Los trabajadores petroleros comenzaron este miércoles una huelga de 72 horas que fue declarada ilegal por la el Tribunal Superior de Trabajo. Piden la reducción del precio de los combustibles y contra la privatización.
Los trabajadores petroleros de Brasil iniciaron este miércoles una huelga de 72 horas en un nuevo golpe al presidente Michel Temer. La huelga había sido aprobada el 11 de mayo, pero la dirección del sindicato petrolero (FUP-CUT) la había postergado, sin consultar a las bases hasta este miércoles.
La paralización de los trabajadores de Petrobras fue declarada ilegal este martes por la máxima corte laboral de Brasil. El Tribunal Superior del Trabajo impuso una multa de 500.000 reales por cada día de huelga.
La reacción rápida de la justicia se explica por el potencial de las demandas de esta huelga. Los trabajadores incluyen entre sus reivindicaciones la reducción de los precios del gas para cocinar y de toda la gasolina, contra la privatización de Petrobras y por el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Los trabajadores petroleros también exigen la renuncia del presidente ejecutivo de Petrobras, Pedro Parente, mano derecha del golpista Temer y artífice de los planes de privatización de la petrolera estatal.
La huelga petrolera llega en el mismo momento en que las principales ciudades de Brasil aún sienten el efecto del lock out de los transportistas que bloquearon las principales rutas del país pidiendo la reducción del precio del diesel. Sin embargo aunque muchos llamen a la acción de los camioneros como un paro, es diametralmente opuesta a la acción de los petroleros. Detrás del lock out de los camioneros se encuentran los principales empresarios del transporte, ligados al agronegocio. Entre sus reivindicaciones no se encuentra que se baje el precio de todos los combustibles, sino solo el del el diesel y el acuerdo con el gobierno es para que ese subsidio lo termine pagando el resto de los brasileños con impuestos de distinto tipo. Por otra parte en los últimos días se pudieron ver imágenes de cortes de ruta en los que se pedía una intervención militar y se apoyaba al candidato derechista Jair Bolsonaro.
La huelga de los petroleros podría ser un primer paso para expresar la bronca contra el gobierno de Temer pero en sentido contrario al que expresa el lock out, que es planteando una salida por derecha a la crisis. Sin embargo la Federación de Trabajadores Petroleros (FUT), no solo venía postergando la fecha de la huelga votada sino que se encargó de aclarar que esta huelga no causaría desabastecimiento en Brasil, y que esta paralización es solo una "advertencia" y no una huelga por tiempo indeterminado. La FUT tampoco incluye entre sus demandas la lucha por una Petrobras 100% estatal, es decir la reversión de todos los procesos de privatización, no solo los que ocurrieron bajo Temer, sino también los que ya venían del gobierno del PT, sobre todo el de Dilma Rousseff.
Así lo expresa Leandro Lanfredi, trabajador petrolero y editor de Esquerda Diario de Brasil: "Los petroleros estamos en huelga a pesar de que la justicia la decretó como ilegal y a pesar de la represión del gobierno de Temer que puso a la Policía y el Ejército en las refinerías para intentar amedrentarnos [...] Estamos en huelga por la reducción de los combustibles y contra la privatización de la empresa Petrobras".
Lanfredi aseguró que la única manera de reducir realmente el precio de los combustibles es "con una Petrobras 100% estatal, bajo gestión de los petroleros y con control de la población. Por eso es un absurdo que hoy solo estemos en huelga nosotros y que la CUT nos haya abandonado. Los sindicatos deberían llamar a un paro nacional para dar respuesta a esta crisis, sin más impuestos para el pueblo y ganancias para los empresarios, sino con una respuesta a las demandas populares. Una Petrobras 100% estatal y controlada por los trabajadores es la única forma de garantizar combustibles baratos para la población".
