Tras semanas de tensiones, China y Estados Unidos alcanzaron un “alto al fuego” en la guerra comercial que atravesaba a ambos países. Luego de dos días de intensas reuniones en Washington, y con la atención centrada en las negociaciones referentes a la propuesta de desnuclearización norcoreana, Estados Unidos y China han decidido rebajar la tensión en el frente arancelario y han cerrado un principio de acuerdo.
Como parte de las negociaciones un equipo estadounidense, liderado por el secretario de Comercio, Wilbur Ross, viajará a Pekín “para trabajar en los detalles y resolver los problemas comerciales y económicos de forma proactiva”. Si bien hasta el momento no se sabe de una cifra clara, en comunicados de prensa trascendió que tanto China como Estados Unidos acordaron no imponerse nuevos aranceles entre sí mientras sigan las conversaciones. “Hemos llegado a un consenso y no entraremos en una guerra comercial. Mientras materializamos el acuerdo marco, se suspenden las subidas tarifarias”, señaló el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Tras dos meses de que Donald Trump anunciara la imposición de nuevos aranceles al acero y aluminio chino, pareciera ser que el gigante asiático habría cedido en parte a las presiones del líder de la Casa Blanca. “Para satisfacer las crecientes necesidades de consumo del pueblo chino y el requisito de un desarrollo económico de alta calidad, China incrementará sus compras de bienes y servicios estadounidenses. Esto ayudará al crecimiento y al empleo en Estados Unidos. Ambas partes también han acordado incrementos sustanciales en exportaciones agrícolas y energéticas estadounidenses”, expresa el comunicado conjunto que se hizo público el sábado pasado.
El comienzo del conflicto, se remonta al pasado 23 de marzo, cuando el presidente de Estados Unidos ordenó imponer al gigante asiático aranceles del 25% a importaciones por valor de U$S 60.000 millones. “Nuestro déficit con China es el mayor de la historia de la humanidad y les he pedido reducirlo en 100.000 millones. La palabra clave es reciprocidad. Queremos tarifas espejo: si nos gravan, gravamos igual. Lo que no puede ser es que a nuestros coches les impongan una tarifa del 25%, y que nosotros a los suyos, solo del 2%”, dijo Trump el incremento arancelario.
La balanza comercial deficitaria se debe a que mientras China destina el 18 % de sus exportaciones a EEUU, alrededor de U$S 505.000 millones, el gigante asiático solo representa el 8,4 % de las ventas al exterior norteamericanas, estimado en U$S 130.000 millones.
La posibilidad de que se desarrolle una guerra comercial entre dos economías que representan casi el 40 % del PIB mundial y el 23 % de la población del planeta, mantuvo en vilo al globo y a “los mercados”, que expresaron su preocupación en distintas jornadas bursátiles que registraron fuertes caídas.
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