Los afiches del Mayo Francés siguen siendo recordados por su simpleza e impacto visual, y también por expresar la relación entre el arte y la política.
El Mayo Francés de 1968 no fue únicamente una revuelta estudiantil como se lo ha popularizado, ni tampoco un suceso cultural en el que los artistas llenaron de afiches la ciudad de París. Fue un proceso político y social altamente creativo enmarcado en el auge revolucionario del período ’68 al ’81, surgió un masivo activismo obrero y estudiantil que se separó de las direcciones políticas oficiales, cuestionando profundamente el sistema.
En un plano más general, la crisis capitalista producto del agotamiento del boom de la posguerra, los procesos revolucionarios en los países periféricos -sobre todo en Latinoamérica- y las guerras antiimperialistas de liberación en Argelia e Indochina/Vietnam, comenzaron a tallar la escena política a nivel internacional, trastocando los cimientos de la estabilidad burguesa.
En Francia en particular, crecía el descontento con el gobierno de Charles de Gaulle, mientras se acrecentaba una profunda crisis que el gobierno intentaba descargar con recortes, ajustes y medidas represivas sobre los trabajadores y la juventud. La respuesta a este ataque forjó una fuerza potencialmente capaz de sacudir los estamentos del estado francés: la unidad obrero-estudiantil.
Los aires del mayo se extendieron por el mundo, generando un verdadero clima de época con La primavera de Praga, los estudiantes de México (masacrados en la plaza de Tlatelolco), las revueltas estudiantiles en Berlín, el Cordobazo y el Rosariazo en Argentina, entre otros. Las manifestaciones se desarrollaban por el mundo, extendiendo los límites del antiguo refrán: “cuando París estornuda, toda Europa se resfría.”
En este contexto, el arte como expresión de esa subjetividad humana que trataba de expresar su máxima plenitud, no se mantuvo al margen y también se manifestó en diversas formas de vanguardia.
La imaginación al poder
Al calor del auge revolucionario se hace fértil y próspero el terreno para que los artistas no sólo ofrezcan sus medios creativos a disposición de la lucha, sino que también se planteen la necesidad de la revolución para liberar al arte de las cadenas que lo oprimen. Revolucionando no sólo sus contenidos, o los contextos en los que se muestran las producciones artísticas, sino más bien sus formas, haciendo más visible la naturaleza dialéctica entre forma y contenido en el arte.
“La imaginación al poder”, “Prohibido prohibir”, fueron frases que colmaron las calles y los afiches parisinos en mayo del ‘68, que tienen relación directa con las ideas de los surrealistas y los escritos de André Breton. “La rebelión y sólo la rebelión es creadora de luz, y esa luz no puede tomar más que tres caminos: la poesía, la libertad y el amor”.
El surrealismo proclamaba: “Transformar el mundo, dijo Marx; cambiar la vida, dijo Rimbaud: estas dos consignas para nosotros son una sola”, amplificando los ecos de la Revolución Rusa y de la Comuna de París -donde artistas como Rimbaud, Courbet, Manet, Daumier y Poittier (artista, obrero y autor de La Internacional) formaron parte de la Federación de artistas de París y se encargaban de forjar políticas para la democratización del arte y la cultura-.
En momentos revulsivos se repiensa todo. El arte y la revolución, eran parte de una tradición que los hermanaba y que en 1968 volvía a ocupar las calles y universidades de París.
Los afiches del mayo francés eran propaganda política, pero expresaron la confluencia de ese momento entre artistas, estudiantes junto a los trabajadores, con renovada creatividad. Entonces la experimentación artística se ve ligada a la experimentación política, y se concibe el arte como forma de manifestarse políticamente e incidir en la realidad, retomando la idea de las vanguardias artísticas de fusionar el arte con la vida.
Por seis semanas, estudiantes, artistas y trabajadores ocuparon la Escuela de Bellas Artes de París, y su taller, renombrado “Atelier Popular”, del cual salieron 500 afiches y más de 120 mil copias.
Con una intensa claridad política, los afiches del “taller popular” fueron realizados para llamar a rebelarse contra el sistema, a despertar la conciencia y fueron pegados en las calles, como se podía, teniendo una vida efímera. La famosa frase del mayo completa dice: Queremos que la revolución que comienza liquide no sólo la sociedad capitalista sino también la sociedad industrial. La sociedad de consumo morirá de muerte violenta. La sociedad de la alienación desaparecerá de la historia. Estamos inventando un nuevo mundo original. ¡La imaginación al poder!
El mayo francés contenía una aguda crítica cultural y estética al capitalismo que acompañó todo el proceso, incluso se manifestó en una renovación en las artes. El afichismo tiene larga data y también estuvo ligado a otros importantes procesos de la lucha de clases en el siglo XX, como la Revolución Rusa, también fue utilizado en la Guerra Civil Española y en los años sesenta esta técnica cobra mayor popularidad con la Revolución Cubana, como así también se puede ver su utilización en el proceso de México del ’68. El taller parisino dedicó algunos afiches haciéndose eco de las causas a nivel internacional, como al levantamiento mexicano y la Guerra de Vietnam.
La serigrafía es un arte de rápida y masiva elaboración, por eso su elección. Guy de Rougemont, pintor y escultor recuerda: “Entré en Bellas Artes al día siguiente de que la ocupasen. Los estudiantes estaban en plena asamblea. Para los primeros carteles habían usado la litografía, que apenas permitía imprimir 15 o 20 copias por hora. Levanté la mano para pedir la palabra y propuse hacer serigrafías, con las que había trabajado en Nueva York. ‘¿Quieres ser el responsable del taller?’, me preguntaron. Dije que sí y enseguida pasamos a hacer entre 1.000 y 3.000 copias al día”1.
Rougemont con la ayuda de su amigo el editor Éric Seudoux, consiguieron tinta y bobinas de papel esa misma noche. La serigrafía era más sencilla y muy rápida. En los afiches, en los cuales no se usaban más de dos colores, por lo general se realizaban en tinta roja o negra; eran confeccionados de manera colectiva y eran anónimos.
Por la mañana en asamblea se definían las frases o eslóganes, por la tarde en otra reunión, a la que podían asistir hasta 300 personas se votaban los diseños. Su estética eran diseños a mano alzada, realizados rapidamente, siempre con una clara consigna como propaganda reivindicativa o de protesta; fueron estampados en el apuro, con lo cual, los materiales no eran los adecuados. Los afiches eran urgentes.
“Usines-Universites-Union”, fábricas-universidades-unión fue el primer afiche que se realizó. La revolución sería en conjunto, la unidad obrero-estudiantil. Ya que eran ellos, estudiantes, artistas y obreros quienes dormían en la universidad tomada, entremedio de los carteles colgados, esperando que se sequen, para al día siguiente estar pegados en las calles.
Desde el “Atelier populaire” se difundió un volante donde se explicaba detalladamente la técnica de la serigrafía, con el fin de crear talleres populares por todo el país y ayudar a los que ya venían funcionando.
Los afiches fueron pegados en las paredes, repartidos por montones y además eran utilizados como pancartas en las movilizaciones. Hoy, son un símbolo del mayo francés, y aunque actualmente sean subastados y exhibidos limándoles todo su carácter revulsivo, en ese momento cambiaron el paisaje de Francia mostrando, aunque sea de alguna manera las aspiraciones de transformación de la realidad de un movimiento profundo.
Cronología del mayo y acción de los artistas 2 Viernes 3
La UNEF y la SNESUP convocan a la huelga por la reapertura de la Sorbona, por el retiro de la policía y la liberación de los ’8´ de Nanterre. Lunes 6
Los ´8´ acuden al comité de disciplina de la Universidad cantando la Internacional. Ataque de la policía a la manifestación. Se forman barricadas. Arrestos y heridos. Martes 7
Multitudinaria manifestación en repudio a los hechos del 6. Viernes 10
La policía toma Nanterre. 30.000 estudiantes marchan hacia la Sorbona. Es la noche de las barricadas. Lunes 13
Comienza la huelga general con 10 millones de trabajadores de paro. Los sindicatos organizan una marcha por París de más de 200 mil. Se ocupa la Sorbona. Martes 14
Los trabajadores de Sud Aviation ocupan la fábrica. Las plantas de Nenault en Cloen, Flins, Le mans y Biillancourt van a la huelg.a La CGT es desbordada. Estudiantes y artistas ocupan la Escuela de Bellas Artes donde funcionará el Atelier Populaire (taller popular). Miércoles 15
En pleno corazón del Barrio Latino, fue ocupado el Teatro Odeón y convertido en espacio abierto, en el que cualquiera – estudiantes, comerciantes del barrio, trabajadores- podía tomar la palabra. En el frontón del teatro se habían erigido dos banderas, una roja y otra negra y, entre ambas un estandarte que decía: “estudiantes-obreros”, el Odeón está abierto. Jueves 16
El comité de ocupación redactó una moción que sostenía que la toma del Odeón representaba un acto simbólico con el que se pretendía atacar la cultura burguesa y la sociedad de consumo. Viernes 17 – Sábado 18
Se unen a la huelga general: aéreos, televisión francesa, el sector del carbón, el transporte público de París, los Ferrocarriles Nacionales, los astilleros, el gas y la electricidad.
Se conforman los “Estados generales del cine”. Se integran más de 3 mil personas y votan la huelga total de la profesión cinematográfica. Sábado 18
Se interrumpe el Festival de Cannes. Jean Luc Godard, junto Truffaut, Chabril, Resnais, ocupan la sala, y se levantan las proyecciones. Truffaut vocifera desde el escenario de Cannes. Viernes 24
30mil personas marchan hacia el palacio de la Bastilla y un gran número de manifestantes asaltan y queman la Bolsa de Comercio. 800 manifestantes detenidos. 500 heridos, de los cuales 212 son policías. Domingo 25
Los Estados Generales del Cine se reúnen en Suresnes. Más de 1300 personas deliberan los diferentes proyectos de reforma de la industria del cine. Jueves 30
Discurso de De Gaulle: anuncia la disolución de la Asamblea Nacional, elecciones anticipadas y la vuelta al “orden”. Junio
A principios de junio, la mayoría de las huelgas habían terminado. Las que siguen son aplastadas en operaciones de tipo militar.