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31 de enero de 2025 Twitter Faceboock

HISTORIA OBRERA
Los obreros de Cananea inician la histórica huelga de 1906
Rafael AR Escalante

El 1 de junio de 1906 los mineros de Cananea protagonizaron una de las huelgas más importantes del siglo XX en México, este fue uno de los grandes antecedentes de la Revolución mexicana, y es una de las experiencias de organización obrera más ejemplares.

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La histórica huelga de Cananea de 1906, fue producto de las terribles condiciones impuestas por el imperialismo y la burguesía porfirista contra los trabajadores, la burguesía mexicana garantizó una economía de extracción poniendo al servicio de los monopolios, los recursos naturales y la mano de obra para poder sacarlos.

En su afán de dividir a las filas de la clase obrera, los sueldos diferenciados entre mineros mexicanos y estadounidenses era muy alta, en aquel momento el sueldo de los 3 mil trabajadores del país del norte era de 7 pesos, mientras que los 5,300 de este lado de la frontera eran de 3 pesos, por una jornada laboral de 12 horas.

Por esa razón y por otros motivos más estalló la huelga, porque se perseguía la homologación de los salarios mexicanos, que fueran igual que el de los norteamericanos, así como un sindicato propio, entre otras prestaciones. Todo esto frente a la empresa Cananea Consolidated Cooper Company, propiedad de William C. Greene, un ex coronel del ejército estadunidense, quien adquirió los derechos de explotar la mina al amparo del gobierno de Porfirio Díaz.

Así los obreros mexicanos tuvieron que soportar durante un largo tiempo, distintas arbitrariedades como tener que callar su situación de pobreza en la que vivían a riesgo de que si protestaban serían presa de la represión del Estado.

El 16 de enero de 1906, 15 mineros constituyeron una organización clandestina, la Unión Liberal de la Humanidad, presidida por Manuel M. Diéguez, Francisco M. Ibarra, como vicepresidente y Esteban Baca Calderón, como secretario, con personajes como Lázaro Gutiérrez de Lara, quien era parte de la organización.

Todos ellos eran militantes del Partido Liberal Mexicano (PLM), el cual era encabezado por Ricardo Flores Magón, exiliado en Estados Unidos, un partido que se habia incorporado a la ideología anarcosindicalista y que se decidió a estructurarse en las filas de la clase obrera para preparar la lucha en contra de los patrones mexicanos y estadounidenses a ambos lados de la frontera trabajando en conjunto con organizadores obreros de EE.UU.

La siguiente parte del plan fue constituir la Unión Minera como un frente amplio que reuniera a todos los mineros, que pertenecieran alguna corriente o estuvieran sueltos y sin agrupación propia, es decir que funcionaría como un sindicato que defendiera a sus agremiados legalmente. Lo cual hubiera podido desarrollarse más si no fuera porque los patrones impusieron medidas de precarización laboral que precipitaron los acontecimientos.

Comienza la lucha

La noche del 31 de mayo, la compañía informó a su personal que el trabajo quedaría sujeto a una especie de contratos individuales, donde cada mayordomo escogería a sus colaboradores. Esto implicaban el despido de una buena parte de los mineros y aumentar la cantidad de trabajo de los que quedaran en la mina, de esta manera, se creaba un amplio ejército industrial de reserva para que presionara a los que se quedaban para aceptar las condiciones de miseria impuestas por la empresa.

Al día siguiente los mineros alzarían la voz y 400 de ellos comenzarían la lucha, por un salario de cinco pesos y una jornada laboral de ocho horas, negándose a trabajar y recorriendo otras minas como El Capote y La Demócrata, al igual que la planta concentradora y la de fundición donde también comenzaría el combate contra la empresa de EE.UU.

El presidente municipal, Filiberto V. Barroso se reunió con los mineros para tratar de calmar los ánimos, a esa reunión acudieron distintos delegados obreros como Calderón, Diéguez, Justo Félix, Enrique Ibáñez, Francisco Méndez, Álvaro L. Diéguez, Juan N. Río, Manuel S. Sandoval, Valentín López, Juan C. Bosh, Tiburcio Esquer, Jesús L. Batres, Mariano Mesina e Ignacio Martínez, quienes se entrevistaron con el representante de la compañía Pedro D. Robles, el pliego petitorio fue el siguiente:

I.-La destitución del empleo del mayordomo Luís (Nivel 19).
II.-El mínimo sueldo del obrero, será de cinco pesos con ocho horas de trabajo.
III.- En todos los trabajos de la Cananea Consolidated Cooper Co. se ocuparán un 75% de mexicanos y un 25% de extranjeros, teniendo los primeros las mismas aptitudes que los segundos.
IV.- Poner hombres al cuidado de las jaulas, que tengan nobles sentimientos para evitar toda clase de irritación.
V.-Todo mexicano, en los trabajos de esta negociación, tendrá derecho a ascenso, según se lo permitan sus aptitudes".

Al coronel Greene no le agradó nada esto, y tras enterarse de las demandas obreras las rechazó categóricamente, los mineros marcharon hasta sus oficinas, donde sus guardias blancas trataron de reprimir al movimiento, los hermanos George y William Metcalf, dispararon contra la multitud y asesinaron a un trabajador.

Después ellos también terminarían muertos ante la furia de los obreros, Greene se atrincheró en el edificio del gobierno municipal, de nuevo ordenó a sus guardias reprimir a la manifestación la cual respondió con piedras y algunas armas tomadas de casas de empeño, el saldo fue de 17 heridos y 10 mineros muertos.

Posteriormente la policía encargada por el gobernador Rafael Izabal sería enviada en auxilio de la empresa, llegó así el coronel Kostorlisky acompañado de 20 rurales y 30 agentes fiscales mexicanos, además de 275 rangers encabezados por el coronel Rynning.

Así, el aparato de estado nacional en alianza con el imperialismo reprimieron a los mineros para proteger los intereses de la burguesía tanto nativa como imperialista, además de que usaron las leyes hechas por ellos mismos para legitimar la represión, ya que las leyes de Sonora en aquel tiempo prohibían las huelgas.

Con esta acción de fuerza comenzaría la persecución de los dirigentes para encarcelarlos y/o fusilarlos cuando los mineros iniciaron una manifestación para exigir reunirse con el gobernador Izabal, pero fueron tiroteados por las fuerzas armadas tanto nacionales como extranjeras. El saldo 23 muertos y 22 heridos, esa era la forma en que los porfiristas y el imperialismo contestaban a las demandas de los trabajadores, masacrándolos y encarcelando a sus dirigentes.

La burguesía nacional se impuso a sangre y fuego contra la clase obrera, Cananea fue sólo una de las tantas huelgas que se dieron durante el gobierno de Porfirio Díaz, las cuales fueron brutalmente reprimidas por él, en favor de los intereses de una minoría privilegiada. Es por ello que estas condiciones tan terribles dieron paso a la Revolución mexicana, ya que eran inhumanas y el pueblo mexicano no podía seguir soportándolas.

Por otro lado, el aunque el magonismo demostró una serie de debilidades que le impidieron ser la dirección que el movimiento obrero necesitaba, sin embargo su trabajo político en Cananea fue fundamental para la organización de los explotados en aquel lugar. Donde su periódico partidario Regeneración, jugó un papel fundamental en la organización de los mineros, para elevar su consciencia de clase y que tuvieran una mejor idea de como organizarse.

 
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