasileña tiene sus raíces en la propia política de ajustes del último período del gobierno del PT y de sus alianzas políticas que llevaron al golpista Temer a la vicepresidencia de Dilma.
Mientras que el exjefe de Estado fue recluido en una celda especialmente adaptada en la sede de la Policía Federal de Curitiba, Dirceu cumplirá su condena en el complejo médico penal de la misma ciudad, en donde están otros condenados por la Lava Jato.
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